'Luzzu' - La vida son tus pasiones
Se tiende a pensar que los vínculos son lazos fuertes entre seres humanos. Comunidades, grupos o colectivos que comparten un interés que les une y los enlaza a menudo de por vida. Esto no siempre es así, puesto que también existen ataduras con lo material o con lo intangible. Ese es el caso que se muestra en 'Luzzu', la película maltesa que gustó mucho en el Festival de Sundance en su edición de 2021. 'Luzzu' es para los que se vinculan emocionalmente con lo simbólico, porque las historias de amor no tienen por qué implicar a dos personas de carne y hueso. La cinta descubre y calienta ese rincón donde el sentimiento de pertenencia se eterniza, usando la pesca en Malta como lugar idílico.
Hay un claro ejercicio de denuncia social en la situación laboral pesquera, pero no es una denuncia activa, sino más bien pasiva, resignada a una decadencia impuesta por el mercado. De ahí que su coqueta nostalgia envuelva la historia de encanto agradable y romántico. También es interesante apreciar cómo 'Luzzu' confronta dos estructuras de vida como polos tan opuestos: la bonanza económica de la burguesía y su repelente manifestación social contra la bohemia y costumbrista mano de obra de iluso presente. Todo conjugado en una dirección detallista y preciosista de Alex Camilleri en la que es su ópera prima.
La simpleza de su narración le hace perder espectacularidad en busca de una funcionalidad que la convierte en una cinta tierna y reconfortante. No es una película que aspire a grandilocuentes elogios, pero tampoco los necesita para sustentar una valoración positiva. Quizá se echa en falta más desarrollo dentro de sus 95 minutos en subtramas como la fractura matrimonial o la distinción de clases entre el protagonista y la familia de su pareja, pero son grietas que no afectan apenas al casco de la barcaza rústica pero cálida que es 'Luzzu'. La vida siempre estará en lo que genera pasión.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_