Decía Álex de la lglesia que "no hay nada más divertido que cuando ocurre algo inesperado en un funeral, porque en una situación trágica es cuando uno tiene más ganas de reírse. Eso es el humor, lo inesperado". Reírse de uno mismo, de lo embarazoso o de lo políticamente incorrecto se ha convertido en un deporte de riesgo en estos tiempos de cristal de bohemia en los que el mundo vive su vida. Por eso hacer comedia en el cine tiene un hándicap social que se ha convertido prácticamente en un examen que aprobar, y eso es algo donde un andaluz, y más concretamente un sevillano, tiene matrícula casi desde que nace. El motivo que explica esto tiene 4 palabras: arte.

No se ha reído nadie de España mejor, más fuerte y con más arte que Alfonso Sánchez en 'El mundo es vuestro' desde Berlanga. La película, un híbrido entre dos de las mejores obras del inmortal director español como son 'Bienvenido Mr. Marshall' y 'La escopeta nacional', es un apuñalamiento criminal a todos los estamentos, clases y poderes que embadurnan de una vergüenza que no conoce la medida en todo este país. La finura de su comedia es de jamón Cinco Jotas, fruto precisamente de un arte que, como bien se dice por las tierras del sur, no se puede aguantar.

El cierre de la "Trilogía del Enterismo" trae consigo la película más madura de las tres. La rebeldía y el descaro de la primera se juntan con el empaque y la optimización de las formas de la segunda para darle adultez y poderío a esta tercera entrega. El cine evolucionando de la mano de su creador, como ver a un hijo nacer, crecer y hacerse mayor. La película busca lo ibérico para acaparar atención, centralizando el espacio del relato con la España vaciada, la primera línea política nacional o un discurso social cercano. Esto es solo un gancho para desplegar una comedia punzante y dinámica que más que un humor es un ADN: lo sevillano.

Hay incontables gags localistas que no hacen sino reforzar la fidelidad a una identidad que todavía se sigue viendo estigmatizada por el cine español (sigue sin entenderse lo que le hicieron los Goyas a 'El mundo es nuestro'). Por eso hay que agradecerle a Alfonso Sánchez semejante contribución cultural a la tierra del arte y del, cómo no, Enterismo. 'El mundo es vuestro' no es buena porque haga reír a un sevillano, sino porque consigue que este sea respetado en todo su país precisamente debido a su rasgo más marcado y acentuado: su arte. Además, es que encima tiene virtudes cinematográficas muy loables, como lo bien ensambladas que están las piezas de su reparto coral, su secuencia de desconexión que juguetea con el cine experimental o aristas dramáticas de mucha categoría. Doce años después de aquel vídeo en el bar Eme subido a Youtube, eso sigue siendo así.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_