'La protegida' - Ni quita ni pone
En la actualidad demasiado a menudo se echa en falta el oficio de cineastas como Martin Campbell. Tanto como también, demasiado a menudo, se suelen echar en falta guiones algo más pulidos que el de 'La protegida', una película que sería muy poca cosa de no ser por la elegancia de la puesta en escena de Martin Campbell. O la solvente presencia de Maggie Q y Michael Keaton, los tres haciendo lo que pueden para aportar glamour y cobrar el cheque sin perder la dignidad por el camino.
'La protegida' es una cinta de tiros a la vieja usanza, violenta pero no gratuita. Sin CGI ni apenas florituras. Sencilla, seca, directa. Una cinta efectiva aunque demasiado volátil y de dudosa coherencia sobre la que se aconseja no pararse a pensar. Una película impulsada por buenos detalles pero a su vez lastrada por otros no tan buenos, amagando con no ser ese "directo a vídeo" que el logo de Millennium Films sugiere que es, y que en realidad, no puede (o no quiere) evitar ser.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Dejando de lado la cuestionable elección de Keaton respecto a Q para un papel tan exigente a nivel físico, 'La protegida' sobrevive a sí misma por el talante narrativo de Campbell, capaz de sobreponerse a un guión que parece escrito a cuatro manos por Jekyll y Hyde. En los 90 podría haberse convertido incluso en un pequeño clásico. Antes de que el CGI envejeciese a este tipo de propuestas señoriales que no tiran de filtros de Instagram.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex