Lupin III regresa a la acción de la mano de Takashi Yamazaki, responsable de 'Stand By Me Doraemon' (y su secuela), en una película de animación por ordenador en 3D que como occidentales y cortoplacistas que somos, vamos a decir que nos remite claramente a 'Las aventuras de Tintín' orquestadas por Steven Spielberg hace unos poquitos años. Un modelo de conducta evidente, probablemente, y aunque sólo sea por inercia y/o defecto habida cuenta de las bondades del citado filme, algunas de ellas presentes en 'Lupin III: The First'.

Algunas, que no todas aunque el sentimiento que impulsaba a una también impulsa a la otra, la alegre y distendida sed de aventuras, sin que importe demasiado el conocimiento previo que se tenga del personaje hasta el día de hoy, en mi caso, algo enterrado bajo el peso de los años de la llamada vida adulta. 'Lupin III: The First' es un buen sucedáneo de 'Las aventuras de Tintín' de Steven Spielberg que nos brinda una satisfacción relativamente parecida, aunque también, al menos lo parece, relativamente insatisfactoria.

La de una función que, esparcida a lo largo de 90 minutos, no logra aguantar el tipo todo el rato de igual manera a como lo hubiera hecho de haber durado la mitad; la de la función que, a su vez, esparcida a lo largo de 90 minutos, no logra desarrollar sus elementos más allá de lo que lo hubiera hecho en 25 minutos. La sensación de ser un capítulo romo y alargado, uno más entre otros tantos, esta de cuerpo presente atenazando a una no tan gran aventura que debería haber podido rivalizar con el recuerdo de Hayao Miyazaki.

Aunque 'Lupin III: The First' funciona muy bien a ratos, presenta un ritmo intermitente y altibajos significativos, en gran parte debido a un guión que prácticamente no saca ningún partido a sus elementos secundarios, presentes como apoyos más funcionales que oportunos derivados por compromiso del material original. La idea de que una película le queda grande rivaliza con el desigual calado de su animación por ordenador, excelente y a menudo espectacular salvo en lo que tiene que ver con los humanos o su expresividad vocal.

Quizá parezca que 'Lupin III: The First' no es una buena película cuando se trata, más bien, de una película no demasiado cuidada, no al menos en o a la medida del contribuyente. Nos queda un agradable y cumplidor pasatiempo, quizá más para los algo más mayores que para los aún demasiado pequeños que sin embargo, a diferencia de por ejemplo las últimas películas por ordenador de 'Mortadelo y Filemón' o 'Astérix y Obélix', no logra situarse ni por encima ni al mismo nivel que la tapa de un legado que le hace sombra.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex