'Small Axe: Educación' - En tu p. cara
'Educación' es la quinta y última entrega de 'Small Axe', la antología de películas escrita y dirigida por Steve McQueen que está inspirada directa o indirectamente en hechos reales protagonizados por la comunidad negra de la ciudad de Londres entre los años 1962 y 1989. Cinco entregas de duración variable que Movistar+ ha estado estrenando en nuestro país cada jueves desde el pasado 7 de enero de 2021, a razón de una por semana siendo 'El Mangrove', 'Lovers Rock', 'Rojo, blanco y azul' y 'Alex Wheatle' los títulos de sus otras cuatro entregas.
'Educación' trata sobre Kingsley, un joven de 12 años con una insaciable fascinación por los astronautas y los cohetes espaciales. Cuando es sacado de clase y llamado al despacho del director por su mal comportamiento, descubre que van a enviarlo a una escuela para "necesidades especiales". Sus padres, sumergidos en sus respectivos trabajos, no son del todo conscientes de las políticas de segregación que están evitando que muchos niños disfruten de la educación que todos merecen. Hasta que un grupo de mujeres deciden tomarse el asunto en serio...
Esta quinta y última entrega de 'Small Axe' no es ninguna excepción y su sinopsis, también, prácticamente, telegrafía lo que nos vamos a encontrar y que viene a ser, más o menos, lo que nos hemos ido encontrando a lo largo de todas las películas que forman 'Small Axe'; en este caso, centrado en la segregación racial que se practicaba a través del sistema educativo británico. No debería de sorprendernos lo que la sinopsis deja que nuestra imagen de por sentado: Que muchos alumnos de raza negra eran enviados a colegios de educación especial. Porque sí.
Porque si los niños son el futuro, nada como minar las posibilidades de futuro de los otros niños para que el tuyo pueda perpetuar un statu quo ventajista para tus intereses. La de 'Educación' no es una historia real, pero sí la representación de miles de historias reales. Una que además ejemplariza como, a su vez, ni todos parten desde la misma casilla ni todos juegan con las mismas normas. Como la ignorancia ayuda a levantar cualquier sistema que pueda barrer para arriba. Si lo que no te mata te hace más fuerte, lo que no sabes te hace más débil.
Se entiende, y se sobreentiende. 'Educación' no necesita que nadie hable por ella, por más que en cierto sentido, si requiere de que alguien le de impulso en su nombre: Nosotros como espectadores. A pesar de la clarividencia de todo el 'Small Axe' a la que 'Educación' no es ajena, este capítulo se antoja como tal vez, el eslabón más débil de una cadena por otro lado muy sólida, tanto en lo gramatical como sobre todo en lo conceptual. Una capítulo aque al igual que 'Alex Wheatle' parece precipitarse y dejarnos con la palabra en la boca y la mesa a medio poner.
No es sólo que 'Educación' acabe siendo la menos interesante de las cinco entregas de 'Small Axe', es que sobre el papel es la que mejor lo tenía para haber sido la más interesante de todas. Poner a un chaval en manos de alguien como Steve McQueen rara vez puede acabar mal. Y de hecho, lo que se dice acabar no acaba para nada mal: 'Educación' sería objetivamente hablando, tan intachable como sus otras cuatro compañeras de viaje. Una producción a la que en lo audiovisual y con el manual del buen cineasta en la mano, poco o nada le podemos echar en cara.
Pero, y al igual que ocurre con 'Alex Wheatle', su historia está encajonada dentro de una hora de duración que no la proyecta y amplifica como el cine es capaz de hacer. Se queda ahí, concentrada, sin que le falta de nada pero a su vez, sin que nada grite en favor de ella y con el agravante, a diferencia de lo ocurría con 'Alex Wheatle', de un montaje lineal que no deja margen para alguna duda que no haya sido desvelada de antemano. No hay sorpresa en 'Educación', siendo lo que a menudo parece una contradicción aunque no tenga por qué: Es exactamente lo que es, sin más.
Como Homer Simpson en una sala de cine de los Movimentarios, es más interesante la película que podamos montarnos nosotros a partir de ella que ella misma. Siquiera su rabia, presente pero demasiado contenida es capaz de hacernos vibrar con una historia tan telegrafiada y condensada que ni sorprende ni quiere sorprender. Molesta, e incluso indigna. Pero no más de lo que ya estábamos, si es que lo estábamos. 'Educación' es lo que cabe esperar, a lo que venimos. Y va tan de frente que es como si sólo le hubiéramos visto la cara, en tu puta cara.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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