La asociación con 'Alien' es más que razonable, prácticamente obligatoria dadas las circunstancias. Que pueda jugar a favor, en contra o en terreno neutral ya es opcional, puede que tal vez fortuito y de cada uno. Llegado el caso todo puede ser relativo. Como de igual modo lo puede ser el legado de un filme tan recurrente, relevante e inolvidable como el estrenado en un 1979 que perfectamente podría ser ayer, un ayer que parece no tener su propio pasado. Los creadores de esta nueva criatura lo saben, y es evidente que lo saben a la hora de jugar con una referencia imposible de ignorar.

El juego de 'Life (Vida)' se desarrolla continuamente sobre esa línea entre lo que crees conocer y lo que no sabes si desconoces. Asumiendo una posible (¿pero infundada?) falta de originalidad, si bien sin resignarse a esta (¿fundada?) sensación a obligatorio derivado, medie o no confesión alguna por parte de sus responsables. No es un sucedáneo... aunque pueda ser un notable sucedáneo, y una buena réplica de muchas de sus bondades, convenientemente adaptadas a las directrices de un momento como el actual al que le cuesta mucho más hacerse el sorprendido.

Porque a menudo, si uno se para a pensarlo, las cosas no parecen sino una mera cuestión de ingenuidad. La de un niño para con cualquier película de animación, por ejemplo. No es tanta la sorpresa como la capacidad de uno mismo para sorprenderse; de redescubrir la magia de un cine al que internet, China y un par de cosas más le han privado de ese aura de divinidad, podríamos decir. 'Life (Vida)' comienza con un estupendo plano secuencia, en una declaración de intenciones por parte de Daniel Espinosa que a lo largo del metraje se respeta en la misma medida en que no lo hace.

'Life (Vida)', decíamos, vive entre esas dos deudas que son el pasado y el espectador, y entre la inercia de aquel que asume que no hay nada que inventar, pero al mismo tiempo no quiere dejarse llevar por la tentación, y la comodidad, de vestir un clásico con efectos digitales "como si fuera para niños"; esto es, para espectadores sin pasado (o conciencia). No es tanto descubrir como redescubrir, no es tanto sorprender como hacerse el sorprendido; no es tanto dejar de mirar hacia el futuro como impedir que sea el pasado lo que nos impida disfrutar (y aprovechar) el presente.

Con una deuda reconocible cuyo pago sin embargo no la esclaviza, 'Life (Vida)' cumple en todos los sentidos exigibles con buena letra, y con buena nota. Más entretenida que ambiciosa, pero con la suficiente capacidad para hacerte partícipe del suspense, de que el destino de los personajes te incomode. De que a pesar de que se resigne a ser un sucedáneo, de vivir a la sombra de un sumatorio entre 'Alien' y 'Gravity', lo haga con la entereza, integridad e inteligencia necesarias para resultar sumamente gozosa como ese plan B que se disfruta casi como si fuera el plan A.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex