'Land of Mine. Bajo la arena' - Dinamarca siempre gana
Decía Gary Lineker sobre el deporte rey que "el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, donde juegan 11 contra 11, y donde al final siempre gana Alemania". Extrapolando la frase a escenarios cinematográficamente bélicos, la cosa podría quedar de una manera parecida a "el cine es un arte que inventaron los franceses, donde convergen muchos géneros, y al final siempre gana Dinamarca". No sólo en lo bélico destacan los daneses. Nombres como Thomas Vinterberg o Lars Von Trier, movimientos como el vanguardista, moldes de reinvención como el Dogma 95 o maravillas documentales como 'The Act Of Killing' prueban el talento para el cine de este país nórdico.
'Land of Mine', que se ha traducido al castellano como 'Bajo la arena', pega como película con una contundencia bestial y redime de aquella manera a una generación perdida. Si la guerra supone el crimen más bochornoso para la humanidad y para su estudio futuro, la II Guerra Mundial es un desastre de catastróficas resoluciones. Más aún cuando los protagonistas del relato son solo niños, alguno incluso que por físico no parecen tener ni 16 años. Estos niños forman un grupo de soldados alemanes, presos de guerra, los cuales son enviados a las playas de la costa danesa a desactivar, bajo unas condiciones de supervivencia básicas, sin apenas comer y en libertad restringida, la ingente cantidad de minas que se enterraron a lo largo del conflicto bajo las arenas nórdicas.
El trato de personajes, orquestado por el director y guionista de la cinta, el danés Martin Zandvliet, es un prodigio narrativo. El Sargento Raspussen, por ejemplo, está construido a la perfección, pues su purga interna se muestra gradualmente perfecta y atractiva, desde el "opening sequence" hasta la expiación final. Los muchachos son tiernos, fuertes como germanos que son, pero débiles ante la brutalidad con la que les ha tocado lidiar. Ellos son la generación que pagó los platos rotos de los horrores cometidos por sus padres. Su tramo final, en una atmósfera compungida y en un sentido similar a 'La lista de Schindler' del maestro Steven Spielberg, es maravillosamente recomendable. Totalmente justa su nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera.
Como dice su sinopsis, la guerra no se acaba con la paz. Hay mentes encorsetadas en venganzas irremediables, almas perdidas e inservibles, a pesar de haber sido limpiadas, y hay mucho dolor en una memoria más bombardeada, tiroteada y apuñalada que cualquier cuerpo que tocase el suelo en aquel desastre inolvidable. 'Land of Mine' es una terapia de choque contra ese recuerdo negro de la historia, es visceral y quiere hacer daño, porque en el fondo se necesita mirar con dolor a ese pasado. Es un daño necesario, espíritu herido para combatir heridas de las que uno se siente culpable a pesar de ni haber nacido cuando se abrieron. Cine purgatorio, desde Dinamarca, el país que siempre gana.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_