'La ley de Teherán' - La ley de la calle
En el panorama actual, donde cada semana se estrenan un puñado de películas comerciales producidas por plataformas como Netflix, Prime Video o HBO Max y las salas de cine consiguen volver a la normalidad únicamente a través de nuevas entregas de grandes franquicias, el cine fuera de estos esquemas parece relegado al olvido y la marginación. Ya no solo en taquilla. Es que cuando lo introducen entre las novedades de alguna plataforma este se ve opacado por películas archiconocidas que vuelven al catálogo o la nueva entrega de la saga romántica de turno con una base de espectadores fuerte. Lo que está claro es que cuando llegue a alguna plataforma 'La ley de Teherán' apenas nadie le hará caso, y su estreno en cines será algo completamente anecdótico. No me gusta hacer de adivino, pero la dinámica de la taquilla española es la que es desde hace meses, y no creo que eso cambie de repente este fin de semana. Más allá de ser injusto, es una lástima que mucha gente se vaya a perder una de las mejores películas de acción de 2022 únicamente por no tener una gran campaña de marketing detrás o por no ser una marca.
El primer contacto con la película es extraño. Evidentemente, hay prejuicios. El cine iraní no es uno de los más populares, y mucho menos si hablamos de thrillers o cine de acción. A la película no le hacen falta más de 5 minutos para tirar esa (posible) barrera al suelo y atraparte de lleno en su vertiginosa trama de policías contra el mundo de la droga y sus consecuencias. Ambientada en una Irán absolutamente destrozada por culpa del crack, con más de 6,5 millones de personas siendo toxicómanas, en la película seguiremos los pasos de una brigada que está persiguiendo a Nasser K. Samad, una de las personas que más culpa tienen de haber llegado a esta situación: el capo de la droga. Los primeros minutos son una forma excelente de romper esa barrera mencionada anteriormente gracias a la redada que tiene lugar en un barrio conflictivo donde hay mucho tráfico y consumo de drogas, mostrándonos el estado de Irán y la actitud de una policía ya habituada a encontrarse cualquier cosa. Aquí no solo te das cuenta de esto sino también del gran trabajo de fotografía y dirección por parte de Houman Behmanesh y Saeed Roustayi, consiguiendo hacer que una película de 3 millones de dólares luzca mejor que otras producciones mucho más caras.
A nivel técnico no es que estemos ante una película de gran escala, pero tiene mérito la forma en la que han aprovechado los recursos que tenían para entregar una producción tan sólida en lo audiovisual. Todas las escenas de acción son agobiantes, muy físicas, y dejando de lado alguna que se nota demasiado americanizada, todas tienen alguna particularidad que las hacen interesantes. La película te mete de lleno en esta espiral autodestructiva por parte de ambos bandos, con una policía sin escrúpulos y unos criminales más humanos de lo que parece en un principio. La manera que tiene de jugar con las expectativas del espectador ante unos personajes tan estereotipados como estos es sorprendente, y esto es gracias a un guion (por parte del propio director de la película, Saeed Roustayi) que siempre va más allá de lo que esperas. Sus protagonistas son un buen ejemplo. Las interpretaciones de Payman Maadi y Navid Mohammadzadeh son fantásticas, dando vida a personajes muy humanos tanto para bien como para mal. El primero es un jefe de policía con una moralidad discutible pero que necesita capturar al segundo sea como sea, mientras que el segundo es un villano al que nunca justifican pero con el que te hacen empatizar, algo muy poco habitual. Sus más de dos horas de duración están justificadas ya solo por el desarrollo de estos personajes, más propio de una serie por todos sus matices que de una película.
El film cuenta con muchas más virtudes, entre las que destacaría una parte final muy emocionante, con una conclusión redonda para el discurso que quiere hacer llegar el director al espectador. No solo funciona como un thriller. Es una muestra algo dura sobre la situación actual de Irán y veremos cómo retratan al sistema judicial, penal y policial que hay en ese país. Lo que más me falla es el poco partido que le saca a unos personajes secundarios que son planteados de forma interesante pero al ser una película tan centrada en dos personajes en concreto quedan un poco de lado. Aun así puedo decir que son pegas que le pone uno después de analizar la película buscando algo que criticar, porque estamos ante una producción bastante redonda y que deja la impresión de haber visto una muy buena película, muy completa. Todo aquel que tenga la oportunidad de ir al cine a verla, que no falte a la cita, y a malas siempre quedarán las plataformas de streaming como segunda oportunidad, pero no es una película para ser ignorada.
Nota: 7,5
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan