'La casa de verano' - El curioso caso de las películas hechas para los de las películas y no tanto para el público
En este inverosímil mundo del cine hay proyectos que están hechos más para los que los hacen que para los que los consumen; esto es, para los artistas y no tanto para el público. El ejemplo más reciente en Hollywood puede ser '¡Ave, César!', la penúltima película de los Hermanos Coen antes de esa fantástica combinación de historias del western llamada 'La balada de Buster Scruggs'. En '¡Ave, César!', los Coen recrean de manera caótica la rutina de la industria hollywoodiense de los años 50, pero su resultado induce a pensar que el "behind the camera" y su producción fueron lo más destacado de la película, y que los Coen sabían de esto antes de rodarla.
Exactamente lo mismo es lo que parece pasar con 'Les Estivants', o como se ha traducido al castellano, 'La casa de verano', cinta francesa dirigida por Valeria Bruni Tedeschi, actriz y directora italiana afincada en Francia que ha trabajado con François Ozon, Paolo Virzi o Steven Spielberg y que como dato curioso es la hermana de la que fuese Primera Dama de Francia, Carla Bruni. La película es ingeniosa y muy jovial en sus diálogos, pero el espectador no logra sacarse esa sensación de no ser el receptor directo de la historia, sino un tercero que presencia una situación entre amigos.
De hecho, 'La casa de verano' encaja a la perfección como secuela inconfesa de 'La alta sociedad', desternillante película francesa del año 2016 dirigida por Bruno Dumont con Juliette Binoche y la propia Valeria Bruni Tedeschi, que pasó por Cannes y que, como la primera, también pasó por el Festival de Sevilla de manera triunfal además, pues ganó el Giraldillo de Oro a Mejor Película. 'La alta sociedad' era una absurda e histriónica crítica a la burguesía francesa pero la película era más implosiva que explosiva. Parecía ser disfrutada más por los actores que por el público, un producto de acabado exterior pero de disfrute interior.
No es nada malo crear una obra para disfrute personal. Es precisamente la base de cualquier creación artística, puesto que el arte no está casado con la exposición premeditada, pero cuando sucede en el cine de una manera tan localizable es un hecho curioso puesto que se camufla con efectismos cinematográfico que "fansirven" al espectador (aunque esto no siempre es así). Lo que queda claro es que Bruni Tedeschi se lo pasó pipa rodando ‘La alta sociedad' y quiso hacer su propia versión (quién sabe si autobiográficamente), pero le sale muy obtusa.
La película es un retrato disfuncional de las clases sociales y el elitismo que por no encontrar el tono y dar vueltas entre la dramedia, la tragicomedia, la sátira e incluso la metaficción en su epílogo termina por romperse y no aguantar los 126 minutos de metraje. Pero poco le importa esto a la directora y al equipo de rodaje. De hecho, les importa muy poco las críticas de la película y la recepción que tenga la misma. Ellos se lo pasaron divinamente rodándola, tanto que hasta los sets de rodajes de 'La alta sociedad' y 'La casa de verano' son los mismos. Y si todo eso les importa poco, menos les va a importar esta crítica. Hacen bien.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_