'Holy Spider - Araña sagrada' - Abassi vs. La polémica
Muchas películas precipitan debates que a veces engullen a la propia cinematográfica. Opiniones que se amontonan sobre un producto, enterrando la categoría de este hasta el subsuelo de lo relevante. Esto da lugar a una concepción algo errante del término "película fenómeno", donde la conversación es la que hace importante a la obra y no es la obra la que enriquece la conversación. Eso es exactamente lo que le pasa a 'Holy Spider - Araña sagrada', la exitosa cinta del director de 'Border', Ali Abbasi, el cual compite para los Oscars por Dinamarca por, entre otros motivos, pura financiación, aunque sea de nacionalidad iraquí.
Hay un cambio muy marcado en 'Holy Spider - Araña sagrada' que es precisamente el que desbloquea el ruido sobre la película. La primera mitad es puro David Fincher (esa sensación punzante que se tenía en 'Zodiac' en los momentos previos a los crímenes aquí también se experimenta), y ahí la película es un portento. Todo cambia radicalmente cuando Abbasi olvida el thriller y dedica la otra mitad entera a ser salomónico, cuestionando si el feminicidio en la Irán post 11S necesita de justificaciones para comprender su logística. No hay necesidad de engordar de metraje el blanqueamiento de la figura del asesino usando la purga religiosa como alegato. Es una decisión tan lícita como evitable.
La película toma, a través de una decisión de su director, un camino tan sinuoso como temerario, y la experiencia de verla se vuelve un reto más que un disfrute. Lo incómodo se abre paso en el espectador mientras la ética de este se intenta sostener recia, como intentando que la película no entre en el tribunal mental del que la ve. Es una cinta muy jugosa que levantará ampollas ante la percepción de lo necesario que parezca representar el por qué se mata. El premio en Cannes a Zahra Amir Ebrahimi como actriz también parece cuestionable, porque aquí es el relato el que incentiva su trabajo, y no al revés.
Las 4 nominaciones que la película recibió en los European Film Awards (EFA) dejan claro que la película logra su cometido con parte del público que la ve, pero esto no deslegitima al que se siente que está viendo, en resumidas cuentas, algo políticamente incorrecto y de polémico criterio. Dice Ali Abassi en una entrevista que, "cuando hago una película, me pongo por encima de un régimen sanguinario como el de Irán". Quizá no sea necesario ponerse por encima de nada, sino sentarse de frente a discutir lo que se plazca con lo que se quiera. Al menos así, la actitud parecerá mucho menos suicida, aunque no se pueda negar que el cine que arriesga es el más estimulante, guste más o menos.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
En un ambiente de censura y marcadamente misógino, la periodista ficticia Arezoo Rahimi tendrá que lidiar con toda serie de obstáculos para intentar esclarecer los recientes asesinatos ocurridos en el último año (2000-2001) y que mantienen aterrorizada a la ciudadanía de Mashhad.
Una buena historia de asesinos en serie, en algunos momentos muy dura, que, junto a una maravillosa e inquietante BSO que acompaña perfectamente los momentos en los que hace acto de presencia, nos mantendrá en vilo durante sus casi dos horas sufriendo por cada una de las víctimas (en este apartado me quiso recordar a la serie Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer) y que refleja, de forma demoledora, los laxos criterios éticos, policiales y jurídicos utilizados a la hora de interpretar lo que a todas luces son claros casos de asesinato.
Recomiendo verla en persa con subtítulos en castellano. La comencé viendo doblada y os adelanto que se pierde muchísima inmersión pero de cualquier forma muy recomendable.
Un 8.
Le doy un 8.
Parece que sean todo "peros" pero no. Es una buena propuesta que aún sin la "magia" de quien es el asesino si tiene bastante en la de cuando lo pillarán. Deja escenas potentes y su recta final es soberbia en cuanto al trato de sus amigos y defensores hacia el asesino. Y su epílogo más terrorífico que los propios asesinatos.
Coincido Turbolover, es que merece la pena verla solo por llegar hasta él.