'El gran baño' - Si sabemos a qué venimos
La promoción vende a 'El gran baño' como "un 'Full Monty' a la francesa". ¿Se acuerdan de 'Full Monty'? De los detalles posiblemente no, de la película indudablemente sí; sobre todo, de la sensación de buen rollo que transmite... o que transmitía, más bien: Sinceramente, no la he vuelto a ver desde su estreno, hace ahora la friolera de 22 años. Y ni quiero, no vaya a ser que el paso del tiempo no le haya sentado bien y me estropee tan grato recuerdo.
En fin, digamos que si. Que la promoción de la película está en lo cierto, y que 'El gran baño' es una especie "de 'Full Monty' a la francesa". Aunque para el caso, como si nos remontamos al año pasado y le añadimos un parentesco, más o menos lejano, más o menos cercano, con la 'Campeones' española. Porque para el caso, la relación entre las prestaciones y las ambiciones de las tres películas mencionadas operan en una misma frecuencia.
O parecida. No soy un gran defensor de una película como 'Campeones', que siendo tan de manual dura dos horas pudiendo durar la hora y media de 'Full Monty', pero algo es innegable: Sabe perfectamente a lo que juega. 'El gran baño' también, siendo esto, al igual que en el caso de la película de Javier Fesser, tanto lo mejor como lo peor de una función tan convencida de sí misma que la posibilidad de una sorpresa tiende al mínimo.
Gilles Lellouche se lanza a la piscina con flotador en este su debut como realizador: 'El gran baño' ofrece exactamente lo que cabe esperar, un cruce entre un "crowd pleaser" y una "feel-good movie" que es verdad que funciona, y que lo hace con esa solvencia (y esa soberbia) intachable del acento francés; pero también, que funciona a la manera en la que, digamos, sabíamos de antemano que lo iba a hacer.
Esto es, 'El gran baño' es una victoria segura pero sin brillo, sangre o sudor; la duda que alimenta la emoción no existe, y aunque la sonrisa cómplice no haya quién nos la quite de la boca en todo momento no hay, tampoco, algo que nos anime a volver a verla de aquí a pongamos que 22 años, año arriba, año abajo. El recuerdo será bueno, pero es una historia que ya estamos tan seguros de conocer que dicho recuerdo será más que suficiente.
'El gran baño' es, al igual que 'Campeones', una de esas películas que sin ti ni contigo: No hay por qué verla como tampoco hay por qué no hacerlo. Un "allá usted" en toda regla tan satisfactorio como lo sea la convicción del espectador en ella. ¿Qué sus múltiples puntadas al final sin hilo podrían haber derivado en algo más estimulante? Oye, pues sí. ¿Pero por qué o para qué rasgarse las vestiduras... si ya sabemos a qué venimos?
Se trata de nadar, no de competir. De acabar la carrera, no de ganarla. De mantenerse por encima del nivel del agua con orgullo y dignidad.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex