'El exorcista del Papa' - Esto requiere una intervención divina
Como bien habrán deducido, 'El exorcista del Papa' trata sobre el exorcista... del Papa. Una película que como tantas otras asegura estar basada en hechos reales. Como si eso marcase alguna diferencia sustancial cuando de lo que hablamos es de cine comercial (de cariz fantástico), descarado que no (hasta el final) desmadrado. Cine comercial de terror sobre exorcismos. La sensación a déjà vu es... "inexorcizable", palabro que al parecer no es de curso legal.
El principal argumento de la película es Russell Crowe, cuya carisma y presencia mantiene con vida lo que en resumen, y en la práctica, es "otra de exorcismos" tan poco creíble como que están en España. Hay poco que destacar en una obra efectista, plana y predecible demasiado dependiente de los habituales clichés y recursos peyorativos del género. No al menos para bien, siendo que por ejemplo en algunos momentos sus efectos especiales se muestran poco divinos.
A juego con una película poco divina y condescendiente que no dista mucho de 'Samaritan', también de un Julius Avery emperrado en salvar la tarde y no el mundo. 'El exorcista del Papa' está rodada con cierta gracia y gusto estético, pero a pesar de una subtrama intrigante, de Russell Crowe o de su aroma final a placer culpable, en su conjunto carece del encanto o el punch suficientes para vencer la resistencia derivada de los recuerdos de otras cintas pasadas.
Aunque al igual que con la última de 'Scream', puede funcionar ante quien se considere fan acérrimo e irredento del género y agradezca la ofrenda en beneficio de sus más bajos y conformistas instintos. Nada en lo que no se pueda tener (o no) fe de antemano. Este tipo de películas "de explotación" entre lo serio y lo payaso no es que suelan brillar como cine, ni tampoco "dar miedo" cuando, por lo general, están tan condicionadas por los caprichosos antojos del demonio.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
A día de hoy las películas que traten el tema de los exorcismos no son ningún secreto. Desde que William Friedkin hiciese un trabajo sensacional en 1973 con 'El exorcista', muchos filmes han intentado dar el mismo golpe, pero no ha llegado el día que haya una que haga sombra a la historia de Regan MacNeil, el padre Karras, el padre Merrin y compañía. Julius Avery ('Overlord', 'Samaritan') nos trae otra historia de quitar demonios de cuerpos humanos, aunque estoy seguro que él mismo sabe que es muy complicado llegar al listón de la cinta de los setenta. Aún así ha valido la pena el intento.
Con Russell Crowe como mayor atracción, a este paso va a perder el poco crédito que tiene si no da un giro de 180º a su carrera, Avery trae la historia real de Gabriele Amorth, el exorcista jefe del Vaticano y puto amo porque casi desde el principio se ve que es un sacerdote que cae bien por su personalidad desenfadada aportando momentos cómicos que no esperaba en absoluto cuando vi el tráiler. Si la persona real era así o similar, desde luego que sería una compañía interesante.
La cinta no inventa nada nuevo en este subgénero de exorcismos y me extrañaría que lo buscase desde el principio. Tiene las escenas que cualquier espectador curtido en este tipo de filmes esperaría, pero es en algún giro ya visto en los avances previos y frases cómicas cuando tiene su sello personal y se distancia de una película tradicional de exorcismos del bien contra el mal.
Tampoco desanimaría a nadie a no ver este largometraje porque no es del todo lo que uno esperaría (en el buen sentido) y sus efectos especiales están bien logrados cuando entran a escena. Si quieren ver obras mejores siempre pueden acudir a la obra maestra de William Friedkin o si quieren ver posesiones vean la saga de 'Posesión infernal', la saga de 'Expediente Warren' o un partido del Manchester City.
6
2/10
El chiquillo daba igual de mal rollo sin estar poseído. Ya los cogen aposta ya
El final...
Spoiler
5'5