'El chico y la garza' - Hayao Vs. Miyazaki

Aprecio y valoro las incuestionables bondades del cine de un Hayao Miyazaki al que respeto más que admiro, pero este su nuevo (pen)último filme está marcado por una excesiva autoindulgencia. 'El chico y la garza' recuerda además en exceso a otras obras anteriores suyas, siendo que su presencia en pantalla no es lo suficientemente fuerte como para imponerse al recuerdo de algunos de sus grandes clásicos.
El maestro japonés se deja arrastrar, o más bien arrollar, por su habitual ímpetu fantasioso, recreándose con júbilo casi infantil en una estética por momentos muy poderosa que, no obstante, se ve resquebrajada por una narrativa y una lógica interna demasiado inconsistentes y volátiles. Es como si en cierto sentido, a su edad prevaleciera el chaval que se resiste a crecer al cineasta que se resiste a morir.
'El chico y la garza' es, por decirlo de alguna manera, una preciosidad inestable cuyo desordenado y críptico entusiasmo nos complica formar parte de una experiencia que se siente extracorporal. Es admirable que Miyazaki siga siendo en esencia un chaval, pero durante esta película uno echa de menos la experiencia del cineasta que sabe cómo canalizar ese ímpetu en algo más equilibrado, eficiente y resultón.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Desde su estreno en cines el pasado 27 de octubre 'El chico y la garza' ha recaudado 1,32 millones de euros por los 1,29 millones que 'El viaje de Chihiro' alcanzó sumando las cifras de su estreno y posterior reestreno en cines. La película ha congregado, además, a casi 200.000 espectadores, a los que ha cautivado con su magia y belleza.
'El chico y la garza' arrancó con 86 locales en su primer fin de semana pero, debido a la altísima demanda de público, el número de salas pasó a ampliarse por todo el país. Hoy día, en su sexta semana en cartelera, aún puede verse en 44 locales.
Además, 'El chico y la garza' acaba de recibir el premio a la Mejor Película de Animación del Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York, lo que la consolida como firme candidata y con posibilidades de competir en los Oscar 2024.
El protagonista, además, me dejó bastante indiferente. Apenas sabemos nada de él, y es casi imposible conectar con su historia. Es como si estuviera ahí por estar, sin que nos dé razones para interesarnos por su viaje. La banda sonora de Hisaishi, aunque siempre es genial, en este caso está tan intimista y la orquesta tan contenida que no tiene el impacto emocional de otras composiciones suyas, casi pasa sin pena ni gloria, increíble. Yo estoy convencido de que solo por ser la despedida de Miyazaki, por ser visualmente preciosa y por ese aire de refrito de sus películas anteriores (especialmente El viaje de Chihiro) todos la ponen fácil por las nubes, sin que muchos realmente sepan lo que les han contado.
4/10