Al igual que lo fue 'Blade Runner 2049', 'Doctor Sueño' es otra tardía secuela de una película inolvidable que en realidad, nadie echaba en falta. Como secuela no era necesaria, aunque como película tampoco esté de más. Ya sea como secuela, o ya sea como película la influencia del original es en cualquier caso importante en ambos casos: Cuando más se intenta de alejar de ella, como cuando más intenta estrechar los lazos. Y quien dice importante, dice esencial.

Es obvio que 'El resplandor' no es cualquier película, como tampoco lo es 'Blade Runner'. Enfrentarse a una secuela de una película de la categoría de cualquiera de ellas, especialmente tantos años después, es, por decirlo de alguna manera, complicado. Kubrick mediante, me viene a la cabeza '2010: Odisea dos' que al igual que este 'Doctor Sueño', se basa igualmente en una novela del autor que había inspirado la película original. Las comparaciones son odiosas.

Peter Hyams dirigió 'Atmósfera cero' pero no era Kubrick. Mike Flanagan dirigió 'Oculus: El espejo del mal' pero tampoco es Kubrick. Tampoco lo son Denis Villeneuve y Ridley Scott, si bien el primero intentó emular al segundo sin por ello sentirse, o parecer, o comportarse como un esclavo de la manera que lo hace Flanagan con 'Doctor Sueño': Tanto del original como de la propia novela de Stephen King, interesante como aporte pero poco relevante como secuela.

¿Qué sentido tiene hacer una secuela de una película de 'El resplandor' sino es para, de alguna manera, emularla? Flanagan guarda las distancias pero en apariencia, lo hace más por la ausencia de aplomo que por voluntad propia. Algo legitimo que no obstante pesa, por falta de talento y en su contra cuando el relato se dirige, inexorablemente, hacia la confrontación con la obra original. Algo que está muy de fondo hasta el momento que pasa a estar en primerísimo plano.

Hay algo, bastante de la densidad literaria de 'El juego de Gerald' en esta 'Doctor Sueño' que igualmente, empantana una narración que como en algunas de las peores adaptaciones de King, se siente demasiado condicionada por su fuente de inspiración. Flanagan no hace de nadie esta adaptación que, como si fuera un acuerdo de paz por compromiso, señala un punto de encuentro en el que los mitos y las leyendas de la historia quedan sujetos a una cierta indiferencia.

Es, en esencia, un espíritu demasiado mundano en lo cinematográfico, de un impacto reducido y sin carácter. Es cierto que Flanagan nunca pierde el compás, pero tampoco se sobrepone a lo escrito y muchas de sus intenciones quedan aguadas por soluciones gratuitas. Ya no es el encanto de la puesta en escena de Kubrick, sino ese instinto para crecerse y encontrarle las cosquillas a un material ajeno. Para hacerlo tuyo, para darle volumen, para que cobre vida.

Denis Villeneuve hizo suya 'Blade Runner 2049' como Flanagan no hace de nadie esta 'Doctor Sueño', película cuya fragilidad, a pesar de algunos buenos apuntes, queda expuesta sin necesidad de recurrir a la comparación. Una comparación que además no hace falta buscarla, porque es la propia 'Doctor Sueño' la que va de cabeza contra ella. Flanagan no tiene la personalidad, el encanto o el talento para que sus trucos de manos parezcan magia.

No puedo dejar de pensar en 'Demasiado viejo para morir joven', no puedo dejar de pensar en Nicolas Winding Refn como posible recambio espiritual de Kubrick. 'Doctor Sueño' es como si la mencionada miniserie se hubiera rodado de manera tradicional. De manera convencional. Como dicta el manual del buen estudiante, el de Flanagan. Sin ese encanto, esa intención, ese "resplandor" que hace que películas como la de Kubrick sigan brillando casi 40 años después.

Un "resplandor" que 'Doctor Sueño' definitivamente, sólo tiene de palabra.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex