'Dexter: New Blood' - Imbéciles y nostálgicos
Soy de los que vio 'Dexter' en su día, semana a semana. Se convirtió en una de mis series favoritas y una de las mejores de su época. La época dorada de las series de televisión en el siglo XXI y puede que de toda la historia. Coetánea de 'Perdidos', 'Breaking Bad' o 'The Wire' entre otras. "¡Poca broma!".
Eso sí, con 'Perdidos' hubo chorros de tinta en debates encontrados, viscerales y pasionales. E incluso alguno como servidor que sin ser talibán con su final, tras un revisionado lo abrazó como única consecuencia posible. Con 'Dexter' no diría que hubo unanimidad (porque jamás la hay en nada) pero si hicieras una encuesta, un alto porcentaje diría (diríamos) que fue un in-crescendo hasta la cuarta temporada, siendo esta soberbia, con el mejor villano de la serie y resultando un clímax apoteósico. Y que, a partir de ahí, todo fue decayendo hasta un final cuanto menos olvidable, para muchos indigno o directamente hereje. No suelo ser un fan tan visceral como para utilizar el último término en un producto de ficción pero que mi torpe pero selectiva memoria conserve la cara del asesino Trinity bien fresca pero que a partir de ahí todo esté cubierto por una especie de neblina, ya es una señal.
Pero olvidemos nuestros ombligos. No es que nuestras opiniones como espectadores no importen, pero seguramente mucho menos que la de Clyde Phillips, showrunner de las cuatro primeras maravillosas temporadas. Hace poco dijo en una entrevista a La Vanguardia cosas como que fue triste trabajar tanto en ella para verla descarrilar o que (y pide disculpas por la falta de modestia) que quizá era tan mala porque ya no estaba él. A tope con él, a tope con valorarse a uno mismo y odio eterno al falso modesto.
Pero resulta que el bueno de Clyde es el encargado de la que nos ocupa (ahora hablo de ella, paciencia) 'Dexter: New Blood'. De enterarme antes de ver "la nueva" me hubiera generado más ilusión (y quizá la hostia fuera mayor) pero al caer ahora a posteriori, me hace tener una exigencia que él mismo ha creado y vendido.
Y es que a grandes rasgos podría calificar esta vuelta del asesino de asesinos como un golpe de nostalgia, con cosas cogidas con pinzas, con episodios caóticos pero con momentos, aunque fueran puntuales, que hacían recordar a aquella serie que en algún tiempo fue grande. Y nostalgia, ¿lo he dicho ya?
Pero amigo Clyde, si vas de puto amo, que sin ti no son nada, que creaste una obra maestra y la convirtieron en un trapo, confiamos que has repescado este proyecto para que fuera la rehostia, ¿no? Bueno, no pidamos tanto, pero que menos que fuera mucho mejor que las temporadas que maldices, las que a nosotros tampoco nos gustaron y que aquel final que le dieron, ¿no? Espero que no hayas vuelto sólo para quitarte (quitarnos) el trauma de que metieran rollo romántico incestuoso entre Dexter y Deb y menos aún que sea sólo por dinero, ¿no? Dime que no eres como los viejos rockeros que vuelven cuando se les han acabado los billetes o la mandanga. Y que aún menos has disfrazado esto de una ceremonia honrosa para Dexter y realmente ha sido un experimento y balance de audiencias para un posible spin-off, para alargar una gallina a la que no le quedan huevos y menos de oro.
Mi regusto generoso y nostálgico con 'Dexter: New Blood' cuantas más horas pasan tras acabarla y más leo sobre las intenciones de futuro se enturbia y me va saliendo el pasajero oscuro. Ni rescate digno, ni honor ni dignidad. Dinero, dinero y un más que posible triste spin-off para más dinero.
'Dexter: New Blood' tiene un villano aceptable (sin más, compararlo con Trinity es blasfemar), tiene tramos intensos, tiene algún que otro giro sorprendente, pero el camino y todas las incoherencias, y torpezas cometidas (que no son pocas) son para que su final resulte creíble. Y aún con tanto esfuerzo, fracasa.
Lo principal de Dexter era su código, enseñado por su padre Harry, que aún como parte de su conciencia se le aparece cual fantasma. No diré "jamás" porque igual algo se me escapa, pero no recuerdo ningún asesinato a sangre fría. Las circunstancias algunas veces le hicieron improvisar, hubo muertes accidentales, daños colaterales de gente inocente pero no ejecutadas por él ni mucho menos disfrutando de que pasara. Su código era lo que le guiaba y la constante de la serie.
Por otro lado Dexter tenía ese inculcado sentido de la justicia pero no quitaba que fuera un psicópata. Tenía cariño por su padre y hermana, pero se esforzaba por sentir amor sin suerte y sus relaciones personales eran más una conveniencia social para pasar desapercibido.
En 'New Blood' te insisten todo el rato, como quien ni él mismo se lo cree pero quiere hacértelo creer por algún motivo, en que la aparición del hijo lo cambia todo. De repente Dexter pasa del código, de repente Dexter se vuelve un asesino a la carrera, se vuelve un padre que por su hijo "maaa-ta", de repente quien que nos creamos que el amor por un hijo al que lleva una década ignorando ha cambiado por completo quien es.
(Atención, se vienen spoilers del final)
Y ese hijo, que de repente tras sincerarse su padre encuentra por fin alguien como él, con ese pasajero oscuro incontrolable, ese hijo que no quiere ser como él, que no quiere matar y menos a sangre fría, se carga a su padre de un riflazo rato después para vengar a un entrenador de un equipo en el que lleva medio rato.
Y la policía, novia de Dexter, con una ética impoluta en toda la temporada, le da dinero, un beso en la frente y le dice que se vaya.
Puedo y de hecho en los debates del foro semana a semana, he ido empatizando e intentando justificar cada comportamiento, cada cosa cogida con pinzas. Pero cuando algo parece muy retorcido para ser verdad, muy difícil de creer, tiro siempre de algo que es posible que aprendiera con Dexter en sus inicios: La teoría de la navaja de Ockham. Y es que "la explicación más sencilla suele ser la más probable". Y es que si piensas en cada uno de los puntos que no acaban de cuadrar, cada uno de los momentos importantes de la trama cogidos con pinzas nos llevan al mismo destino: buscar una continuidad, "el plan" de Clyde.
El suceso más clarificador: Dexter podría haber aturdido al policía/entrenador y haber escapado igual. Pero entonces no habría final donde el hijo le dispara y entonces no habría spin-off tal y como parece haberse pensado.
Un personaje puede evolucionar pero no cambiar tan bruscamente lo que le hace ser él y menos por motivos como el descrito. Y su final no es bueno (siendo bondadoso). Pero somos imbéciles y nostálgicos, picamos el ver esta y seguramente muchos piquemos el ver (aunque sea arrancar) el más que probable spin-off. Aunque si la cosa no ha acabado bien, sólo promete ir a peor. Jack Alcott, el actor que da vida a Harrison no parece mal actor, pero no tiene el carisma para una serie como protagonista. Ni aunque fuera guiado o increpado por el fantasma del padre, que a diferencia de los años que recibió él, a penas pudo tener unas horas de lecciones sobre gestión del pasajero oscuro. Y si el spin-off no sucede ni estaba planificado podéis tirarme gran parte de esta reseña en cara, pero seguiré pensando showrunner poco modesto no ha rescatado a Dexter para algo que haya merecido la pena. Y aún así, aún sabiendo todo lo que sé, la volvería a ver igual. Porque soy imbécil y nostálgico. ¿Lo he dicho ya?
Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
@Abrahán Guirao
Spoiler
Yo piqué esta última vez pero no volveré a caer, de cualquier forma mejor que ni se molesten en explicar nada y que cada uno se imagine lo que quiera.