'Citadel' - Espías con licencia para matar
Muchos la compararán con la saga de Jason Bourne. Por ahí va claramente el asunto, si bien al cóctel de 'Citadel' podríamos sumarle reminiscencias a 'Memoria letal', 'Sr. y Sra. Smith', 'Misión: Imposible', 'xXx'... o la franquicia de James Bond, por descontado. La evidencia cae por su propio peso. Se trata del "comienzo" de una serie de espionaje internacional en la que su protagonista bien podría ser un cruce entre Jason Bourne y James Bond, obviamente. Lo que serían referencias simples para un mundo simple.
Nos referimos a Richard Madden, un espía amnésico que al igual que Geena Davis en la mencionada película de 1996, desarrolla una nueva vida medio normal ignorando qué hacía en la antigua. A partir de ahí, las que podrían ser las variaciones surgidas para vender el proyecto como algo fresco y nuevo: Tenía una compañera profesional y sentimental con la que era uña y carne, y lo que sería su MI6 ha sido prácticamente aniquilado por lo que sería SPECTRE, quedando de ella poco más que Stanley Tucci haciendo de M.
'Citadel' me recuerda a ese tipo de series de suspense y acción de las que no esperas más que sean entretenidas, y a ser posible, de una forma elegante y respetuosa para con el medio ambiente. Tipo 'Jack Ryan', también una serie de Prime Video bien vestida por los pies. Una historia de espías simplificada y estilizada, con tan pocos reparos morales y políticos como el cine indio para exponer sus conspiraciones, con un toque romántico-guapetón y en la que lo importante es el movimiento y dar vueltas alrededor del mundo.
Seis episodios de entre 30 y 40 minutos que bien podría haber sido una película. Una película que hubiera sido tan honesta y trepidante como la versión de la serie que se ha terminado estrenando. Viene a ser lo que vende, lo que pretende ser, lo que cabe esperar. Dos guapetones jugando a ser "espías por el mundo" presentado de manera lo suficientemente atractiva, elegante y respetuosa para que resulte un blockbuster televisivo muy digno y eficiente del que engancha su falta de... ¿pretensiones? ¿ambiciones?
Sí, puede que 'Citadel' se estrene bajo el recurrente leitmotiv de ser el inicio de una gran franquicia mediática, pero al menos en su primera entrega se disfruta como si no lo fuera. Como si viéramos una de James Bond sin preocuparnos si hemos visto la anterior o que pasarán varios años hasta poder ver la siguiente. Funciona en sus propios términos, y dentro de sus propios no se puede negar que... funciona. Se hace querer, aunque en verdad no presente ningún elemento realmente sobresaliente, innovador o novedoso.
Pero lo que hace lo que hace bastante bien, de manera bastante resultona. Sin complicarse, de manera breve, sencilla y directa. Es 'The Peripheral' quitándole sus 25 minutos de paja por capítulo. Lo que pasa con 'Citadel' sería lo mismo que en 1995 con 'Waterworld', un 'Mad Max' acuático que su alto coste vendía como un gran evento veraniego. Hoy, casi 30 años, ya podemos verla sin prejuicios como una producción muy disfrutable y satisfactoria, aunque nos pueda seguir pareciendo una versión menos auténtica o estimulante que otras.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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