'Barry Seal: El traficante' - Hecho en América
Doug Liman es el nuevo John McTiernan. Y desde que he asociado un nombre con el otro, desde que mi cabeza ha juntado en una misma frase los dos nombres, ya no puedo salir del bucle de dicha asociación. Y habida cuenta de mi profundo respeto por el responsable (en otra vida) de 'Jungla de cristal' o 'Depredador', tampoco puedo dejar de admirar por igual al responsable (en esta vida) de 'El caso Bourne' o 'Al filo del mañana'. Por méritos propios, en una comparación bastante reveladora que a quién conozca el trabajo de ambos no les resultará nada descabellada. Al contrario.
Liman ha venido a llenar el vacío dejado por McTiernan, ambos realizadores situados en ese mismo punto intermedio entre el llamado cine comercial y el llamado cine de autor. Un realizador siempre interesante, en ocasiones muy interesante pero nunca especialmente reconocido dentro de ninguno de dos ámbitos que no terminan de adoptarlo como hijo suyo. En cualquier caso el género es lo de menos, la película también: Si algo ha demostrado Liman es que, al igual que McTiernan, se trata de un narrador puro. Y toda película es en resumen, una historia que contar.
Liman se vuelve a reivindicar con este "Hecho en América" que en España conocemos por el menos estimulante título de 'Barry Seal: El traficante'. En esencia, una historia no muy lejana en espíritu a la de títulos como 'El precio del poder', título español igualmente menos estimulante que su original "Scarface". A saber, auge y caída de un sujeto aparentemente normal con una vida de todo, menos normal. En líneas generales, a lo básico, y a pesar de sus múltiples variantes, un argumento tan potente como tradicional que no siempre garantiza buenos resultados.
Pero he aquí que Liman, con la inestimable colaboración del carisma arrollador de la versión más humana de Tom Cruise (y su siempre solvente séquito), sale victorioso al lograr lo más complicado, que es a su vez lo mejor que se puede decir de cualquier película adscrita al precio en taquilla: Que salgamos pensando en la película que acabamos de ver, no en sus posibles referentes. Y en una película de estas características eso es de una valía muy difícil de tasar. Porque aunque tengamos presente a esos posibles referentes, de forma (in)consciente los dejamos -la izquierda del cero.
Esa es la valía de este "hecho en América". Este buen, bonito y tremendamente resultón "hecho en América" que remite, McTiernan mediante, a títulos como la estupenda 'El secreto de Thomas Crown'. No sólo es oficio o carisma. Liman coge un material potencialmente "peligroso" en manos de un estudio, potencialmente "infravalorado" en manos de un artesano y lo transforma en la quintaesencia del mejor cine "Made in América". Aquel que pervierte el estereotipo cinematográfico que aparenta ser para ofrecer un doble juego tan arrollador como a la vez, estimulante.
La frase "¿Todo esto es legal? Lo es, si lo haces para los buenos", resume el fino cinismo e ironía con la que Liman envuelve al tan recurrente "sueño amerikano". Con sutileza pero a la vez, con firmeza, y sobre todo con mucho humor soterrado y una contundencia como narrador fuera de toda duda. No hay de más, ni de menos. 'Barry Seal: El traficante' es una delicia a mitad de camino de lo comercial y lo autoral que funciona muy bien a ambos niveles, básicamente, porque cuenta una historia. Cosa que hace muy bien, tanto en lo que se refiere al pasado... como a nuestro presente.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 7.
Olvidable pero para un rato de algo ligero sin mucha complicación, si estás de resaca o no quieres un ejercicio que requiera toda tu concentración, es una buena elección.
La película pasa volando y tiene graciosos puntos cómicos. No se le puede pedir más.
7.5