19 de octubre de 2013. Último día de la edición número 46 del Festival de Cine Fantástico de Sitges. En el menú del día nombres tan relevantes como los de Ti West ('The Sacrament'), Takashi Miike ('Lesson of the Evil'), Vicenzo Natali ('Haunter') o Hayao Miyazaki ('El viento se levanta'), todo ello rematado con la proyección en pantalla grande de 'La guerra de las galaxias. Episodio VI: El retorno del Jedi'. Lo que se dice un buen broche final. Y entre medias de todo eso aparece un hueco de dos horas y el nombre de 'The Machine', de un tal Caradog James. ¿Quién? Ni idea. Pero hay margen y sudando un poco nos da tiempo a llegar desde el Auditorio. Venga, va, nos animamos, que nunca se sabe... y que para esto hemos venido.

09 de mayo de 2015. De entre las que tuve la suerte de ver aquel día la que siempre alcanza primero mi cabeza es... ta ta tan chan, 'The Machine'. Y no es porque dejase de disfrutar del resto, como hice incluso del 'Haunter' de la eterna promesa que es Natali, o porque sobre cualquier película que pueda ser vista en el Retiro pese siempre una reminiscencia mística (que un servidor siempre atribuirá a títulos como 'The Raid', 'Maniac' o 'La cabaña en el bosque'). Es por la revelación de un nuevo nombre que apuntar en la libreta, el del tal Caradog James. Todo un soplo de aire fresco el que supone 'The Machine' aunque, curiosamente, sea de todo menos un filme original. Pero si Tarantino ha hecho carrera con el reciclado... con estilo, determinación, desparpajo y sobre todo, alegría.

La línea maestra y arco argumental en torno a la que oscila 'The Machine' es evidente, ya lo pone en su cartel: Ellos se alzan, nosotros caemos. Y por supuesto está presente el quiz sobre el que también giraba el nuevo (y reivindicable) 'Robocop', cada vez más de actualidad en este aún joven siglo XXI: el ¿dónde empiezan las máquinas y acaba la humanidad?, y viceversa. ¿Qué somos? ¿quién somos? ¿qué nos define? y demás cuestiones relacionadas con la idea de dotar de conciencia a una unidad robótica aparecen en la hoja de ruta, y desde ese punto de vista se podría alegar perfectamente que el filme es sólo para los más allegados pues, a los puntos, ni sorprende ni presenta nada realmente nuevo que no haya sido ya visto, oído o leído.

Pero como otras y tantas veces en un mundo del que ya está todo dicho -o casi, alberguemos una pequeña esperanza- no es lo que se dice, sino el entusiasmo y credibilidad con los que se dice (lo que sea que se dice). Y en esta producción británica e independiente James, quien también firma su guión, combina todo tipo de referencias fantásticas de manera tan hábil, ágil y fluida que su viveza dispersa por completo la idea del déjà vu. O como volver a nacer (pero con edad para degustarlo). Un filme inteligente que, bien planteado y construido, hace gala de un excelente acabado audiovisual, un montaje trepidante, un realización plagada de destellos (muy del gusto de J.J. Abrams), y una notable banda sonora que recuerda, remite y suena a clásicos como 'Blade Runner'.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex