'Más que amor, frenesí', 'Atómica (no me hables de los hombres)', 'Sobreviviré', 'I Love You Baby', 'Entre vivir y soñar' y 'Mentiras y gordas'. Tras escribir y dirigir a cuatro manos esta retahíla de joyas del cine español moderno, 'Sólo química' supone la primera película en solitario de un Alfonso Albacete que sale un poco mejor parado que su ex compañero David Menkes, quién el año pasado diera tanto de qué (mal)hablar con 'Por un puñado de besos'. De momento, lo suficiente como para salir vivo de su paso por el Festival de Málaga... que ya es algo.

Nunca se me olvidará lo que sucedió el año pasado durante la proyección de 'Por un puñado de besos' en el Festival de Cine Español de Málaga. Ni a mí ni creo que a ninguno de los presentes, muchos de los cuales reaccionaron de maneras tan esperpénticas como esperpéntico resultaba encontrarse una película así en la Sección Oficial de un festival, se presupone, con un mínimo de dignidad. Y con este polémico pase como antecedente, la proyección este mismo año de 'Sólo química' como película de clausura venía acompañada de no pocos temores. Al fin y al cabo se presupone que Albacete es tan culpable como Menkes de los títulos mencionados al inicio de este texto.

Tanto era el pánico que, después de todo, incluso salimos medio contentos: no, no es el desastre que asoma por un horizonte y con el que amenaza pero que nunca llega a alcanzar. Y a una mala siempre nos quedará Ana Carlota Fernández. Aunque Albacete tampoco se desentienda del todo de ese petardeo trasnochado marca de la casa que llego a su cenit con 'Mentiras y gordas', al menos si entrega una producción medianamente digna -a ratos- que incluso, dentro de su ámbito, dentro del espectro comercial por el que trata de moverse, puede ser considerada como "pasable". Es más, también como "aceptable"... aunque sea a costa de aceptar "barco" como animal acuático.

Porque a este "pasable" hay que aceptarlo de manera un pelín generosa, condescendiente: Un filme que "no es tan fiero como parece" al tiempo que le pesa, y mucho, y no para bien, las hechuras de un filme fallido al que le mueve, claramente, un instinto comercial rescatado en montaje. O como si fuera Hollywood, vaya, en donde las teóricas exigencias comerciales han alienado los posibles valores de una producción inofensiva que al final, prácticamente, se nos ha quedado para vestir santos, y tan superficial que auto sume en el ridículo las "pequeñas excentricidades" con las que se la intenta animar... sin hundirla del todo.

Nota: 4.0

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex