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'Sin rastro': ... y mejor no encontrarlo

Vía El Séptimo Arte por 02 de agosto de 2012

Jugar al despiste con el espectador es un elemento que, bien utilizado, funciona de maravilla en cualquier película. Si se tienen todos los cabos atados y resueltos, el resultado puede ser sorprenderte. Pero si sólo se juega con elementos de telefilme y no se sabe resolver bien las historias empezadas, pueden darse casos como “Sin rastro”. Jill Parrish (Amanda Seyfried) vive obsesionada con que el hombre que una vez la secuestró y de quien se pudo escapar, va a volver a por ella. Un día que llega de trabajar, se encuentra con que su hermana Molly ha desaparecido. Nadie cree que la hayan secuestrado, por lo que ella empieza una búsqueda que esta vez intentará finalizar.Ciertos argumentos sólo sirven para películas de sobremesa. Son interesantes y mantienen al espectador en vilo. Y te quedas a ver esas películas porque no tienes nada mejor que hacer y porque no buscas en ella unas características que te sorprendan, sólo que te mantenga entretenido. Allison Burnett (“Underworld: El despertar”) guionista y Heitor Dhalia, el director, no iban mal encaminados cuando decidieron firmar esta película, pero creo que han dejado demasiados cabos sueltos y han querido jugar con el espectador más de lo debido, tanto que hay cosas que son inverosímiles. Pero claro, contar con una estrella en alza como Amanda Seyfried como protagonista es la carta de presentación para poder estrenar una película como “Sin rastro” en el cine, aunque no esté capacitada para ello.

No seré yo quien diga que hay cosas imposibles en este mundo. Todos los días descubrimos que el ser humano es capaz de seguir sorprendiéndonos. Pero ciertas acciones sin una explicación clara no tienen ningún sentido y ese es el fallo de “Sin rastro”. No da explicaciones, aparecen personajes que parece que despistan, pero luego no tienen ningún papel importante en la película, es más, no se sabe qué ha sido de ellos ni por qué han aparecido y eso es, desde mi punto de vista, insultante. Por mucho que Amanda Seyfried se empeñe en parecer creíble, en esforzarse en aparentar ser una víctima obsesionada con descubrir la verdad y los demás personajes la ayuden, evidentemente unos más que otros, “Sin rastro” no es más que un telefilme, quizás, de alta calidad, pero al fin y al cabo, una película de sobremesa.

Tengo que confesar que vi esta película hace un par de meses porque creo, si no me equivoco, que la fecha de su estreno iba a ser antes de agosto. Pero lo que sí sé es que si no llego a mirar las notas que apunté nada más salir de la película, a día de hoy no me acordaría de ella. Aunque creo que hubiera sido mejor…

Nota: 3

Por Rocío Campos

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