'Nunca me abandones': ... aunque haya razones para ello
Vía El Séptimo Arte
por Angel Negrete 17 de marzo de 2011
Primero tenemos la situación del thriller dramático-romántico que nos presenta un triángulo amoroso bastante adecuado y efectivo con personajes bastante delineados e interpretaciones que aunque inexpresivas, con harta contundencia dentro del entorno narrativo, con una historia que lleva el inicio y desarrollo y fin del romance triangulado hacia un camino sabido y consabido con todo lo que el drama puede ofrecer en una sintonía romántica futurista, donde parece que nunca se ha formulado una precisión clara de los sentimientos, específicamente el del amor.
Y por el otro lado esta el thriller futurista de ciencia ficción, bastante alejado de los pormenores donde sí con harta precisión se nos presenta la frivolidad del ser humano ante el ser humano. Como si dejasemos en el camino y en el pasar de los años, todo indicio de benevolencia, altruismo y sentimientos quedando como simple máquinas de absorbción del mismo hombre. Sin embargo y pese al costumbrismo cinematográfico, aún las cosas encajan a la perfección.
Sumando ambos puntos tenemos entonces que Kathy (Carey Mulligan), Tommy (Andrew Garfield) y Ruth (Keira Knightley) pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico donde descubren un tenebroso e inquietante secreto acerca de su futuro. Cuando dejan atrás el refugio que les brinda el colegio y se aproximan al devastador destino que los aguarda en su edad adulta, tienen también que hacer frente a los profundos sentimientos del amor, los celos y la traición que amenazan con separarlos.
Mark Romanek -Estática (Static) (1985); Retratos de una obsesión (2002)- intenta recrear un mundo planteado especifícamente en la alternancia del tiempo y el espacio histórico mezclado lo cual le otorga un riesgo al filme al someter al espectador a conducirse de manera costumbrista ante algo que no lo es; pero esto no representa mayor problema y sin embargo sí contribuye a generar esa atmósfera fría e inconexa en la que se nos ubica -a sumar la exquisitez fotográfica de Adam Kimmel-.
Eso quizo mostrar quizá el joven y talentoso guionista Alex Garland al adaptar la novela de Kazuo Ishiguro, y para un ejercicio de tal complejidad le ha salido muy bien... en teoría; puesto que la práctica ya estaba recompuesta por los elementos cinematográficos y algo falló en el plasmar del texto al celuloide, y esto es triste, puesto que la ciencia ficción se queda siempre muy por debajo del drama compasivo y blando que tan efectivo es que nos demuestra que la cinta es sólo eso. No que se eche de menos; es más, quizá ni haya hecho falta como tal, pero la insunación como planteamiento queda relegada momentos más, momentos menos. Y es más triste, porque como duales premisas la de Nunca me abandones sigue de cualquier manera teniendo un muy partuicular encanto. Es un verdadero cuento filosófico donde romance y horror van prestándose los zapatos para intentar correr más lejos y así alcanzar más profundidad en un túnel sin salida.
Nunca me abandones está encaminada de corta presencia a ser como la seriedad que hizo falta en La isla (2005), o en Los recolectores (Repo Men) (2010); pero sólo como acercamiento al tema, puesto que Nunca me abandones abarca muchos más cuestiones acerca de los dilemas éticos acerca del tema de la clonación como medio de reposición de órganos exclusivamente. Y aunque con sendas distancias, Nunca me abandones tiende en sí acercarse más a Gattaca: Experimento genético (1997) en la cuestión retrofutura; y el amor en tiempos de la perfeccción e imperfección humana. La buena memoria nos será en cambio tan benévola con la cinta de Romanek.
Por ÁngelNeg
Gracias por la info, chicos!
Saludos! :guiñar
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