Vamos a empezar el año con algo entretenido, que nos divierta. Vamos a ver los entresijos de un programa matutino de información. Vamos a contar con tres grandes actores: los veteranos Harrison Ford y Diane Keaton y la joven, pero con gran talento, Rachel McAdams. En definitiva, vamos a relajarnos para disfrutar de la película.
“Morning Glory” retrata la vida de una joven mujer, Becky Fuller (Rachel McAdams), que comienza a dirigir un nuevo programa de televisión con un índice de audiencia pésimo, el “Daybreak”. Tiene que lograr levantarlo o la echaran, así que decide contratar como copresentador a un veterano profesional del medio, Micke Pomeroy (Harrison Ford) que resulta ser completamente desagradable e insoportable. Todo el equipo, incluida la presentadora, Collen Peck (Diane Keaton) tendrán que lidiar con este individuo para conseguir mantener su puesto de trabajo. El director de la exquisita “Nothing Hill” logra una película muy entretenida a la que no le falta de nada. Consigue aunar todos los elementos que rodean al film, con el trabajo de los actores, de los que ahora hablaremos: desde los paisajes de Nueva York, pasando por una banda sonora magnífica, hasta representar con verosimilitud los bastidores de un programa de televisión, algo que el espectador nunca ve. Ayudado por la guionista Aline Brosh McKenna (“El diablo viste de Prada”, “27 vestidos”), quien ya conoce lo que es retratar a la mujer en el mundo laboral actual, hacen que el filme recupere la frescura de las “screen comedies” de los años 30 y 40, aquellas que el público necesitaba ver para evadirse del crak del 29.
Entre los actores, la voz cantante es la de Rachel McAdams. Su juventud se une a la comicidad que desprende cada uno de sus gestos para conseguir que su equipo de trabajo crea en ella a la vez que el espectador va viendo sus posibilidades frente a la pantalla. Como contraposición, un Harrison Ford despiadado y muy metido en su papel de “tipo listo”. Aunque los rumores digan realmente la persona es un tanto borde, nadie puede dudar que ante la pantalla, siempre se sabe comportar. Y como personaje secundario que anima el cotarro, Diane Keaton, en un papel cómico (sólo como ella sabe hacerlo) que, aunque no destaca ante los dos anteriores, se mantiene firme y completamente imprescindible.
Cierto es que la película nunca será fiel a la realidad. Lo que se cuece entre bastidores es más complicado de lo que aparentemente se ve. Pero al menos cumple el fin de la película que es entretener sin caer demasiado en la inverosimilitud. Presenta a cada personaje del grupo de trabajo con un rol que, más o menos, se puede llegar a cumplir, con el toque de humor necesario para divertir sin cargar. En cierto momento puede resultar larga y se hace el amago de mirar el reloj, pero, de repente, la película incluye unas escenas cómicas que la elevan otra vez al punto de partida.
Mucho color, mucho ritmo, una mujer joven intentando salir adelante (en lo profesional y en el amor), actores de renombre, una buena idea y todo ello de la mano (y dinero) de J.J.Abrams, uno de los mayores productores de éxitos como “Perdidos” o “Fringe”. No es una película que vaya a fracasar. Tampoco que vaya a deslumbrar, pero tiene los elementos de un producto comercial muy bien construidos para que guste al público y disfrute viéndola, sin pensar que ha perdido tiempo.
Nota:
7.5
por Rocío Campos
La peli tiene un ritmo endiablado, siempre están pasando cosas, y aunque llega un momento que llega a cansar, sale bien parada con un arreón para un buen final. Harrison está bien explotado en su vis cómica-gruñona, y ella encantadora con esa sonrisa de oreja a oreja. Y los secundarios acompañan oiga!
Lo mejor:
Spoiler
Saludos