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'Líbranos del mal' - Inferno

Vía El Séptimo Arte por 05 de septiembre de 2014
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Jerry Bruckheimer juega a ser Jason Blum. Eso parece. Después de que a la larga su asociación con Disney le haya hecho perder el brillo de finales de los 90, el productor que junto a su socio, el malogrado Don Simpson, definiera el concepto de blockbuster prueba suerte con el terror, género al que se acerca de la misma manera que suele hacer con cualquier género: con vocación de blockbuster y un exceso de parafernalia que, a la larga y visto en un conjunto de dos horas de duración, como su asociación laboral con Disney, provoca la pérdida de brillo de una irregular sesión de espiritismo pirotécnico que no acaba de poseer ni al espectador ni a sí mismo.

Jerry Bruckheimer juega a ser Jason Blum, pero a su manera, a lo grande. Blum, para quien no le sitúe, es el padrino del cine de terror moderno "low cost". El éxito de 'Paranormal Activity' fue el comienzo de una brillante carrera asentada por filmes como 'Insidious', 'The Purge. La noche de las bestias' o 'Sinister', un modelo de producción que, apoyado en imaginativas campañas de promoción, garantiza beneficios prácticamente en cualquier circunstancia sin limitarse al condescendiente fan del medio ni al inframundo de los festivales, allí a donde el género parece cada vez más condenado en países como España donde los trabajos de patriotas americanos tan mediáticos y retwitteados como Ti West, Eli Roth o Adam Wingard dependen de cuantas velas se le pongan a San Judas Tadeo para llegar dignamente.

La incursión de Bruckheimer en el cine de terror es equivalente a su incursión en el mundo del western con 'El Llanero Solitario', en la misma proporción y con la misma irreverencia genérica. Cine de terror de cara a la taquilla, efectista y muy pagado de sí mismo, que camina pisando fuerte para que se oigan sus pasos desde la calle. No hay humildad, y si mucho orgullo en este híbrido entre lo policíaco y lo demoníaco, una combinación de géneros que al guionista y director Scott Derrickson ya le salió bien en la lograda 'El exorcismo de Emily Rose'. No obstante, y al igual que al propio Derrickson le pasó en la no tan lograda 'Ultimátum a la Tierra', un exceso de confianza y/o de servidumbre comercial en los momentos más inoportunos le impiden convertir al espectador a su fe, aceptando barco como animal acuático más por interés y pragmatismo.

Esto es, 'Libranos del mal' presenta ideas, cierto estilo y mucha voluntad, si bien solo funciona a ratos, abusa de clichés y al conjunto le falta remate, permitiendo demasiadas fugas y contradicciones dentro de una atmósfera que se dispersa a lo largo de sus dos horas de metraje, algo ante lo que su astucia industrial y buena ornamentación técnica se acaban por mostrar impotentes (como ocurre en su pobre clímax). Sin aportar nada realmente relevante ni tampoco ninguna imagen poderosa a incluir en la hemeroteca, dentro de su espectro se deja ver resultando aceptablemente satisfactoria y que, como el grueso de las producciones de Bruckheimer es ante todo entretenida, incluso llegado el caso resultona... si como suele pasar con el cine de clara vocación comercial, tenemos a bien no investigar las notas a pie de página de una historia demasiado manufacturada.

 

Nota: 6,25

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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Comentarios

  • Avatar de Turbolover1984
    Turbolover1984 14 de Octubre de 2014, 09:51:00 PM
    Satanás, El Musical (by The Doors)

    Sólo por el hecho de la grata sorpresa que nos dio Scott Derrickson a los amantes del cine de terror con "Sinister", "Líbranos del mal" parecía merecer una oportunidad, por más que su trailer y sus primeras impresiones te impulsaran a marchar en otra dirección. Por desgracia, el verla confirma que seguir ese impulso quizá hubiera sido la mejor opción.

    No eligió mal actor para el papel protagonista (Eric Bana) y en lo técnico se le pueden apreciar virtudes, incluso resaltar alguna escena puntual, pero todo ello simplemente sirve para salvarla de un suspenso mayor. La película desde el primer minuto divaga torpemente, con una presentación de los personajes y la premisa que te deja más perdido (no por complejidad, sino por torpeza) que si no lo hubiera hecho. La cinta más que una historia mínimamente original o disfrutable, ofrece más un juego de "a qué obra anterior te recuerda esto" con una torpe mezcla de películas de detectives investigando asesinos en serie y exorcismos / posesiones sobrenaturales. Algún cliché de se dejará en el camino pero no muchos. No haré una lista por si alguien aún leyendo estas líneas tiene ganas de verla pero mi favorito que mezcla ambas cosas es el padre de familia que se distancia de los suyos, que además tiene algún trauma del pasado y que para rematar hace tiempo que no pasa los domingos por la iglesia ni se confiesa y no hay mejor señal divina para hacerlo que una dosis de demonios.

    Además de pasearnos por tópicos de los dos estilos de films sin tener claro en cual se queda o encontrar un "mix" convincente, no sabe conseguir un clímax (sea exorcista, de acción o de tensión) final, que aunque es el mejor tramo de la cinta (no es difícil), resulta apresurado. Y hablando de cosas forzadas, la inmersión de la música de The Doors parece más un patrocinio metido con calzador que parte de la BSO o menos aún, como a ratos parece pretender, un elemento argumental. Sumado a algún momento musical que da vergüenza ajena, son cosas que suman al sabor decepcionante que queda tras el visionado, que no resulta una tortura pero si muy prescindible.

    Nota: 3'7