Podría decir muchas cosas sobre este 'Hércules'. Pero al igual que hace la película, simplificaré. Es una película de verano dirigida por Brett Ratner y protagonizada por Dwayne Johnson. Uno más uno son dos, si las matemáticas no me fallan. Y no haría falta escribir más. O casi.

'Hércules' es una lujosa serie B inofensiva concebida para pasar el rato en una época como la veraniega que se presta tanto a ello. Poca ambición, pocas expectativas. Así sin más, cumple aceptando que tras el nombre de Brett Ratner por definición, en la práctica o en la teoría, incluso en Marte o el Olimpo, no hay más. Una historia sencilla y para todos los públicos adornada con efectos especiales y ninguna subversión; un protagonista con carisma y toda una retahíla de secundarios pasándoselo bien, sin duda lo mejor y más auténtico de una función en la que destacan Rufus Sewell e Ian McShane, quién pone en evidencia a los responsables de 'El niño' al haberle arrinconado en aquella a tener tanta irrelevancia como en esta lo tiene Irina Shayk, quién de no compartir cama con quien la comparte igual su minuto en pantalla ni aparecería acreditado.

Bien vista, es mejor que la de Renny Harlin; mal vista, mejor nos ahorramos su (irrelevante) visionado. Vista sin más, la pregunta de por qué el mundo es cómo es y a Harlin le falta el aire que le sobra a Ratner, quien aceptamos sin rechistar es el tipo tan majo que se cuenta la rumorología. No hay otra explicación. Por supuesto que este 'Hércules' parte de una buena idea desaprovechada y dilapidada en un montaje final que, se intuye, en manos de una comisión, se ha quedado en lo justo y necesario para que discurra sin molestar. Una leyenda desmitificada, un héroe desorientado, una reflexión sobre la creación de los mitos, la percepción de la realidad y el poder de una palabra más fuerte que el mazo (ojo a los créditos finales, uno de los momentos en donde destaca la buena banda sonora del español Fernando Velázquez). Pero eso será en otra vida.

El espíritu de este 'Hércules' de convertir en leyenda a un hombre choca con el espíritu de sus responsables de convertir la leyenda en un hombre, de fiel a la costumbre estival servir un complemento bajo en calorías a las palomitas y el aire acondicionado. Y así al final ese "una película de Brett Ratner" que se puede leer al comenzar los créditos sigue sin hacerle ningún bien... al propio Ratner, quién sigue sin demostrar con hechos que se supone que es "una película de Brett Ratner". Siempre nos quedarán el carisma y los músculos de Dwayne Johnson (algo desbordado/limitado en los momentos dramáticos), los secundarios, algún apunte ocasional y unos 100 minutos de distracción ligera para todo aquel que, con dos dedos de frente, aguarde como hay que hacerlo tras leer que dirige Brett Ratner.

Nota: 5,5

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex