'La mujer de negro: El ángel de la muerte': Efectos secundarios
Nunca olvida.
Nunca se fue.
Porque la primera tuvo éxito...
Así se podría resumir la existencia de 'La mujer de negro: El ángel de la muerte', modélico ejemplo de secuela que se presenta en el prospecto como efecto secundario. O como daño colateral. O como réplica de un modelo original sensiblemente inferior a este en casi todos los aspectos.
Sólo hay dos cosas en las que 'La mujer de negro: El ángel de la muerte' iguala y puede mirar de tú a tú a su predecesora: en su diseño de producción y en su atmósfera. Esta secuela, en la que repite la mayor parte del equipo de producción, mantiene el tono y el sugerente ambiente del filme que protagonizase Daniel Radcliffe a las órdenes de James Watkins. Sin embargo lo que no mantiene el realizador Tom Harper es el nervio narrativo mostrado por este último, ni mucho menos su capacidad para elaborar algún susto con el que meter al público en vereda ni aún recurriendo a un puñado de críos.
¿Una película de miedo... sin sustos? Haberlos haylos, pero en su mayor parte fallidos por no decir directamente que muy poco afortunados (y con un alto índice de susceptibilidad cómica). Y es una pena porque, lo dicho, los esfuerzos de la cinta y de su reparto por generar un opresivo desazón sobre sus personajes se evapora en estos instantes dónde se le ahoga la voz, incapaz de coger desprevenido a un espectador que a poco que esté curtido en la materia se las verá venir hasta cuando no esté mirando. Poco importa, llegado el momento, lo estimulante de su Made in Hammer.
Y es una pena, reitero, que la cinta por más que alcance a ponernos en situación no alcance siquiera a bajarnos los pantalones. Todo por apostar por el susto cuando en su atmósfera estaba la clave (y la salvación). Nunca perdona. Nunca olvida. Nunca se fue. Y la verdad es que lo que al final acaba siendo una acumulación de tópicos y lugares comunes nunca aburre, como tampoco nunca termina de desprenderse de la sensación ya mencionada al principio de ser, básicamente, una película hecha a consecuencia de un éxito de cuyo encanto, empaque y nervio carece.
Nota: 5,0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 5.