Curiosidades del mundo de la distribución cinematográfica. Un servidor tuvo la oportunidad de ver esta "maldición" allá por el mes de enero cuando era conocida por estos lares como 'El despertar' y DeAPlaneta tenía en mente estrenarla el 3 de febrero. Al final llegará a los cines con un título nuevo dos meses y medio después de lo previsto permitiendo que, entre medias, a 'Los otros' le haga compañía otro inevitable referente como ahora vendría a ser la muy sugerente "mujer de negro" protagonizada por el llamado Harry Potter. ¿Qué me estás contando? Escribo estas líneas tres meses después de su visionado, si bien este hecho influye más que en la opinión en la suavidad de las maneras que adoptaré para con un filme interesante en la forma, no tanto en el fondo, pero al que cabe defender como un muy digno y elegante relato clásico de terror gótico con fantasmas de fondo, algo que quizá en caliente, y dado la aparente tramposidad inherente a este tipo de historias, puede resultar difícil de apreciar para el consumidor más perezoso.Lo cierto es que el reciente estreno de la muy apreciable 'La mujer de negro' nos ha servido una comparación, se antoja, un tanto inevitable aunque sea sólo por la inmediatez que impera en el mundo actual. Y si no tampoco hubiera importado demasiado, pues en 2001 Amenábar ya se encargó con sus "otros" de marcar a fuego en el ideario colectivo español una producción a la que resulta complicado no mencionar, sea por inercia sea por la icónica imagen de Nicole con el candil, en relación a un subgénero, el clásico cuento de fantasmas de aires góticos, de larga tradición y flema británica que en otros tiempos fue muy cultivado por esa emblemática Hammer Productions que le debe buena parte de su historia, y tan reconocible y amanerado como lo puede ser el western norteamericano donde en parte las indispensables señas de identidad para los fervientes se convierten en tópicos para los no creyentes. Cuestión de credo.
Al igual que lo eran aquellas dos, la ópera prima de Nick Murphy -al que no habrá que perder de vista- es un acercamiento de corte clásico, respetuoso con el molde, muy noble en sus intenciones para con el espectador más afín y con una cuidada puesta en escena particularmente elegante que, ya puestos y para aprovechar la introducción, como película podríamos situar como muy cercana en espíritu a la citada 'La mujer de negro' pero elaborada con menos ingenuidad a través del mismo prisma que las 'Luces rojas' de Rodrigo Cortés, ambas cintas con un prólogo muy similar -por no decir virtualmente idéntico- y que parten del escepticismo como razón de ser para generar esa duda razonable entre realidad y ficción, ese juego entre la verdad y la mentira sobre la que reposa su sustento dramático más allá de los muy contenidos sustos y momentos de rigor, alguno cabe decir tan efectivo que según la compañía ya puede dar por bueno el visionado incluso a cualquier precio (ojito con la casa de muñecas, sin ir más lejos).
Si bien todo aquello que se pueda considerar como originalidad, o algo similar, brilla muy por debajo de su excelente acabado formal, lejos de convertirse en un filme convencional, vulgar o plano esta producción netamente británica cuenta con los suficientes argumentos a su favor como para darle brillo a lo mismo de siempre, haciendo valer casi siempre su capacidad para distraer al espectador sobre su más bien escaso factor sorpresa, y dotando a través de su atmósfera de interés y energía a lo que en malas manos podría haber caído fácilmente en aquello que logra evitar, mayormente gracias a su buena caligrafía, la desidia. Imperfecta no obstante a la hora de encajar las piezas, es en su tercio final donde no acierta a cerrar una historia que deja tras de sí unas cuantas y muy peligrosas dudas con olor a "gato por liebre", principal hándicap de un filme de poso agridulce por cuanto su rúbrica, la que nos ha de acompañar a la salida del cine, dicta un castigo demasiado severo que el que sus méritos precedentes se habían labrado.
A pesar de que la desequilibrada sensación inicial es ostensiblemente insatisfactoria ante un filme que se desinfla en su propia evidencia, el factor tiempo del que he gozado a la hora de ofrecer esta siempre mi humilde opinión ha permitido que pueda tomar cierta distancia con respecto a 'La maldición de Rookford' y valorar sus virtudes en frío por encima de las sensaciones en caliente. ¿En qué quedamos? ¿El cine es cabeza o es corazón? Ambas cosas son posibles incluso compartiendo tiempos a lo largo de una misma proyección, y que valiéndome de un símil futbolístico bien puede ser como si la decepción de la eliminación tanto del Real Madrid como del Barcelona nublará de forma injusta los méritos que hubieran hecho de ambos más que dignos finalistas. Así es esta 'Maldición de Rookford', un filme disfrutable e interesante, especialmente para los que gusten de estos terrenos baldíos y a pesar de que no sepa en última estancia rematar sus buenas maneras, particularmente a nivel de guión. No obstante siempre nos quedará una estupenda Rebecca Hall, de una presencia de la que carecen la mayoría de la carne de cañón que los productores ponen al frente de lo que algunos consideran cine de terror, y con la que es un placer adentrarse en la más oscura de las sombras.
Nota:
6.25
por Juan Pairet Iglesias