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'La ley del mercado' - Nada golpea tan fuerte como la realidad

Vía El Séptimo Arte por 11 de febrero de 2016

La ley del mercado

“Nadie golpea tan fuerte como la vida”, le decía el gran Rocky Balboa a su hijo en una noche gélida sobre las calles de Philadelphia en la emocionante ‘Rocky Balboa’. La frase es primero durísima, pues quizá la vida sea el enemigo menos vencible que existe, y segundo reveladora, pues escuchar problemas de los demás de una gravedad mayor a los de uno mismo hacen mirar la vida propia desde un prisma diferente. Esto es precisamente lo que Stéphane Brizé quiere y consigue hacer en ‘La Ley del Mercado’, último trabajo del director francés la cual se paseó por cónclaves importantes como los César, Sevilla o la prestigiosa Cannes.

Quiere y lo consigo, y de qué forma. La manera en la que la película golpea en el espectador es impresionante. ‘La Ley del Mercado’ es un retrato realista (y muy necesario) de cómo la crisis y sus efectos tambalean la entereza de un hombre al que da vida Vincent Lindon, que regala una cátedra de interpretación al gremio gracias a una serenidad que de tan labrada luce muy real. La monitorización del personaje de Thierry (Lindon) incrementa una tensión que se palpa y se percibe de una manera constante. Como ya hiciesen los Dardenne con Marion Cotillard en ‘Dos Días, Una Noche’, Brizé se obsesiona con el devenir del personaje principal para dramatizar una realidad agotadora de un modo sublime.

Un guión muy eficaz y una dirección bastante simplista ponen los últimos ladrillos de un castillo sólido, robusto, sin fisuras ni arquitectónicas ni estéticas, que no tiene ningún lujo pero que tiene el compromiso de resultar eficiente en su forma final. ‘La Ley Del Mercado’ es, otra vez más, cine comprometido desde la vecina Francia, que denuncia y que humaniza para deshumanizar, que se ensimisma sobre una crisis para aleccionar sobre una real y verdadera, que tiene en la figura de Thierry los resultados de una radiografía poblacional mundial. Todo el mundo ha sido Thierry en el principio, en el nudo y en el desenlace de la película, todo el mundo ha sufrido la ley del mercado, y si no lo ha sufrido, ya lo hará.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


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