'Jersey Boys' - Walk Like a Movie
Es llamativo que Warner Bros. estrenase 'Jersey Boys' en Estados Unidos el pasado mes de junio, una época del año en apariencia poco propicia dónde se la vio entre medias de títulos como 'Infiltrados en la universidad' y 'Transformers: La era de la extinción'. 'Jersey Boys' no es un alegre musical para cantar a lo sing-along del estilo a 'Hairspray', 'Rock of Ages (La era del Rock)' o 'Mamma Mia!', todos ellos estrenados cuando el hielo del cubata más rápido se deshace; siquiera es en verdad un musical propiamente dicho, estando mucho más cerca de ser algo así como una especie de versión alternativa de 'The Wonders' dirigida por Martin Scorsese. O simplemente y ante todo, una película de Clint Eastwood.
No se trata de reducir las posibilidades de un filme al momento en el qué se estrene, pero es indudable que es un factor a tener muy en cuenta que puede influir sobremanera sobre como podemos percibirlo. La elección de una fecha de estreno es tan importante como la del reparto o las canciones de la banda sonora, ya sea porque el espectador se ha adaptado a la inercia de la industria o la industria la que se ha adaptado a la inercia del espectador. Si 'Monuments Men' acertó el año pasado a desaparecer de una temporada de premios que le quedaba (muy) grande, 'Jersey Boys' habría errado a la hora de sumarse a una temporada estival que le quedaba igualmente grande, pero en otro sentido.
Y es que podríamos emparejar el filme de George Clooney con el de Clint Eastwood, de forma simbólica, por cuanto ambas se inmiscuyen en el obtuso espectro del cine adulto comercial no oscarizable. En un mundo como el actual tan pendiente de los "hashtag", Eastwood apuesta de la misma manera que Clooney por un modelo clásico de cine por y para adultos que, olvidándose de las deudas con el pasado o de las inversiones de futuro, se limita al noble arte de contar una historia, sin más. Con respeto y educación, con elegancia y buen gusto. Con mayor o menor fortuna, por supuesto, pero siempre al margen de modas, corrientes o posados de cara a la galería, los fans o los contables. Por el placer de un trabajo bien hecho.
Pero si algo particularmente nos recuerda 'Jersey Boys' es a Martin Scorsese, nombre que surge de forma instintiva al ser este un material en apariencia muy propicio para el director de 'Uno de los nuestros'. Eastwood narra con su sobriedad y contención habitual el ascenso y decadencia de Frankie Valli y los "Four Seasons", sin sobresaltos, estridencias o efectismos. De forma directa. Sin el dinamismo o la energía de la que tal vez le hubiera dotado Scorsese, pero con la mesura, fluidez y eficacia de esa vieja escuela capaz de entregar, con pasmosa naturalidad y de forma intuitiva, con tanta facilidad como sencillez, un sólido pasatiempo de qualité cuyo señorío a todos los niveles esta fuera de toda duda.
Y así este falso musical que responde al nombre de 'Jersey Boys' no es la excepción en la carrera de un realizador con muy buen oído como Eastwood, un auténtico artesano para el que no existe ningún filme menor, independientemente de cómo podamos percibirlo. Una nueva muestra de que Eastwood es principalmente un narrador, término en ocasiones tabú dentro de un cine moderno demasiado dependiente de jugarse la temporada en la post-producción. 'Jersey Boys' no es ni la mejor ni la peor, ni está destinada a ganar millones o levantar el Oscar, ni mucho menos es la suma de unas etiquetas para que aparezca la primera en la página de resultados de Google. No, simplemente es un película bien hecha.
Nota: 7,0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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Prefiero Sherry, pero es que vaya pedazo de BSO. Como canta John Lloyd Young!
No le hace falta a Eastwood usar la tan acertada narración interactuada en primera persona de los personajes con el espectador ni la excelente ambientación de la Nueva Jersey de los años 50 y la América florencientemente musical de las décadas siguientes. Ni siquiera necesita tirar de una fotografía cuidada y tan sumamente modificada que desprende la sensación de estar viendo series como "Colombo" o "Matrimonio con Hijos" en su época de emisión. Se basta y se sirve con una banda sonora antológica, inolvidable, imperturbable en la memoria de una generación que se levantaba, comía, se duchaba y se acostaba al son de "Los Four Seasons".
Quizá Eastwood, más centrado en el personaje de Frankie Valli y en su evolución como líder de la banda, olvida cruelmente a la propia banda y descuida detalles de la misma justo al acabar el segundo acto en un momento crítico para el devenir de la banda. A pesar de esto, el reparto se muestra competente y da la cara en todo momento, sobresaltando un grotesco pero inmenso Vincent Piazza (sí, Lucky Luciano amigos) como el detestable y despilfarrador Tommy Devito. De hecho, se muestran tan creíbles que el bueno de Christopher Walken se ve tan relegado que casi pasa a ser un extra.
Pero el punto flaco de la película, y donde Eastwood ya es reincidente, es en la terrible caracterización de los personajes cuando el tiempo ha transcurrido en la historia. Como ya pasase en "J. Edgar" con la "vejez" de Leonardo DiCaprio, el maquillaje y acabado decorativo de los miembros de la famosa banda en 1990 es bastante cutre y alejado de toda credibilidad. Da la sensación de estar viéndoles disfrazados de abuelos, y esto no le hace nada bien a la película. Aunque dentro de algo malo está algo bueno, y viceversa, y "Jersey Boys" puede tener mala caracterización o poco dramatismo al que Eastwood nos tiene acostumbrados, pero va sobrada de musicalidad.
La ingesta cantidad de canciones memorables no hace sino hinchar de apetito musical la mente del espectador y más aún si la prodigiosa voz de John Lloyd Young penetra nuestros timpanos. Impensable que existiesen esos agudos tan rítmicos y melódicos. "Sherry" es la prueba perfecta de la melodía made in Four Seasons y del talento de este Frankie Vallie, así como otras del estilo de "Walk Like a Man", "Big Girls Don´t Cry" o la que marca el comienzo de la andadura, "Cry Me". Porque a Eastwood, cuando le falla una esto o no cuida lo otro, le sale a la perfección aquello. Será el Destino como dicen los Four Seasons..
That´s what I say.
Tras unos años dorados con películas como "Mystic River", "Millon Dollar Baby" o "El Intercambio" entre otras y desde una de sus mejores cintas como es "Gran Torino", Clint Eastwood parece haber perdido fuelle y esta que nos ocupa de los chicos de Jersey, es para mi sin duda, la más floja que he visto del director. Sería injusto decir que es una mala película, "objetivamente" no lo es, pero si se puede hacer larga y aburrida.
Arranca con una historia prometedora que mezcla ilusión de juventud, sueños, música y la mafia, aunque sea como elemento de fondo. Quizá que no me entusiasme la música del grupo en cuestión haya sumado a que los momentos más musicales se me hayan hecho más pesados, pero he disfrutado mucho más con biopics de otros estilos musicales o temáticas que me gustaban menos, desconocía aún más. La sensación es que es una película bastante plana, con una historia que con otros nombres, pero te ha sido contada muchas más veces. Personajes a los que les falta fuerza, actuaciones que acaban enterradas bajo kilos de maquillaje convirtiéndose en una exhausta caricatura de sí mismos. Las típicas películas del intento de llegar a la cumbre, de las peleas familiares y entre miembros del grupo una vez se consigue, del decaimiento posterior, etc, aunque sin nada que la haga especial. Para que una caída transmita, debe haber un ascenso, un clímax y este no existe. No se si lo que les sucede carece de interés o no se le pone el suficiente empeño al contarlo. Igual que el supuesto imán, carisma de Jersey, de sus barrios, para lo bueno y para lo malo, tan supuestamente decisivo para lo todo lo que pasa, para todo lo que nos cuentan, el espectador no lo vive.
Pese a todo y pese a mi quizá, excesivamente cruel comentario sobre ellas en líneas anteriores, las actuaciones son de lo más rescatable, aunque como con todo lo demás, sea difícil empatizar. No se si suspenderla, en lo técnico y en general lo "objetivo" es correcta, pero en las sensaciones, el regusto que deja, lo "subjetivo", deseas que acabe. Si aprueba, será por la mínima.