Llama la atención que 'Jack el caza gigantes' haya costado la friolera de 200 millones de dólares, una cifra del todo excesiva para una producción cuyo corazón es tan humilde como el de su protagonista y que debería de estar reservada sólo a auténticos fenómenos sociológicos como pueden ser El Hobbit... por más que en varios aspectos la nueva película de Bryan Singer sea superior a la última de Peter Jackson, siendo el más relevante el de una efectividad adaptada a un metraje bastante más razonable. A la manera en que lo era el intento fallido por parte de George Lucas de adaptar precisamente a J.R.R. Tolkien, más popularmente conocido como 'Willow', este Jack es un honesto relato de aventuras carente de más pretensión que la más noble y respetable de todas, la de entretener de principio a fin.Y la respuesta es que sí, que más allá de cualquier otra consideración que podamos encontrar (que haberlas como las meigas, haylas) 'Jack el caza gigantes' cumple con su ambición y con el espectador (de buen corazón) al entretener a lo largo y ancho de sus algo menos de dos horas de duración, las cuales se pueden disfrutar sin tener que recurrir al incómodo vicio cada vez más extendido entre los muchos imbéciles de este mundo de poca fantasía de consultar en el móvil asuntos tan triviales como, no sé, si Habemus o no Habemus Papam, una de tantas experiencias que pueden hacer de una visita al cine algo verdaderamente estresante. Una falta de pretensiones a la que se aplica con tanta determinación como honestidad, dos cualidades que junto a su humildad para ejercer como inofensivo pasatiempo para toda clase de público (de buen corazón) y con algo de pelo en las partes nobles hacen de ella una propuesta tan agradable de ver como simpática de recordar, ideal para hacer tiempo sin perder el tiempo.
Bryan Singer, alejado definitivamente de la senda del llamado cine oscarizable que hacia presagiar su carta de presentación -'Sospechosos habituales'-, y antes de que los X-Men le absorban a la manera en que la Tierra Media ha absorbido a Peter Jackson, pone una vez más con nobleza su nombre al servicio del bien común y se confirma como un digno artesano para su uso razonable en distracciones de categoría, cumpliendo en sus funciones de la misma manera que ya lo ha hizo en la infravalorada 'Valkiria' (mención que aporto por mero capricho personal). Una realización que al igual que el resto de sus partes -salvo los evidentes efectos especiales o la muy reivindicable banda sonora de John Ottman- destaca por su supeditación a la máxima de que lo importante es no destacar, sino narrar de forma eficaz y sobre todo con sencillez este cuentecillo inofensivo por otro lado tan intrascendente como suelen ser los productos de DreamWorks Animation. Y los actores por su parte, bien, gracias.
Este Jack, ahora que está tan de moda echar mano de los años 80 como referente, recupera el sabor del inocente e ingenuo cine de aventuras de aquella década en la que se agolpaban títulos como 'Willow', 'La princesa prometida' o 'Lady Halcón', por citar tres de los mejores y más conseguidos ejemplos que merece la pena que recordemos y/o recuperemos del olvido. Y aunque a diferencia (y a distancia) de estas tres Jack no sea capaz de emocionar si es al menos, sospechamos, una de las mejores versiones que de aquel tipo de cine podemos esperar de un siglo XXI mucho menos entrañable y tan condicionado por unos omnipresentes efectos CGI, que si bien lucen como se supone que deben amenazan con una fecha de caducidad de igual manera que los creados por Ray Harryhausen. Esta fría dependencia de los efectos digitales incluso para ir a mear, este despilfarro visual equivalente al derroche del dinero público en queridas, es tal vez el mayor obstáculo ante el que tenemos que hacer oídos sordos para disfrutar plenamente de la función.
Si el cine son sensaciones la que nos deja al terminar 'Jack el caza gigantes' es bastante buena, lo suficiente como para que se aconseje dejar de lado la calumnia gratuita de quien parece ser necesita echar un polvo para volver a ver el mundo con cierta alegría, si es que alguna vez lo ha visto de buena gana. Claro que Jack ni es perfecta ni es grande por más que demuestre la suficiente habilidad como para ir de menos a más, no perder el tiempo en tonterías (aunque ella misma lo sea), no caer en excesos ni artificios o hacer coincidir su clímax con el final de la película, algo en lo que fallan muchos de los filmes de acción y/o aventura. Puede que tenga poca entidad propia, que el abuso digital le reste credibilidad emocional a los gigantes, que la cinta adolezca de una cierta indefinición a la hora de fijar su público (con cierto detalles que ponen en entredicho su teórica afiliación al cine para todos los públicos), que... puff, no sé, que algunos actores no parezcan tener claro si es un drama o una comedia, y por ende no haya una aglomeración de chistes a lo Jack Sparrow como cabía esperar. Pero lo que importa, lo que verdaderamente importa... es que entretiene, y mucho, y además lo hace con respeto y educación. ¿Algo más?
Nota:
6.75
Por Juan Pairet Iglesias
El bueno de Brian Singer anda completamente perdido, poco queda de sus primeros trabajos, acompañado siempre de la pluma de Christopher McQuarrie (que pese a todo, aquí sigue con él, mostrando que el declive es una cosa común en ambos). Aquel cineasta mostraba gran talento, una destreza innata, los guiones de McQuarrie destilaban pasión y completa locura. Sólo hace falta mirar Sospechosos Habituales, dónde los dos demostraban su mejor lado, uno firmando uno de los mejores libretos de los noventa y el otro filmando de una manera majestuosa un puzle de lo más enrevesado, dejando con aquella obra al espectador boquiabierto en uno de los mejores finales de la historia del cine. Pero poco hay aquí que realmente sea identificable de estos dos tipos que otrora prometían ser dos de los nombres más importantes del séptimo arte, es más, su presencia es tan nula que son completamente irreconocibles, y quizá, en el único momento que podemos identificar a Singer en todo el metraje es en su recta final explicando la creación de las leyendas. El resto es arduo, banal, filmado con el piloto automático puesto, en una película dónde ninguna de sus piezas parecen encajar y dónde más bien parece que todo está hecho para cobrar un cheque que en beneficio de la obra.
En esta reinvención del cuento clásico británico, el bueno de Jack ya no vive con su madre, si no con su tío, ni será una vaca lo que vaya a vender, si no un caballo, a través del que obtendrá las habichuelas mágicas, pequeños cambios insignificantes, que al menos en su arranque procura siempre mantener la esencia del cuento. Pero como había que adornar una relato tan breve, y que realmente no tiene peso para un largometraje, más allá de aquella bella adaptación protagonizada por Mickey Mouse y que apenas duraba media hora, los elementos tan típicos de cualquier producción de este calibre entraran en escena. Así el pobre de Jack, se verá envuelto en un romance con una princesa que está obligada a casarse con un hombre que la dobla la edad y del que no está enamorada. Pero el valor del joven campesino será la prueba de amor definitiva en un historia de amor bastante rancia. Dónde por supuesto el rey y sus caballeros se dispondrán a subir ese gran tronco que llega a más allá de las lunes para rescatar a la princesa y luchar contra los diabólicos gigantes que viven allí.
Lo peor que le puede pasar a una película de aventuras es que sea aburrida, y ahí nace el primer problema de Jack el caza gigantes. Su transcurso es tedioso y carece de interés, intentando suplir todas sus carencia a base de la espectacularidad de los efectos especiales y su impresionante dirección artística. Pero por muy logrados que parezcan ser estos efectos especiales, sobre todo en la aparición del tronco gigante y en las continuas destrucciones que hay en su parte final, resulta curioso que luego el diseño de los personajes creados por ordenador tenga un resultado tan feo y bastante falso. Ya no sólo los gigantes tienen un aspecto paupérrimo, si no que su prólogo, diseñado todo por ordenador, muestra una técnica de animación demasiado precaria, lejos de estar a la altura de una producción de este tipo. Y entre tanto personaje de aspecto realmente feo, el intento de impresionar visualmente acaba fallando, y no sirve para disipar un aburrimiento que solo en su recta final, cuando la acción toma un carácter mucho más trepidante, aparece, pero es demasiado tarde para resultar interesante tras hora y media de bostezos.
Jack el caza gigantes es un espectáculo lamentable, su pirotécnica en un 3D, tan impecable como suele pasar en estas grandes producciones, no sirve para tapar todas sus carencias que son demasiadas. Un guión que abusa demasiado de los tópicos, ridículo y que por momentos no sabes si pretende ser una comedia, pues sus chistes no levantan ni una pequeña sonrisa, o una aventura de carácter puramente épico y carente de todo tipo de alma. Ni si quiera el hecho de contar con un convincente reparto, con una estrella en ciernes como Nicholas Hoult, que ha mostrado ya ampliamente su talento, pero aquí resulta más inerte que Taylor Lautner en la saga Crepúsculo. Un Ewan McGregor, que habitualmente suele aportar a sus personajes un carisma innato, pero que nunca ha estado más ridículo que en esta ocasión, o un Stanley Tucci, que parece estar carcajeándose del enorme cheque que va a cobrar, consiguen aportar demasiado en una película en la que parece que a ninguno de los implicados les interesa demasiado en lo que está trabajando. Estamos ante una de las peores superproducciones de los últimos años, una película aburrida, sin chispa, carente de alma. Y lo peor de todo esto es ver los nombres que hay detrás y delante de las cámaras, dónde el talento sobra para haber realizado un gran actualización del cuento, pero no, y es que al lado de esta película, otras como la Alicia de Burton o la Blancanieves de Sanders, resultan grandes obras maestras.
Nota: 1,5
Sin más pretensiones, esta película es aconsejable únicamente para todo aquel que esté dispuesto a disfrutar de un viaje emocionante, visualmente espectacular... y entretenido.
Nota: 7.
3/10 si te gusta el potaje
Le doy un 5.