'Gru: Mi villano favorito' - Siempre nos quedarán los Minions
Es indudable que el mundo de la animación cinematográfica ha vivido un vuelco desde que allá por 1995 John Lassetter incorporase con tanta maestría los píxeles al día a día de la industria. A partir de ese momento en que la animación por ordenador pasó a ser la opción predilecta del espectador en detrimento del más artesanal arte en 2D, la hegemonía de Disney se puso en entredicho con la progresiva aparición de nuevas compañías que se atrevieron a plantarle cara con la suficiente fortuna como para que desde entonces cada estudio, por grande o pequeño que sea, haya intentado sacarle partido al asunto de tal manera que, al mismo tiempo que la oferta se ha diversificado y ampliado enormemente, la calidad de las propuestas sea una variable aleatoria muy difícil de predecir, y que oscila entre los que rinden tributo al medio y los que se valen del medio para rendirse tributo.
Illumination Entertainment se suma a la lista de candidatos a tener en cuenta con esta su primera y apreciable producción que, aunque muy voluntariosa, no acaba por resultar del todo satisfactoria a pesar de su innegable simpatía, principalmente por su desesperado intento por dejarse querer y gustar a todos sin antes buscarse a sí misma, algo que al final termina conduciendo al relato a un impersonal punto medio que resulta tan disfrutable durante su visionado como olvidable una vez terminada la proyección. Además, el meritorio hecho de apostar por una idea original que no se fundamente en ningún tipo de material previo se ve un tanto lastrado por no haber sabido, o querido, pulir esta misma idea para que diese brillo a un film algo más emblemático. 'Gru' vendría a ser un prometedor primer paso, un diamante en bruto que les sirve para darse a conocer, y que a pesar de sus imperfecciones permite albergar esperanzas de que en un futuro no muy distante Chris Meledandri y sus chicos puedan ofrecernos unos pasatiempos igual de efectivos, pero con algo más de solidez y enjundia, al menos la justa como para que su recuerdo nos alcance hasta nuestro regreso al hogar.
Existen una serie de patrones a los que toda producción de animación de gran presupuesto ha de rendir pleitesía, una serie de normas no escritas que el paso de los años han convertido en indispensables a la hora de garantizar el éxito de una producción, y que este pueda además sobrevivir al paso de los años. Aplicados con mayor o menor habilidad, existen dos de ellos que por lo general se suelen dejar un tanto de lado por desgracia: El primero y más importante, el hecho de que toda producción se fundamenta igualmente en un guión; y el segundo, aunque no menos importante, una personalidad propia tanto de la propuesta como del propio estudio que permita albergar una voz identificable de entre toda la competencia. No es que 'Gru' carezca de cualquiera de las dos, sino que ambas carecen de un molde lo suficientemente perfilado como para ser cien por cien funcional, con lo que la responsabilidad del relato acaba recayendo en el diseño de personajes, si bien acertados pero a excepción de Gru poco modelados, y que por ende este termina por resquebrajarse ante la falta de un contexto que dote de consistencia su discurso.
Como primera incursión no está mal, el resultado es más que apreciable y su acabado técnico no tiene nada que envidiarle a producciones que, dicho sea de paso, presentan unas cifras de producción escandalosamente más altas que duplican, y más aun, a las de este 'Gru'. En ese sentido se nota el influjo de Chris Meledandri, no por casualidad un hábil productor con una buena mano para la relación calidad/precio y responsable de la trilogía 'Ice Age' para la ahora competencia Blue Sky, y de quien la producción hereda varias de las señas de identidad, principalmente el interés en anteponer el entretenimiento a la solidez de la propia propuesta en sí, y que absorbe a la labor de unos debutantes Pierre Coffin & Chris Renaud, quienes poco aportan más allá de una puesta en escena más que correcta. 'Gru: Mi villano favorito' es una producción comercial concebida como un vehículo de disfrute para el público. No hay problema en cuanto su visionado resulta de lo más agradable y distraído. No obstante, sus imperfecciones se hacen notar más de la cuenta, de la misma manera que su recuerdo promete difuminarse entre otras producciones del montón que, independientemente de su posible éxito comercial, no han logrado por lo general hacerse un hueco en el recuerdo colectivo.
No es que hablemos de una producción fallida, sino más bien de una producción construida con cierta premura a la que le falta algo de trabajo que pudiera pulir un guión que no es más que una suma un tanto alocada de situaciones, y en la que éstas se suceden por inercia mientras que se mezclan detalles intrascendentes con chistes aislados, y el humor es usado en más de una ocasión, especialmente el que hace hincapié en los Minions, para tapar algunos huecos que su narrativa no ha acertado a cubrir. Si a eso le sumamos una realización que si bien puede resultar hábil por momentos se muestra torpe a la hora de sumar sus diferentes partes en un todo, y que vive lastrada por un montaje excesivamente pendiente por decidir el ritmo del relato pero sin ofrecerle a la narración un nexo de unión que compacte una producción que parece vivir más de la puntualidad de algunos gags, y cuyo predecible devenir resulta forzosamente evidente al ser más el resultado de una intención que de la propia evolución de la historia. Mención aparte merece, no obstante, su logrado apartado musical, ejecutado con solvencia por un Pharell Williams asociado con Heitor Pereira para la ocasión, y que ofrecen una partitura musical que incluso sobresale a la imagen por momentos.
Resulta difícil valorar un film de sabor tan agridulce cuyos resultados son tan contradictorios, donde éstos, sin ser malos, nos dejan cierto poso a decepción por cuanto el germen de la idea daba para algo más que un simple pasatiempo efectivo... pero prescindible. Si uno se dejar llevar y asume de partida su intrascendencia, que la imperfección de toda producción se antoja manifiesta para la ocasión, disfrutar de la proyección no le costará absolutamente nada, soltará alguna que otra carcajada y sus 90 minutos de metraje pasarán sin mayores problemas ante nuestros ojos. Eso sí, si para pasar el tiempo cumple, al final cuando el tiempo pase dejará de cumplir y tan sólo los ecos de una más que presumible secuela nos traerá a la mente que en algún momento de nuestra vida empleamos 90 minutos para conocer a Gru. Al menos siempre nos quedarán los Minions, personajes que al igual que Scrat acabarán por devorar, si es que no lo han hecho ya, a la criatura que les dio la vida...
Nota: 6.5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Como todos decís, es una más pero a su favor tiene que es una película muy agradable, simpática y entretenida, totalmente recomendable para ver en familia. Además, es mucho menos infantil de lo que me esperaba y consigue un buen equilibrio entre la comedia y lo entrañable, sin caer en lo facilón o absurdo.
Lo mejor de la película son los minions, unos personajillos tan graciosos como adorables y que son unos roba escenas. No me olvido tampoco de la escena en la que Gru cuenta a las niñas el cuento de los tres gatitos que fue la escena que más me hizo reír en toda la película. El problema básico que tiene la película es que resulta predecible por momentos, pero ya sería mucho pedir, para una película que no aspira a nada, que nos sorprendiera.
Es de agradecer que producciones como esta nos hagan ver que hay más vida lejos de Pixar y/o Dreamworks. Bastante peor me la esperaba.
6,5/10
Tengo que decir que Agnes me robo el corazon. En cada momento me hizo pasar mucha pena, alegria, rabia, tension, me lleno los ojos de lagrimas y sobretodo me ha hecho reir. Gru, desde un principio ya le cogi rabia, a medida que la pelicula seguia ya me daban ganas de matarlo con lo malo que era con las niñas, luego cuando ya empieza a encariñarse con ellas, que emotivo se hace xD. Los minions son otros personajes que me hicieron echar unas risas, estan locos y descontrolados xD, ellos son los que le dan un toque mas de humor a la pelicula.
Por cierto, algunas canciones de la BSO me gustaron mucho, por ejemplo 'My life' de Robin Thicke y otra cuyo nombre no recuerdo ahora pero me suena muchisimo tambien.
Y mi nota para la peli: 6/10
¡Ey, que se tienen que beber la leche!