El curso está a punto de finalizar en un instituto típico americano. Eso en Disney sólo puede significar que un súper, mega e importantísimo baile de fin de curso se celebrará en las próximas semanas. Los pasillos se llenarán con carteles del evento y los buitres pubertosos acosarán a sus presas hasta obtener de sus labios (los de arriba eh) un ansiado "sí" que les sirva de beneplácito social. La voz de nuestra linda protagonista en los créditos iniciales parece indicar que la graduación aquí es lo de menos como ya os podéis imaginar, y es que a estos zagales su expediente académico les preocupa lo mismo que a Pocholo la teoría cuántica de campos. Al menos con esta declaración de intenciones en pos de lo banal y superficial que resultará todo hasta el final, se nos advierte de por dónde irán los tiros. ¡Coño!, si es que siempre es igual en estas películas, los tópicos ciegan a los espectadores más jóvenes concatenando las tramas hasta llegar a un final "happy end" lleno de valores falaces, fácil de divisar para los que ya cuentan con pelo rizado en la entre pierna. Y es que la situación socio-económica de todos y cada uno de los personajes de las películas "teen" de Walt Disney (casi da para un subgénero), roza la opulencia. ¿Por qué todos viven en la típica casa americana de 2 pisos, tienen coche propio a los 16 años e intentan presentárnoslos como estéticamente perfectos? Es la "magia" que Walt Disney tiene ahora, porque la de verdad la perdió hace años (salvo contadas excepciones cuando se asocia con Pixar). Lo dicho, corren tiempos en los que Walt Disney Pictures se lucra en parte a través de peliculillas "teen" demasiado huecas como 'Hannah Montana: The Movie', 'Programa de protección de princesas', 'Chicas Guepardo: Un mundo', 'Herbie: a tope' y demás filmes intempestivos lleno de chicos y chicas repelentes.

La dirección corre a cargo del mismo responsable del cortometraje 'George Lucas in Love', la quinta -y deshonrosa- entrega de 'American Pie' y un par de películas más de este estilo aunque no tan gamberras. El caso es que el director, un tal Joe Nussbaum, ya pisaba por terreno conocido antes de rodar la película que ahora nos acontece. La dirección en casos como éstos suele ser lo de menos, ya que la productora es la que da luz verde o censura los contenidos, pero al menos partimos de que este señor tiene experiencia con el género. De lo que seguro no se quejará es del reparto, lleno de chicas guapas (aunque de por medio se cuela una que haría vomitar a una cabra). Hasta no bien entrado en el metraje, un servidor pensaba que la guapa protagonista (Aimee Teegarden) era la mala malísima de 'Camp Rock' (Meaghan Jette Martin). Quiero destacar desde aquí al tipo duro, el motero malote de pelo al viento, el cual parecía el hermano gemelo del Ben Barnes en 'Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian'. Sobre el casting poco más que decir... demasiados tópicos enlatados y prefabricados.

'Prom' me plantea cómo deberán ser los institutos de Estados Unidos en la vida real. ¿Las taquillas son un mito cinematográfico? ¿El baile de fin de curso (o fin de bachillerato) se toma tan en serio? ¿Siempre hay un equipo de chicos rudos que juegan al fútbol americano? ¿Lo más de lo más es ser la jefa de las animadoras? ¿Las empresas encargadas del transporte escolar tienen siempre autobuses amarillos? ¿Por qué nunca llueve? ¿Será verdad eso de que el/la anfitrión de una fiesta deje a la gente fornicar en el cuarto de sus padres y llenar de mierda su enorme piscina en el jardín? Quiero aclarar que algunas de estas cuestiones no se ven reflejadas en 'Prom', pero me he puesto a soltar argumentos manoseados en la gran pantalla y podría haber seguido rellenando más líneas. Jo... yo también quiero estudiar en un insti guay como éstos e irme a casa de alguien y ligarme a un par de chicas cada noche.

La película no deja lugar a dudas de su calidad, aunque tampoco la lapidaré porque tiene contadas escenas que están logradas gracias a que han sido tocadas con la varita mágica de Disney. Parte de sus escasos logros cinematográficos es el de habernos presentado una historia a diversas bandas, algunas entrelazadas satisfactoriamente. Otro puntín a su favor es gracias a su elección de temas musicales, todos moviditos e incluso muy conocidos como "Break your heart" de Taio Cruz o "Firework" de Katy Perry. La ambientación no es mala, aunque a veces resulte que estamos ante una TV Movie de sábado por la tarde en Disney Channel. Una película que no causa hastío ni hace daño a nadie, pero quema un poco ver cómo Disney se estanca con estos productos familiares demasiado triviales. Aprobarla sería recompensarla más de lo debido. Así que a septiembre con un 4. No promociona.

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NOTA: 3.75

por Eduardo Obregón Castanedo