'Corazón silencioso' - El lado correcto de la corrección
El realizador Bille August regresa con 'Corazón silencioso' al cine escandinavo de sus inicios y hace uso de su mirada sagaz y generosa para guiar a una familia afectuosa y frágil durante una reunión agridulce. Una historia sobre el derecho de cada uno a aceptar o rechazar la vida en circunstancias extremas. Un intenso drama donde los conflictos y los diferentes aspectos del amor encuentran su voz en un último fin de semana redentor durante el que se reúnen todos los miembros de la familia. La película aborda de frente la vida y la muerte y sugiere al espectador que se pregunte cómo vive su vida, cómo nos relacionamos con otros seres humanos o cuál es el verdadero sentido de la vida.
Así describe su distribuidora española (Golem Films) la película.
Según se puede leer en sus notas de producción, el realizador Bille August en sus propias palabras siempre se ha esforzado en hacer películas que hablen de "algo". "Algo" que no consiguió precisamente con la tediosa 'Tren de noche a Lisboa', dos horas de tu vida más que suficientes para, si uno anda escaso de memoria, tachar al señor August de pérfido y malicioso. "Algo", o a lo mejor ese "algo" era poner a prueba la paciencia del espectador por parte de un director que 25 años después de 'Pelle el conquistador' sigue siendo recordado por ser el director de 'Pelle el conquistador'.
August es un realizador simplemente correcto. O sumamente correcto, tanto en lo bueno como en lo malo. Y así viene a ser 'Corazón silencioso' (en su versión original 'Stille Hjerte')... tanto en lo bueno como en lo malo: si en 'Tren de noche a Lisboa' se trataba principalmente de lo malo, en 'Corazón silencioso' nos encontramos principalmente con lo bueno, en gran medida gracias a la pluma de Christian Torpe. Es lo que tiene la corrección, que se depende sobremanera de un guión y unas interpretaciones para que la nota media se eleve por encima de la media.
Melodrama familiar frío, contenido y bien interpretado en la mejor tradición del cine nórdico (y alrededores). Más conciliadora que beligerante, una película que dentro de la "suma corrección" de la vieja escuela ni aporta ni sorprende de ninguna manera particularmente relevante, pero que lo que cuenta lo cuenta perfectamente, con delicadeza, con educación. Y sin necesidad de alzar la voz y de manera formalmente inmaculada. O lo que es lo mismo, que va de "algo" a lo que dota de la más alta cualidad a la que pueda aspirar una película: credibilidad.
Nota: 7.0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex