'Anacleto: Agente secreto' - Anacleto nunca falla
2015 está siendo el año del cine de espías. Si, por mucho que redes sociales cómo twitter se llenen de menciones y trendings topics acerca superhéroes, por mucho hype que levanten la próxima aventuras de los Caballeros Jedi (¿O eran Jedai?), y por muy fuerte que estén pisando los dinosaurios en taquilla, en cuanto a suma de títulos, el cine de espías es el que está golpeando más fuerte. Éste año ya han salido a disparar ‘Kingsman: Servicio secreto’, ‘Misión Imposible: Nación Secreta’, ‘Espías’, ‘Operación U.N.C.L.E.’, a las que todavía quedan por sumarse ‘El puente de los espías’, ‘SPECTRE’ y, la que ahora llega de cosecha propia a los cines de nuestro país; ‘Anacleto: Agente sercreto’.
El cine de espías es prácticamente un (sub)género propio, con el que partiendo de unas bases comunes, desarrollan diferentes historias, estilos y tonos –en éste caso, la comedia/parodia- y situar ante la más peligrosa -o alocada- misión al agente que a cada título le toque. Anacleto es, además, una adaptación basados en los tebeos –cómics- de Manuel Vázquez con homónimo título, que empezaban a llenar las estanterías del país 51 años atrás. Unos los reconocerán fácilmente, otros, lo recordarán con dificultades, y, para otros tantos, éste personaje les resultará un completo desconocido. Al menos, hasta ahora, porque, cómo tarde o temprano acaba ocurriendo, le ha llegado el turno a el de reinventarse, de ponerse al día y de intentar volver a la mente del antiguo –e introducirse en el nuevo- público, aunque ésta vez, lo haga cambiado el papel y tinta por celuloide. Anacleto ha vuelto, y además, con intenciones de quedarse.
No conozco lo suficiente el personaje cómo para valorar la calidad y fidelidad con respecto el original, pero, por lo poco que he podido leer acerca del mismo, no parece ser –ni parece pretender- ser un calco de lo vivido en las viñetas, apostando directamente por una fórmula que recoge ciertos elementos e influencias para generar otra “nueva versión” o "visión alternativa" del mismo, trayendo los personajes –y la organización- al presente, con las respectivas consecuencias del panorama y sociedad actual, añadiendo algunos nuevos –personajes- pero dejando claro que, los que estaban, ya vivían y ejercían durante estos cincuenta y pocos años atrás. Así pues, Imanol Arias –al que se le nota en su salsa- interpreta a un ya más maduro y experimentado Anacleto, que verá cómo regresa a las calles su archienemigo, el malvado Vázquez (Carlos Areces) -villano basado en el mismo autor de los tebeos- en una serie de acontecimientos en la que se acabarán involucrados nuevos personajes, cómo lo son su propio insulso hijo Adolfo (Quim Gutiérrez haciendo de Quim Gutiérrez...) y su entorno más cercano (Alexandra Jimenez en el papel de su novia y Berto Romero cómo su desternillante jefe y mejor amigo).
Con ‘Anacleto: agente secreto’ se vuelve a confirmar que a muchos niveles el cine español no sólo puede mirar a los ojos al cine americano, si no que, además, se puede permitir sacar pecho sin complejo alguno y sin tener que renegar de sus raíces, y que también confirma –por si todavía quedaban dudas- a Javier Ruiz Caldera (‘3 bodas de más’, ‘Promoción Fantasma’) cómo un director a tener en cuenta que domina con soltura las escenas de acción y sobre todo, la comedia, ofreciendo lo que podría compararse tranquilamente –recurriendo sólo a los títulos mencionados anteriormente- con la versión spanish de ‘Kingsman: Servicio secreto’ –sabiendo guardar las distancias- en una cinta en la que se respira una buena planificación, buen rodaje –y montaje-, gran sentido del humor –también "del nuestro"-, mucha parodia autorrefente al propio género -Incluso en la notable banda sonora a cargo de Javier Rodero- y un reparto que, a grandes rasgos, transmite la sensación de que han se lo han pasado bien durante la producción de la cinta.
Lo único que puede no hacerla más grande, es, precisamente, que el grueso de la trama no se siente lo suficientemente explotada, dando la sensación de que podía haber sacado más y que, en consecuencia, el espectador más atento verá venir sin mucho problema lo que va a suceder incluso mucho antes de que ocurra... y que las posibles sorpresas o jugadas que se intenten guardar para el final del film, dejen de serlo. Y quizás, sólo quizás, aunque esto si es realmente difícil de valorar de manera mínimamente subjetiva, la película se preocupa tanto de ser tan divertida que se olvida dejar respirar al espectador, haciendo que algún golpe de humor que puede valorar cómo correcto no llegue a golpearnos cómo se mereciese de cierto agotamiento o saturación por nuestra parte. Pero, por suerte, las virtudes pesan más que los defectos, y el conjunto de bondades y aciertos impiden que sus pequeños peros empañen un resultado que acaba llegando tranquilamente al notable. Y más cuando se trata de una -posible- primera parte que, si el público lo permite, podemos verla convertida en saga.
Y por lo demás, Anacleto nunca falla.
Nota: 7.0
Por Alex Martín Fernández
@fenometrix
No vas a reír a carcajadas, la risa no es plato seguro ni de continuidad incesante, el humor es más bien de diseño sobre escrito que realidad práctica desbordante, hay escenas de espontaneidad hilarante, pero la mayoría desprenden intención lograda de pasarlo bien aunque sin la jocosidad que una, ya de antemano, suponía era promesa de tráiler y venta, agudeza deductiva, de análisis razonado, que no de efecto inmediato, para la lógica pensante que provocara ese contento expresivo de los labios, ocurrencia trabajada y bien camuflada para un guión que sabe manejarse en su tempo, entre la añoranza de un clásico que nunca pasa de moda y los nuevos aires de quien representa la ironía ingenua de despertar a su nuevo mundo, gags, cameos y agudos diálogos que intercambian la desfachatez, fuera de tono y lugar, con la salida perspicaz que le da a todo la vuelta, para recomponer su precisa forma pues "la tortilla de patatas siempre es redonda".
"Al final, todos los hijos sois una decepción", pero siempre hay uno que rompe la regla y se sale de la norma, que ofrece la burla y pitorreo frente la formalidad y sequedad de su padre, veteranía experta frente juventud ignorante para un conseguido dueto que entretiene, ameniza y se gana tu cordialidad y encanto, parodias absurdas de boca de intérpretes conocidos, Berto Romero, Carlos Areces, Buenafuente, José Corbacho, Rossy de Palma, Eduardo Gómez..., en una singular proximidad sospechosa al hacer de "Torrente"; ahora que están tan de moda y explotados los cómics de Marvel, parece oportuno la aparición de esta eficiente película homenaje a la fantástica creación de Manuel Vázquez, a los 20 años de su muerte.
"Anacleto nunca falla", reparte bofetadas, tiros, persecuciones, alegre ridiculez, cachondeo contagioso, situaciones descabelladas, sarcasmo verbal, acción eficaz, sagaces diálogos, peliaguda coña, esparcida guasa y, en general, un conjunto avenido de todas las piezas donde, los momentos en que unas de ellas flojean, son activamente reforzados por la presencia del resto, avenida complicidad de todos sus componentes, de la configurada dirección y de su meticuloso guión.
Anacleto, agente secreto, mitad James Bond/mitad superagente 86, que con el toque español ya sube a categoría distintiva, de cigarrillo siempre en la boca -¡con los tiempos que corren!-, traje negro, camisa blanca y pajarita, perjudicado por los recortes y la crisis, hace lo que puede con tan poca ayuda y sus escasos refuerzos para no salir mal parado, ser padre no es lo suyo pero ¡que se le va a hacer!, ya está hecho y el chaval ha salido buen mozo, por tanto goza de la presente recreación, valora su buen trabajo y esparce tu mente, 9 de cada 10 asistentes estarán de acuerdo en su gratitud, en premiar su empeño con una sincera sonrisa, y el décimo también sólo que es de los cascarrabias, de los que gusta de ver el vaso medio vacío pero que, aún con todo, ha saboreado con placer, gusto y regocijo su consumo.
El resultado es sabroso y competente, lo que revierte, sin duda alguna, en satisfacción y complacencia por la misma, consecuencia de que la cinta funciona, de que ha dado en el clavo y, aunque no expone el espíritu de tan carismático personaje con lealtad, habilidad y acierto, muta con gracia y fascinación, célebre y diestra presentación para que el espectador disfrute, se entretenga y guarde un recuerdo atractivo, entusiasta y sentido por la misma.
Válida, sin arrepentimiento, Javier Ruiz de la Caldera ofrece un trabajo que se devora con ganas, con clara y unánime propensión a hablar positivamente de ella.
Anacleto, ¡no estás tan mayor para esto!
un bluff 4/10
Me quedo con la química entre padre e hijo. Nota: 6.
Después de este berrinche personal, vamos con la película. Entretenida, para pasar el rato con momentos de ingenio y con otros de situaciones típicas y tramas paterno-filiales que hemos visto anteriormente, pero en esta ocasión dotadas del sello "Hecho en España" que le restan importancia a lo típico de su desarrollo. Con un reparto muy excesivo pero que encaja con la atmósfera de cómic que tiene en todo momento. Sorprendente, sobre todo, Carlos Areces como villano. Con momentos muy cómicos que es lo que mejor se le da, pero con algunos de los momentos más serios de los cuales sale muy bien parado. A mi me ha convencido y espero que le den más papeles de este tipo. No es un gran guión ni una gran historia pero cumple de sobra con el cometido y además, tiene momentos muy ingeniosos y autoparódicos. Incluso hay un hueco para mencionar la situación por la que pasa el país. Por cierto:
Spoiler
La dejo en un 6,5. Me quedo con '3 bodas de más' y 'Promoción Fantasma', pero el acercamiento a la acción de este director no está nada mal. Buenas y divertidas coreografías y un ritmo endiablado. Además de rayar en todo momento a gran altura en cuanto al apartado técnico.