'Convicto (Starred Up)': Domando demonios enjaulados
Da la casualidad, que años después de verla por primera vez, estoy revisionando actualmente la genial "Oz", un brutal drama carcelario de HBO con un acercamiento a los presos y un análisis psicológico del lado más oscuro del ser humano, que ninguna producción ha podido igualar. Muchas películas y series se han hecho sobre cárceles y lo que pasa en ellas, sea para contarnos la vida de alguien que por error o merecimiento acaba allí, por las típicas luchas entre clanes en una batalla por el dominio del lugar, la planificación de una fuga o similar. La que nos ocupa, evidentemente pierde en las comparaciones con "Oz" (como le pasaría a cualquiera) pero resulta muy interesante y va más allá de los tópicos del género.
"Convicto (Starred Up)" aparte de situarnos en un polvorín de clanes, reencuentros, corrupción y vendettas, profundiza en la psicología humana y en los impulsos más básicos, centrándose en el control de la ira, algo que parece imposible sobre todo para el protagonista, un sobresaliente Jack O'Connell que ya destacó en "This is England" y que sigue acaba de pasar por la cartelera, protagonizando, la por muchos aclamada, "71".
Al igual que pasaba en "Oz", un idealista funcionario (Rupert Friend - "Homeland") , alguien con sus propios traumas y fantasmas, quiere probar un método diferente al habitual, para hacer que prisioneros peligrosos puedan lidiar con sus demonios e incluso acabar siendo parte de la sociedad, cuando la mayoría de sus colegas lo ven como una pérdida de tiempo y que los reclusos, son animales incorregibles y como tales deben ser tratados.
La película abarca muchos frentes, y aunque en algunos puede dar la sensación que no se profundiza lo suficiente o que incluso aparca de repente de forma brusca, en general exprime un metraje que pasa en un suspiro y deja detalles y reflexiones interesantes, con una tensión lograda y constante, acompañada en muchos momentos de secuencias tan brutales como violentas, ensalzadas y reforzadas por un reparto de lujo que luce a gran nivel, empezando por su ya mencionado protagonista.
Nota: 6,7
Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
"Orgulloso de ser tu padre", orgulloso de sobrevivir en la jungla penitenciaria donde los golpes llegan por todos lados, cuadrilátero donde se libra un combate continuo por seguir de pie, por no perder la dignidad, por no desesperar, donde no hay amigos/todos posibles enemigos, observar y ser observado, vigilar los movimientos, estudiar a tus contrincantes, conocer el terreno, preparar estrategia, crearse un nombre que sea respetado, ocultar la angustia, mostrar fortaleza, resisitir a toda costa, usar la violencia, dejarse llevar por la ira..., no poder más y pobrar a confiar en alguien, no renegar de todo, el respaldo imprevisto, temor constante, demonio de una mente que no es capaz de razonar ni descansar, cordura que va y viene, guerra psicológica con una mismo y los demás, ayuda nunca requerida/puños inesperados que te defienden, caos físico y cerebral en carrera incesante hacia el estallido, rígida tensión que nunca desaparece y no permite la relajación en una contrarreloj punzante y expectante que no pretende llegar a destino alguno, no informa de pasado, no mira hacia futuro, su único propósito es la exhibición de esa realidad, mal corrosivo que se encuentra una vez se cierran las puertas de la prisión y quedas a merced de un interior hermético con sus propias reglas donde todo vale, todo se permite, todo puede ocurrir.
Son muchas las historias que han narrado la vida carcelaria, el doloroso sufrimiento padecido entre sus muros pero, David Mackenzie, tiene el don de destacar por su habilidad de unir la frialdad y extenuación de la supervivencia con el intenso y severo drama familiar, crear un ambiente de destrucción y ruina dirigido a un protector no solicitado que aparece ahora pero que, en su momento, le abandonó a su suerte, rencor, desprecio inevitablemente acompañado de ofensivo cariño no querido, pero sí sentido, que se rebelan a un espíritu en apabullante lucha emocional el cual expresa con su rebeldía corporal y brusquedad de la mirada.
Excepcional Jack O'Connell que consigue atrapar tu interés, incertidumbre, sinsentido, espanto, resquemor, congoja..., con facilidad palpable para un relato indigesto, incómodo, desesperante, complicado de ver y seguir por la dificultad de entender a sus protagonistas, por su despavorida escenificación, impactantes imágenes, por esa algarabía de sentimientos contradictorios y escenas escabrosas que manan sin pausa, control ni permiso, proteínas en ebullición e in crescendo que parecen no tener límite ni fin, venenosa existencia que se autoconsume cuyo origen no está en el lugar de estancia sino en la compañía encontrada, ese impuesto referente que ahora quiere ejercer unas funciones a las que en su día renunció.
Conflicto familiar entre rejas de gran adrenalina y velocidad, brutalidad incesante que molesta y engancha al tiempo como ese accidente de coche desagradable que no quieres mirar pero que tus ojos no dejan de buscar y curiosear, desenfreno, dureza y crueldad siempre presentes que esconden una rabia, sin razón, impotencia y odio que se topa, de frente y cara a cara, con su progenitor cuya mano tendida es rechazada y memospreciada, escalofriante y enloquecido devenir que pertuba tu paz y ánimo pero cuya atención y observación le siguen allá donde vaya, compañía tirante, insociable, agria, áspera e incómoda que no desfallece ni tú con ella.
No apta para todo tipo de sensibilidades.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
La clave de todo esto es la unión que todos estos factores generan entre ellos para dotar de inteligencia a una película que se presenta como un drama carcelario cuando en realidad a los 10 minutos nos deja percatarnos de que lleva un traje de supervivencia emocional y de conflicto humano aunque en el fondo, debajo de la presentación y de lo que esconde el traje, es una historia de amor paternofilial. Es una película que puede disfrazarse de 3 argumentos diferentes, y por lo tanto puede ser vendida o recomendada de muchas maneras por lo que la posibilidad de que sea visionada es aún mayor que otra cualquiera. Aunque esto no importa, lo que importa en realidad es que "Starred Up" significa la enésima evidencia de que Gran Bretaña tiene un talento innato para el séptimo arte y de que el amor de un padre por un hijo va mas allá de cualquier cosa.
That´s what I say.