'Mortdecai': O dolerá
En 1996 el por aquel entonces conocido como "guionista de 'Parque Jurásico'" debuto como realizador con 'El efecto dominó', un título reivindicable aunque pasara completamente desapercibido para el grueso de la humanidad. Como también han pasado bastante desapercibidos prácticamente todos sus filmes, seis en total si contamos 'Mortdecai'. Si lo contamos. Y es que la carrera como realizador de David Koepp es bastante discreta en líneas generales a pesar de que, en todos y cada uno de sus filmes, encontramos algo que los hace merecedores de ser apreciables en alguna medida. Incluso 'Mortdecai', un filme a todas luces fallido pero que al menos luce bigote a la hora de naufragar.
Lo dicho, la carrera de David Koepp como realizador está marcada por el "interesante" en su versión más insidiosa e indolente. No hay filme que haya hecho al que no se le pueda poner un pero, un pero de los que molestan y además de verdad: todos sus filmes están teñidos de una buena voluntad que los hechos no respaldan como debieran. Y así el resultado, aunque apreciable, no termina por ser disfrutable requiriendo de un punto de condescendencia que no todos los espectadores están dispuestos a conceder. De ahí que, para los anales, Koepp seguirá siendo el "guionista de 'Parque Jurásico'" -entre otras- al menos unos años más.
A la sexta no sólo no fue la vencida, sino que con 'Mortdecai' Koepp firma la película que más clemencia le pide al espectador. Y posiblemente con la que menos la reciba. Particularmente por culpa de una evidencia incuestionable a la que podemos ponerle nombre y apellidos, Johnny Depp. Como si fuera una mala comedia protagonizada por un cómico norteamericano del que nunca hemos oído hablar, Koepp reposa TODA LA PELÍCULA en los hombros de un actor actualmente fuera de foco como es Johnny Depp, una especie de cáncer que se expande de principio a fin por toda una película que huele a debacle en todos y cada uno de sus fotogramas. Ni más ni menos.
El Mortdecai al que da vida Depp prácticamente no funciona nunca, una caricatura de trago grueso forzada y obligada a ser ese personaje simpático e ingenioso en cada una de sus líneas de diálogo que termina convertido en un bocazas insoportable y cansino. De hecho el mejor chiste de la función lo acaba soltando Ewan McGregor -suponemos que sin querer- cuando le pregunta si ¿Quiere dejar de hacer el idiota?. Esa es la sensación que desprende 'Mortdecai' que tan claramente explicó Forrest Gump con su "tonto es el que hace tonterías", el de ser una tontería saturada de gesticulaciones banales que aparenta una gracia que no tiene eco en la platea más que en contadas ocasiones.
Como si fuera un agujero negro, Depp absorbe todo a su alrededor dentro de un filme que depende hasta la extremaunción de la estrella cuya firma a buen seguro garantizo el futuro del proyecto, pero que al mismo tiempo lo ha condenado (involuntariamente). De ahí que, más allá de la ocasional participación afortunada de algún personaje secundario (como el de Paul Bettany), lo más interesante de 'Mortdecai' sean los suponemos -otra vez- que fortuitos paralelismos que podemos extraer para con la carrera y vida del propio Depp, otra víctima de un sistema de producción que depende sobremanera de un nombre para aflojar la pasta sin importar, verdaderamente, todo lo demás.
¿Y por qué no somos más crueles, duros o mezquinos? O porque somos así de condescendientes; o porque somos capaces de ver más allá de Johnny Depp; o porque en 'Mortdecai' encontramos cierta sofisticación en la derrota, la de un fracaso morbosamente elegante que nos seduce con pena antes que con rabia. Gráficamente explicado, cuando observamos que alguien se dirige alegremente hacia el matadero siendo el único que no tiene constancia de a dónde se dirige. Podemos ser condenadamente crueles, es una opción. Pero habida cuenta que la función no tarda ni 5 minutos en empezar a oler a rancio... mejor tomárselo con un puntito de frikismo capcioso. O dolerá allí dónde más duele.
Nota: 4,0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Etiquetas. Nota: 6.