Qué el cómo, cuando y dónde vea uno una película puede resultar fundamental. Y no es una opinión, es un hecho. Un hecho que puede ser tenido en cuenta tanto a favor como en contra. Del mismo modo, el que uno pueda o no disfrutar de dicho momento no quiere decir, per sé, que dicha película le vaya suponer un respeto o un desprecio, según el caso, que con quién también es una variable a tener en cuenta. Entre otras muchas. Cuando se intenta escribir de manera que simule ser objetiva -porque nunca lo es- son algunas de las cuestiones que hay que tener en cuenta -eso dice el manual-, como no menos importante para el lector es tener en cuenta en referencia a qué y cómo se está escribiendo.
Manipular es fácil, algo para lo que además no hace falta mentir. Sólo hace falta contar una parte de la historia u ordenar las palabras con cierta habilidad. O baste con un poco de carisma para distraer la atención. Con o sin acritud, malicia o interés subvencionado (económicamente). En cualquier caso lo más complicado de todo es ceñirse escrupulosamente a la verdad y ser objetivo, por no decir imposible. Porque decir que el Teatro Cervantes prácticamente se lleno para ver 'Carmina y amén' a su paso por el Festival de Málaga es verdad, como es verdad que al finalizar su proyección se le dedicó una obación, pero no es menos verdad que en el mismo escenario unas pocas horas después se vivió otro lleno y una posterior obación. ¿El motivo? El pase de 'Pancho, la película'... Dicho así, tal cual, pues eso.
'Carmina y amén' parte del teórico drama de la súbita muerte del marido de la protagonista para con talante reincidir -como era de suponer (y exigir)- en las mismas claves del filme original. Esto es, básicamente Carmina Barrios (e hija) contra el mundo, pero sobre todo Carmina, una Carmina a la que sólo le hace sombra una Yolanda Ramos (y su chocho colgante) de improvisada guest star. Una sucesión desigual de sketches en torno a un hilo argumental más bien anecdótico que, con algo más de empaque, resonancia, duración y solidez que en un filme original al que supera eso sí, funciona como ha de funcionar, convenciendo de nuevo a los que ya disfrutaron sin miramientos del filme original... entre los que no se encuentra un servidor, a quien en la soledad de su hogar y bajo el resplandor de un equipo doméstico de 32'' no le termino de encontrar la gracia. Y sigue sin hacerlo.
Y es que se trata de una propuesta cercana al chascarrillo, y que debido a su "carminismo" devoto (y cuasi sectario) no explota sus posibilidades salvo en momentos puntuales, tan convencida del magnetismo, salero y chispa de su protagonista que discrimina otros factores importantes en toda producción cinematográfica. Caer, o no caer. Pero bien vista, por ejemplo en un campo en el que pueda jugar de local como el del citado Festival de Málaga en donde, recordemos, la primera ya triunfó hace un par de años resulta plenamente convincente. Y más importante aún, también satisfactoria aún a pesar de que el calor de su público, ojo, no debería servir de excusa para no reconocer sus evidentes carencias especialmente para con las distancias largas. A partir de ahí, posiblemente, el cómo, cuando, dónde o con quién pueden ser fundamentales... en cuenta, téngalo.
Nota:
5.5
por Juan Pairet Iglesias
De cualquier modo aplaudo cualquier iniciativa que se adopte con carácter popular, ya sea subvencionada o no...
Lo que celebraré con "obación" ninguna, no obstante (dolor en las retinas causa el tener que leerlo en repetidas ocasiones).
Lo poco que ví de la primera es una señora haciendo de gañana.
No creo que se trate de aumentar cifras ni nada parecido, tan sólo una manera de intentar aprovechar lo que se supone será un buen boca oreja (alimentado con la gratuidad del evento). Y aunque no fuera bueno, cuando se habla de un filme se le hace más visible.
Más se supone que es haciendo de ella misma. No vas muy desencaminado, la tal Carmina es el 80% del filme y hay mucho de regodeo y poco de cine.
Por cierto, le recomendaría a Wanchope que corrija lo de "obación", que choca mucho verlo en un texto que por lo demás está muy bien escrito.
Se deja ver.