En la orilla de un pueblo costero desolado se encuentra el hotel Byzantium. Después de años de abandono, sus puertas están a punto de ser abiertas de nuevo por la depredadora y seductora Clara y su joven e introvertida hija Eleanor. Dos misteriosas mujeres que esconden un oscuro secreto que se remonta 200 años atrás y que está a punto de llegar a un clímax... ¡Ta ta ta... chaaaan! ... mortal. Dos décadas después de 'Entrevista con el vampiro' Neil Jordan, director aún hoy en día para muchos de 'Entrevista con el vampiro', vuelve al género fantástico. Y más concretamente a la temática vampírica que ha marcado su destino dentro del ideario colectivo, posiblemente una de las vertientes más explotadas (y por ende complicadas) en los últimos años por el fantástico.

La película se presentó en suelo español durante la pasada edición del Festival de Sitges, siendo uno de los filmes que, de entre tantos y tantos que allí se agolpan, ha sobrevivido en el recuerdo hasta nuestros días. Por nombre, y por (algunos) méritos. No más que cinco meses, y sumando, algo que parece relativamente poco pero que puede suponer toda una eternidad. Sobrevivir antes que vivir, sin cortapisas, tras ser vista en un marco tan dado a los nombres. En un escenario donde el nombre de Neil Jordan pueda lucir como desde hace veinte años que no luce en una cartelera que le recuerda como un eco lejano. Porque de igual manera que Vicenzo Natali es y seguirá presentándose como "el de Cube" hasta, nos tememos, el fin de su siempre prometedora carrera, a Jordan cual aureola celestial le perseguirá de por vida ser "el de Entrevista con el vampiro".

No es que desde entonces no haya hecho nada, de provecho aquí o en Plutón, si bien dicha obra le situó en un contexto mediático del que nunca parece haber vuelto a gozar como para que la sensación no sea esta, pasen los años que pasen. Quizá por eso mismo el realizador ha decidido corresponder con este un titular idóneo para el que no se requiere inspiración, el de su reencuentro para con un fantástico vampírico que cabe tildar de afortunado. Aunque sea complicado ofrecer variantes dentro de un contexto tan sobreexplotado y manipulable Jordan demuestra, con este thriller dramático de claro cariz feminista, que al mundo de los vampiros aún le quedan variaciones de las que beber, siendo que además y lejos de lo que pudiera parecer ni aún con la luz del crepúsculo se parece, vampiros aparte, al título por el que la historia le ha señalado.

Al filme le cuesta encontrar el tono y asentar sus bases, pero una vez que lo hace sabe, nunca mejor dicho, hincar los dientes con entereza y aplomo. Un filme en el que confluyen dos historias con 200 años de diferencia, algo imperfecto y desequilibrado en algunos aspectos y con un guión pendiente de bendecir, pero al que sostienen la bella puesta en escena de Jordan y la aún más bella presencia, dejando al margen a un solvente reparto, de una Gemma Arterton imposible de no desear por cualquiera con la más mínima capacidad de desear. Una tentación que le permite a 'Byzantium' alzar la cabeza por encima, un poco, de la sombra de un recuerdo y un género para los que, sin ser nada de la otra vida, supone una más que digna y apreciable contribución que merece sobrevivir en el recuerdo, aunque sea, por una mera cuestión de sangre y dignidad para con los vampiros.

Nota: 6.75

por Juan Pairet Iglesias