Sam Mendes y su andar por la sociedad americana continúa. No contento con su polémica producción "Revolutionary Road (2008)", regresa con esta nueva propuesta que toma un giro aparte de la típica familia de clase media habitante de los suburbios (claramente señalados como la mayor producción de la hipocresía americana) y se traslada ahora en un paseo por diferentes ciudades, personajes e historias que si bien cambian las localidades y las circunstancias, no se pierde a esencia de crítica hacia los estereotipos y convenciones de una sociedad que lleva más de medio siglo en decadencia.
La pareja en cuestión esta vez no se encuentra en rompimiento ni rota, sólo hay sueños frustrados, dudas existenciales básicas que son independientes de la sociedad en donde se viva. La pareja se encuentra en ese punto entre pasar de dos jóvenes sin responsabilidades a una pareja próxima a convertirse en familia con la llegada de un hijo completamente no planificado. La secuencia inicial nos coloca magistralmente en el punto en el que se encuentran estos personajes, dos amantes que ya no están enamorados pero que han encontrado en su misma compañía el amor que los mantiene juntos ya que ambos se complementan y se disfrutan. De aquí en adelante, la visión del director de American Beauty (1999), nos va llevando de paseo por diferentes ciudades y parejas que amplían la crítica y el análisis con nuevos horizontes.
Extraordinariamente bien logrado el ambiente de drama ligero que funciona de maravilla, mostrando una realidad común en tonos de grises, jamás cayendo en el maniqueísmo típico donde todo es tan evidente e inmediato. Cada pareja representa un manojo de estereotipos de los vicios, obsesiones e ideas comunes para esta sociedad. Interesante desde cualquier punto, pero siempre acompañado de un humor sarcástico, crítico, irónico y con el lujo de insertar uno que otro chiste inmediato para aligerar la carga.
Las actuaciones de John Krasinski (License to Wed 2007) y Maya Rudolph (Idiocracy 2006) están a la altura del reto, cada uno de los personajes es creíble en todo momento, nucna sobreactuados y sobre todo logrando una compenetración con el auditorio. Y alguien quien no podemos dejar de mencionar es a Maggie Gyllenhaal (Dark Knight 2008) quien demuestra una vez más su talento histriónico al interpretar a una madre "new age" quien ve a las carreolas como síntoma de la decadencia moral y humana de la sociedad (je!).
A pesar de todos los logros, no se puede dejar de reprochar un punto que afecta a toda la producción. La pareja con la que viajamos jamás aprende nada. Un viaje como estos no sólo debe hacer revalorar la situación de los involucrados sino hacerlos recapacitar sobre sus actitudes y mejorar (o empeorar) como seres humanos. A pesar de ello, los personajes sólo actúan como jueces irascibles, siempre desde un nivel superior, demostrando escena tras escena que ellos están bien y todos los demás están mal y deben mejorar. Esto es imperdonable y resta todo mértiro al guión al entregarnos seres humanos perfectos. De hecho en cierto momento podríamos preguntarnos si la pareja tiene algún problema y dudemos de las raoznes iniciales por las que comenzó el viaje. Finalmente no como defecto, pero sí como punto que puede cambiar según el gusto, la gran cantidad de situaciones y de parejas visitadas evitan que cualquiera pueda ser vista y analizada más allá de la superficialidad. Muchas veces nos quedamos con las ganas de ver un poco más de análisis y crítica hacia cada uno de los personajes y las situaciones.
"Away We Go" es una crítica ligera por una pareja "ideal".
por Jalex
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