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'Águila Roja, la película': Versión essstendida

Vía El Séptimo Arte por 19 de abril de 2011

¿Pueden estar más de seis millones de espectadores equivocados? En un tiempo en el que internet se presenta como la principal amenaza a la supremacía ininterrumpida de la televisión por más de 50 años 'Águila Roja, la serie', ha sido capaz de reunir ante un televisor y al mismo tiempo durante su última emisión prácticamente al mismo número de personas que el último partido de clasificación de la campeona del mundo contra República Checa (y que sí, seguimos siendo nosotros aunque siga sonando "raro"). Ahí es nada: el héroe del Siglo de Oro igualando a los héroes de Sudáfrica. ¿Pueden estar más de seis millones de espectadores equivocados? Pues sí, por poder pueden estar equivocados... si es que a alguien le importa verdaderamente, pero ni es la cuestión ni es el problema, si es que lo hay.

Puede que esto no sea Hollywood pero igualmente el cine patrio necesita de héroes, héroes como este 'Águila Roja' que salven el honor de las Españas que hagan falta. En un año pésimo para el cine producido aquí en el que títulos tan interesantes como 'Carne de neón', 'Secuestrados', 'Primos' o 'Chico y Rita' no han encontrado la suerte que se merecían en taquilla sus méritos al tiempo que el paradigma de ese cine español tan criticado por los ciudadanos como 'Torrente IV' demostraba que al público no hay quién le entienda por más que sea soberano cuando le apetece, 'Águila Roja, la película' se presenta como un halo de esperanza en la batalla por el box office, único combate en el que comparece una versión essstendida a la que los límites de la no siempre inteligente gran pantalla le quedan tan grandes como pequeños le quedan los de la no siempre caja tonta. Problema ninguno, pasiones las mismas.'Águila Roja, la película' luce prácticamente y sin proporción de la misma forma en la gran pantalla que en la pequeña pantalla, o al menos lo aparenta, sea dicho por uno de esos que al menos ha tonteado algún que otro día con la tele de fondo y el susodicho personaje en ella; ventajas de la televisión sin anuncios entremedias, cabe decir, no tanto por los méritos de una serie que lo mejor que se puede decir de ella es lo mismo que en su momento se podía decir de 'El equipo A', que es entretenida, interpretese esto como a cada uno le venga en gana. 'Águila Roja, la película' viene a ser lo mismo que 'Águila Roja, la serie' tanto en el fondo como en las maneras, dando la sensación de que no es más que una doble ración que pudiera intercalarse entre los capítulos que le correspondieran (tal vez entre los de una interrumpida tercera temporada...) sin que nadie que no estuviese prevenido pudiera notar una mayor diferencia que la que pueda haber entre uno y otro episodio: la narración empieza en un punto medio en el que se dan por sentado sus antecedentes televisivos para terminar en otro punto en el que no son pocas las cuestiones abiertas que demandan un pequeño rótulo de "En el próximo capítulo...". Tiene principio y final, si, pero no un punto de partida o un desenlace independiente que acote los límites del largo y que puedan ser entendidos como tal.

Pero no sólo desde un punto de vista argumental sino que desde el punto de vista técnico, visual y narrativo no se aprecian diferencias sustanciales en su concepción cinematográfica... o no se aprecian o no las hay, no las suficientes como para que su versión para la gran pantalla pueda ser identificada como algo distinto, nuevo, fresco o verdaderamente emblemático respecto al modelo que más que adaptar a un formato parece servir y promocionar en el suyo propio; no lo hay ni a nivel técnico ni a nivel argumental . Es más, su propia estructura interna como relato y que parece esquivar el paradigma que con tanto empeño defiende Syd Field da que sospechar que, en realidad, el fundamento de su guión parte de la suma de dos episodios bien diferenciados a juzgar por como se desarrollan los acontecimientos... seamos malos y hagamos mella en la herida, o seamos buenos y dejémonos llevar; sea lo que sea seriedad la justa, casi mejor.

¿Cabía esperar otra cosa? Ni s,í ni no, sino todo lo contrario. Eso dependerá de cada cual y de las expectativas que maneje, pero se hace evidente que todo aquel que no le haya prestado mayor atención a la serie de televisión más allá de encontrársela de casualidad en cualquier zapping no es la principal preocupación de sus responsables. Y es lógico que, a la hora de abordar una adaptación al cine, se tenga en mente tanto aquello que funciona como al público que hace que funcione. No obstante, y a diferencia de una producción como puede ser la del Justin Bieber, 'Águila Roja, la película' no es una película sólo para fans de igual manera que la serie, que aunque sea de forma casual, episódica y ante el "no hay nada mejor" puede servir perfectamente como un inofensivo pasatiempo al que, eso sí, no hay que prestar demasiada atención, especialmente en cuanto a su rigor histórico - el mismo que practican las producciones hollywoodienses cuando se dejan caer por nuestro país y que resulta tan aplaudido por estas latitudes. Seguimos encontrándonos, cómo no, ese tipo de errores o caprichos inherentes, que no exclusivos, de la serie y el formato, los mismos que no obstante aportan su granito de arena para modelar la personalidad de la misma, y entre los que cabe destacar el habitual caos geográfico en el que unos recorren distancias kilométricas en minutos mientras que a otros unos pocos metros les cuestan días, la facilidad con la que se resuelven situaciones que previamente se anticipaban de lo más complicadas o personajes que no vienen a cuento ni ofrecen beneficio alguno... pero que por ahí están haciendo bulto, a la espera si acaso de tener un momento puntual en los que ser útiles al popurrí que es el guión. ¿Y...? Chuck Norris siempre recurría a su patada giratoria, y no por ello dejo nunca de ser... Chuck Norris.

'Águila Roja' es una producción de aventuras más o menos distraída como lo es su homólogo televisivo, y lo es siendo más o menos digna a nivel técnico, al menos dentro de los cánones que permite nuestra poco ambiciosa cinematografía, unas márgenes de acción bastante discretos especialmente si los comparamos con el potencial de todo lo que ampara Hollywood, pero que al menos son lucidos con desparpajo y sin reparos, pero sobre todo con mucho orgullo. No es ni nada del otro mundo ni perfecta en ningún aspecto ni particularmente destacable en nada, más bien lo contrario, pero entretiene que no es poco y la intención al menos en algo cuenta. Por más que no sean pocos los que la tilden de españolada cutre, no sin fundamento y no sin cierta mala leche, cabe reconocerla el mérito de al menos intentarlo, el primer paso tanto hacia el éxito como hacia el fracaso por más que siendo justos no merezca ni lo uno ni lo otro. Como otras tantas, y ahí están. ¿Y por qué no?

Nota: 5.0

Por Juan Pairet Iglesias

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