Imaginad una historia de amor a cuatro bandas con tintes de drama. Lo primero que se viene a la cabeza es una lucha incansable entre dos hombres. Habrá peleas, sangre, odio… todo eso es posible, pero no en Country Strong. Aquí los celos están contenidos porque cada uno sabe qué papel interpreta: el marido es marido y el amante, amante. Todo es elegante, sobrio y gira en torno a la música, concretamente al country.

Kelly Canter (Gwyneth Paltrow) es una famosa cantante de música country que acaba de salir de un centro de desintoxicación. Allí conoce a un empleado Beau Hutton (Garret Hedlund), joven y guitarrista con el que mantiene un romance. Mientras tanto, su marido y manager, James (Tim McGraw), intenta que Kelly vuelva a los escenarios lo antes posible y recupere el cariño de sus fans, pero lo tendrá difícil, porque la joven cantante y telonera Chiles Stanton (Leighton Meester), le hará sombra. Cuatro personas para una historia previsible en cada secuencia, pero que no por eso deja de interesar. Sigues mirando la pantalla, esperando una nueva canción, como un imán. Guste o no el country, aunque aquí no lo es tanto, ya que va más encaminado hacia el pop. Pero no sólo de música vive el filme. Gwyneth Paltrow repite gestos ya vistos en películas como Two Lovers, pero tiene algo que la hace más madura, más fuerte. Como si estuviera en un pedestal, por encima de todos los demás. Una interpretación que culmina con una escena vocal y artística como si de una verdadera cantante se tratara. Le pisa los talones su marido en la ficción, Tim McGraw. Que resulta que, aparte de actor, también es cantante de country (más puntos a favor de la película). Un marido que aguanta, sereno, melancólico, intentando ver en su esposa lo que le enamoró hace años. De los otros dos actores, los jóvenes Garret Hedlund (Tron: Legacy) y Leighton Meester (Gossip Girl), decir que mantienen la historia con ese amor del tira y afloja. Ojo con la voz de él, dura y rasgada hasta llegar a encandilar.

Decía al principio que la película gira en torno a la música y no mentía. De hecho, lo primero que engancha, para quien todavía no la haya oído, es la voz de Paltrow. Una sorpresa para quienes aún la recordamos como la joven y bella damisela de Shakespeare in Love. Mucho ha llovido desde entonces y puede que su marido, Chris Martin (Coldplay), haya tenido que ver en su educación vocal. Lo que está claro, es que tanto la voz de ella como la de los otros dos cantantes, unidas a las canciones, más tirando hacia el pop, por mucho que el escenario sea el típico bar perdido de América, enganchan. Tanto, que se repiten sistemáticamente. Es decir, cada cierto tiempo, y casi siempre el mismo, hay una canción (historia-canción-historia-canción). Creo que Shana Feste (The Greastest), guionista y directora de la historia, tenía claro que sin música, esto no funcionaba. Se puede clasificar de musical, pero creo que se queda en drama porque la sensación final es esa. De haber asistido a la caída en picado de una estrella musical.

Country Strong es la típica historia de amor bien hecha, que entra por nuestras retinas, mantiene entretenida la mente, sin pensar, durante un rato, la disfrutas, pero luego se evapora. Esa es la vida de algunas películas románticas y esta no es la excepción. Lo que la diferencia es que es una historia bien contada, ni noña ni intelectual. Ni estirada hacia el extremo que parezca inverosímil, ni dejada perdida de la mano de Dios. Tiene coherencia, estructura, un guión que no chirría y un buen trabajo por parte de los actores. Pero el hecho de que sea tan previsible la hace monótona, pero ahí está bien colocada la música, para que olvides que lo que estás viendo, ya lo habías visto antes.

Nota: 6/10

Por Rocío Campos