Antes de ver Agua para elefantes, el espectador debe tener claras dos cosas: que el escenario donde se desarrolla la película es un circo (con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva) y que su actor principal es Robert Pattinson. Si esos dos puntos son insuperables para usted, no elija esta película. Pero si ideológicamente es capaz de superar esa barrera, bienvenido. “Pasen y vean”. Jacob (Robert Pattinson) tiene que dejar precipitadamente sus estudios de veterinaria y acabará enrolándose en una compañía de circo ambulante. Allí conocerá a la estrella del espectáculo, Marlena (Reese Witherspoon), de la que se enamora. Pero tendrá que lidiar con su marido y dueño del circo, August (Christop Waltz).
Este tipo de películas tienen un fin: apelar a lo más recóndito de la emoción y, si cuela, despertar alguna lágrima. Cuando la película se propone eso y todo gira en la consecución de ese fin, puede salir bien o mal. El problema de que salga mal es que consigue que la película se caiga por su propio peso y no convenza. Y eso que la historia está basado en el best-seller de Sara Gruen y está adaptado por Richard LaGravenese. Dicho así, puede parecer un desconocido, pero si nombro Los puentes de Madison, la cosa cambia. Pero no se emocionen, ésta de la que ahora hablamos no le llega ni a la suela de los zapatos.
Si hay alguien que destaque por encima de todos los demás y que merezca ser nombrado es Christop Waltz, Malditos Bastardos. (¿A qué parece que la cosa mejora?…no se emocionen). Su papel aquí es uno de esos de persona mala, de los que piensas: “por Dios que le pase todo eso que él está haciendo”. No hablo por hablar: maltrato a los animales, a la mujer y desprecio por sus semejantes. En verdad sufres cada vez que aparece ese personaje, pero en el momento en que se lee “The end”, te encantaría tenerle al lado, estrecharle la mano y decirle: “me has dejado sin palabras.” Tiene una fuerza capaz de tirar de todos los demás. Lógico que sea el director del circo.
En cuanto al joven Robert Pattinson hay que decir que el muchacho se esfuerza. De hecho, hay algunas escenas en que olvidas completamente dónde le conocimos y le vimos por primera vez. Pero acto seguido, pone esa sonrisa de perfil característica y pierde todo el encanto, (aunque sus fans se derritan en ese momento). No es que sea un mal actor, es que todavía tiene mucho que aprender. Le falta vitalidad y saber compenetrarse con su pareja, en este caso Reesse Witherspoon, una joven damisela que pide a gritos, aunque no se la oiga, que alguien la rescate de esa vida que nunca quiso vivir.
La película tiene más fallos que aciertos. Empezando porque dura un poco más de dos horas para contar una historia que se puede narrar en menos. Seguimos por el hecho de que tiene momentos poco verídicos que buscan, como he dicho anteriormente, emocionar, mostrar ese amor entre la pareja, pero se quedan en meros amagos que consiguen que todo sea muy previsible. Y mira que hay cosas malas, pero que una película de más de dos horas sea totalmente previsible, la hace eterna. El director, Francis Lawrence, conocido por su trabajo en videoclips para Will Smith o Britney Spears, podría haber utilizado sus conocimientos para aligerar la historia, pero no lo consigue. Incluso, en alguna ocasión, eres consciente de que lo que estás viendo, está forzado y no tiene coherencia.
Pero que no parezca que no hay nada bueno. Aparte del mencionado trabajo de Christop Waltz, disfrutarán con la elefanta protagonista. Un encanto de animal, nexo de unión entre ambos protagonistas, por quien esta historia tiene sentido.
Nota:
4/10
Por Rocío Campos
Pero...
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Dije que eso le hubiera dado un giro interesante xDD
Lástima que no la hayan llevado bien a la gran pantalla a pesar de contener el gran espectáculo del circo.
Por si alguién se anima a leerla
http://libros2.ciberanika.com/DesktopDefault.aspx?tabid=28&pagina=letras/g/p03652.ascx
Pero como no esperaba nada y me ha gustado ese tono tan elegante, seremos buenos. Pongamos que un 6.
Por curiosidad,
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