'[·REC] 4': El asilo
“¡Por tu puta madre, no dejes de grabar!”, le decía una poco conocida Manuela Velasco a su cámara, allá por 2007, cuando se estrenó en cines ‘Rec’. Una película de sencillas pretensiones, presupuesto ínfimo y atrevida personalidad, que tocaba dos temas rarísimamente tratados en España: los infectados/zombis (o como os apetezca llamarlos) y el found footage, o como se le llama por aquí, falso documental o cine de cámara en mano. El éxito fue inesperadamente abrumador, dando pie a nada menos que tres secuelas, donde un servidor nota evidentes paralelismos con la saga ‘Alien’, que van desde la evolución de la protagonista, Ángela Vidal, que pasa de ser reportera a heroína de acción, hasta el hecho de intentar que cada una de las secuelas sea diferente a la anterior, donde los géneros principales son (respectivamente, y sin contar la tercera entrega) el terror, la acción y la tensión que produce estar encerrado con monstruos de por medio en una cárcel futurista, o en el caso de ‘Rec4: Apocalipsis’, un barco.
Pero, por desgracia, esta última entrega, no es ni un cuarto de lo buena que es ‘Alien 3’, y eso que es de las más flojas de la saga del xenomorfo. ‘Rec 4: Apocalipsis’ es, sencilla y llanamente, una producción que no debería haber existido. Una producción fruto de las ganas de los señores Jaume Balagueró y Paco Plaza de sacarle rendimiento económico a una saga que ya ha perdido su esencia. Esa, la de los bajos presupuestos y las reservadas ambiciones. La de la serie B en todo su esplendor. La esencia del festival de Sitges.
A pesar de que en ‘Rec 3: Génesis’ hubo un cambio en la dirección y el found footage no estaba tan presente, la esencia de ‘Rec’ seguía estando en el ambiente. Momentos rocambolescos, situaciones absurdas y sobre todo, mucho sentido del humor. En ese caso salió bien el gran cambio respecto a sus predecesoras. En este que nos ocupa ahora mismo, no. ‘Rec 4: Apocalipsis’ es un cúmulo de despropósitos, que van de menos a más. En este cúmulo, se mezclan unas actuaciones espantosas, una dirección confusa y un guión muy poco inspirado, que coge elementos de otras cintas del género, algo que no sé si considerarlo homenaje, inspiración o plagio directamente. Ojo, me duele ser tan destructivo con ella, y más me duele aún que este sea el recuerdo que vaya a tener durante toda mi vida de mi primera vez en el festival de Sitges, pero es lo que toca.
Todo empieza después del prologo, donde nos presentan al nuevo protagonista, un soldado del ejército español, y su compañero, también de vital importancia en la trama. Vemos como intentan salvar a Ángela Vidal justo después del final de la segunda entrega. Después de un fundido en negro, de repente despiertan en otro sitio. Uno en el que nunca han estado. Aquí dan comienzo la incertidumbre y los nervios de todos los personajes. Una trama mil veces vista en otras películas o series del género, como ’28 días después’ o ‘The Walking Dead’, que no mejora con el paso de los minutos. Todo se antoja simple, repetitivo y excesivamente previsible, por lo cual el visionado de la cinta pierde toda la emoción que podía tener. Porque cuando de una película de este tipo, que dura menos de 90 minutos, se dice que es aburrida, ya se ha dicho todo. Por no hablar del intento en unir toda la saga y en arreglar los errores cronológicos que pueda tener, y digo intento, porque lo que hacen está metido con calzador y está totalmente injustificado.
Sin duda, en esta película de terror lo más terrorífico no son los sustos o la tensión, lo más terrorífico es el reparto. En este reparto se dan cita nombres como los de Héctor Colomé, Mariano Venancio, Críspulo Cabezas, Paco Manzanedo, Emilio Buale y otros muchos más. ¿Os suenan? Lo normal sería que os sonarán un par, de haberlos visto en televisión o en alguna que otra película suelta. No estoy diciendo, ni mucho menos, que un reparto desconocido equivale a un mal reparto pero en este caso, los actores no están desacertados, están algo mucho peor que eso: desganados. No parece que interpreten, más bien leen el guión mientras lo recitan. No hay sentimiento, ni emoción, ni ninguna muestra de que son humanos, no robots locutores. Ni Manuela Velasco se salva, con momentos de sobreactuación ridículos que acaban haciendo de ella un personaje odioso. Ellos han ido a leer un libreto mientras les graban, cobrar su cheque e irse para casa con los bolsillos llenos. El único medianamente salvable es Ismael Fritschi, porque aunque su interpretación no sea la octava maravilla, se nota que se lo pasó bien rodando la película y en su haber tiene los momentos más graciosos del film (incluido un homenaje a Braindead), en los que consigue que el espectador esboce una sonrisa. Parte de culpa del desastre la tienen los actores, pero el resto (y lo más grande) recae sobre Jaume Balagueró, ese catalán que empezó todo esto adentrándonos en un edificio de Barcelona como si se tratara de una de esas casas de los horrores que tanto se ven en los parques de atracciones. La dirección resulta muy confusa a la par que caótica, y falta de ritmo. No puede ser que se desaproveche de esa forma la situación claustrofóbica de estar encerrado, en un barco, en medio del mar, con los momentos de tensión y desesperación que puede llegar a dar. Un barco puede dar para mucho más que esto, y es que aquí parece más un escenario más, que podría ser sustituido por un hotel, una mansión o cualquier otro espacio cerrado. Y tampoco puede ser que pasemos de la parte cómica intencionada de las anteriores, a las partes de comedia involuntaria de esta. No puede ser.
‘Rec 4’ (no me extraña que le hayan quitado lo de ‘Apocalipsis’, porque no había motivo alguno para llamarla así) es una película mala. Pero de esas tan malas que te ríes. Como las películas que produce The Asylum. Si las expectativas fueran esas, hubiera sido un auténtico cachondeo. Pero las expectativas para el “cierre” (por llamarlo de alguna forma) de una de las sagas más rentables del cine español, eran otras muy diferente. Podías haber dejado de grabar, Jaume.
Nota: 3/10
por Sacri94
Mi nota es 4/10.
Empezamos esta edición número 47 del Festival de Sitges con la primera gran decepción, '[•REC] 4', y eso que la tercera entrega había dejado de por sí el listón y las expectativas bastante por los suelos. Muchos nos agarrábamos al buen nombre de Jaume Balagueró, pero ni por esas: esta cuarta parte, una especie de remedo castizo y a lo pobre de 'Resident Evil', es algo mejor que la tercera, si, pero esto es prácticamente lo único que tiene de bueno. Por no tener no tiene ni mala leche.
¿Qué necesidad había de hacer una cuarta entrega de [•REC]? El dinero, lisa y llanamente. Así de claro. Una secuela harto perezosa e impersonal que no aporta prácticamente nada, ni a la franquicia ni al mundo del cine. Se diría que improvisada sobre la marcha para, sin orgullo, recorrer torpemente todos y cada uno de los clichés de este tipo de películas a grito pelado, de manera confusa y sin darles siquiera un mínimo meneo. Peor aún, muy mal interpretada y peor dirigida, en lo que más parece un encargo resuelto con desidia por un asistente que una nueva entrega de una saga que, mucho nos tememos, ratifica su defunción tras dos primeros títulos muy meritorios.
Soy de esos raros que la 1ª de la saga le pareció correcta sin más, le gustó más la 2ª y la 3ª le encantó, considerándola una obra de culto instantánea y una obra maestra del terror y la comedia. Más allá del orden de preferencia de las películas de la saga y opiniones sobre ellas, en general todos concordaremos en que era seguida y valorada por muchos, que esperábamos un buen ¿cierre? a la misma.
Servidor era de esos que esperaban esta 4ª entrega con ganas, pero tras ver las nefastas reacciones de los que fueron a verla y a diferencia de con la 3ª, unánimes, lo fue dejando pasar hasta ahora, siendo más un trámite que una ilusión. Y ello para comprobar que sí, es un cierre no extremadamente lamentable ni vergonzoso pero si malo y que deja bastante que desear. Bueno de ella se podría decir que es a tramos entretenida y que hila bien los sucesos de las anteriores, aunque tenía todo el trabajo hecho y hubiera sido muy torpe fastidiarla en algo tan simple. Con un guión del peor Resident Evil, unas actuaciones mediocres y diálogos ídem, estamos ante una película de sin mimo ni esfuerzo, como el que rueda algo porque se había comprometido a ello pero quiere que pase rápido. Más ruidosa, más histérica, peor en todos los sentidos. Una pena.
Nota: 3'7