'Glass' - Héroes (o villanos) como nosotros
Voy a empezar la casa por el tejado: A mí me gustó 'After Earth'. Es más, también me gustó 'Airbender, el último guerrero'... con muchas, muchas, muchísimas reservas. Pero puedo decir y afirmar que ambas me gustaron sin pudor alguno. De hecho reviso la filmografía de M. Night Shyamalan y puedo decir sin agachar la cabeza que todas sus películas me han gustado... mayormente, y a excepción de la primera que ni he visto ni creo que vea nunca, claro está.
En fin, que Shyamalan es un director siempre interesante al que sin embargo cuesta estrujar entre nuestros brazos como no cuesta tanto hacerlo con otros. Eso es algo que va (o no) a cambiar con 'Glass (Cristal)', el que sin duda es su filme más ambicioso... y también, el filme por el que le vamos a recordar de ahora en adelante, ya sea con o sin el permiso de 'El sexto sentido', una película demasiado redonda como para poder ser puesta (tan) en duda como 'Glass (Cristal)'.
Es precisamente este resquicio para la duda lo que hace de 'Glass (Cristal)' un filme a la postre tan poderoso unido a la, por supuesto, existencia previa de una buena base: Otros dos filmes tan dispares como complementarios. Esa duda sobre la que se ha labrado la carrera de Shyamalan, un autor cuyo ego nos ha traído tantas buenas y malas noticias que le han situado, en la salud y la enfermedad, en ese punto entre el amor y el odio en el que se mueve 'Glass (Cristal)'.
Advertía al principio me querencia hacia el cine de Shyamalan como antesala de lo que voy a decir a continuación: Vista en su conjunto, ahora sí, la trilogía de Shyamalan es la saga sobre cómics y superhéroes más estimulante que ha dado el cine (a la espera de ver que ha hecho Damon Lindelof con la continuación de 'Watchmen', eso sí). Por lo que plantea, y por la manera en que lo plantea (sin apenas efectos especiales): Como algo perfectamente cotidiano y tangible.
En realidad, lo de siempre (llevado al extremo dentro del género más de moda): La espectacularidad de Shyamalan reside en la acumulación de pequeños detalles, y en su juguetona afición por los guiños; en su habilidad para sugerir antes que mostrar; en la aparente sencillez de una puesta en escena altamente intencionada; en la creación de una atmósfera dónde lo extraordinario se desarrolla de forma espontánea. En lo mundano y terrenal de lo sobrenatural.
El pretendido realismo de 'El caballero oscuro' llevado al mundo real, al de verdad, al nuestro. Al que está al salir de casa o la sala de cine. Puede que 'Glass (Cristal)' sea una exposición apretujada y desigual de ideas antes que una exploración de las mismas, pero su postulado es ORO PURO para mentes fantasiosas e inquietas como la mía. 'Glass (Cristal)' se hace fuerte allí dónde los X-Men se han ido haciendo cada vez más débiles: En su latencia humanista.
Si 'El protegido' y 'Múltiple' eran el planteamiento 'Glass (Cristal)', que perfectamente podría haber dado para dos volúmenes como 'Kill Bill', es el nudo (¿y desenlace?) de una historia cuyo potencial no del todo explotado, o no del todo perfilado nos perseguirá para siempre en nuestros sueños con vocación de mojar la cama. Ahí es dónde el beneficio, o el perjuicio de la duda encuentran su razón de ser y el acomodo como mejor aliado de una obra claramente imperfecta...
... o a falta de tiempo y perspectiva, ¿visionaria? Esa duda, maldita sea, que te desafía tanto como se cuestiona a sí misma y que provoca las inevitables y consabidas "reservas", tan temidas en otras manos como emocionantes en las de quién además de ser su peor enemigo, es también su mayor fan. La aparente unanimidad frente al Batman de Christopher Nolan no la encontrarán en esta la obra de quién disfruta atentando contra el conservadurismo del espectador.
Que disfruta marcando SU territorio a través del enfrentamiento entre amigos y enemigos. Antes controversia que condescendencia, dar que hablar que olvidar. El fruto del conflicto entre el genio y el niñato que viven dentro de Shyamalan. 'Glass (Cristal)' no sólo es el culmen de SU carrera, también es el tipo de obra que definen a los sujetos que viven dentro de él, con nombre y apellidos, y nacidos para levantar una pasión (a favor o en contra) que no deje títere con malla en pie.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex