'Moana: Un mar de aventuras' - Yo no, posiblemente tú
Hace tres años tuve la misma sensación que tuve viendo 'Moana: Un mar de aventuras'. Esto es, la misma sensación que tuve con 'Frozen: Una aventura congelada', película que a un servidor no le llamó especialmente la atención pero cuyo éxito es innegable. Es más, buena parte de lo que escribí sobre ella en su momento me puede valer, con algunos pequeños ajustes, para hablar de 'Moana...' en parte (y ya me estoy parafraseando) porque intuyo que volveré a formar parte de la inmensa minoría; en parte porque he tenido que mirar que ha hecho Disney entre medias de ambas para recordarlo; y en parte porque mi opinión sigue siendo sólo eso, una opinión como la de cualquier otro.
Al igual que 'Frozen: Una aventura congelada' (aunque aquí el chiste aún tenga menos gracia) 'Moana: Un mar de aventuras' me ha dejado tan frío como para no animarme a pensar en ella, mucho menos a estrujarme las neuronas para escribir sobre ella (de ahí en parte que opte por autoplagiarme, que tampoco es la primera vez...). El yo como argumento de aquel entonces, el yo también como argumento de hoy en día. Porque yo lo valgo, y porque al fin y al cabo yo sigo siendo yo. Y aunque mi falta de entusiasmo hacia 'Frozen: Una aventura congelada', o para el caso 'Moana: un mar de aventuras', tenga poco que ver con ahí si, la tirria y el poco respeto hacia producciones como 'La vida secreta de tus mascotas' cuyo éxito, no obstante, explica el por qué de algunas cosas ya no tan incomprensibles de nuestra sociedad actual.
En fin, que Disney reincide con 'Moana: Un mar de aventuras' en esa tendencia ya presente en 'Enredados' y 'Frozen: Una aventura congelada' de combinar la esencia de sus clásicos animados en 2D, principalmente de los 90, con el dinamismo y colorido de la era digital. Y ahí es dónde, de nuevo, la cinta cala poco en el yo que se esconde tras estas palabras. En su receta "como las de la abuela" aderezada con condimentos "más modernillos", cual cocinillas de palo en el intermedio del ni contigo ni sin ti. Muy apreciable por piezas y entretenida de principio a fin, pero sin el encanto o la solidez global de obras más orgánicas, pulidas y maduras en todos los sentidos resueltas con tanto amor como un oficio sin tacha de igual medida.
Dejando de lado una excelente factura técnica que ya viene de serie, será cosa mía... o no, que no se pueda negar ni aún malmetiendo que, a diferencia de gran parte de la competencia, Disney al igual que Pixar se esfuerza en hacer películas que, cuanto menos, luzcan como si fueran únicas, distintas o reconocibles dentro de su especie. Cuente hasta tres, o si quiere hasta diez, que la comparación de 'Moana: Un mar de aventuras' con cualquier otra película no es tan instintiva como lo era, por malmeter ahora con razón, lo de aquel "remake de Toy Story". Lo sean o no sin dejar de serlo, o no, por supuesto, en una de esas contradicciones que tan bien funcionan a la hora de evidenciar que el mismo argumento puede servir a favor o en contra según sople el viento.
'Moana: Un mar de aventuras' en verdad no busca sorprender, y de hecho no lo hace; tampoco arriesgar, y por lo tanto no arriesga al tiempo que el guión no se complica. ¿Y?. De la mano de dos clásicos de la compañía se amolda a lo clásico desde una óptica moderna con más fortuna, eso sí, que en 'El planeta del tesoro' sin perder por ello la agilidad de ese 'Hércules' que no convencía, arrollaba (y así no hay tú tía). Porque a decir verdad su exuberancia mitológica tiene poco tiene de rutina, del mismo modo que su oficio no la exime de albergar un alma en lo que, posiblemente, sea lo mejor que se puede decir de ella: que aunque pueda parecer lo de siempre, a su vez rara vez parece ser lo de siempre. Lo sea, repito, o no lo sea... si es que importa a ese yo, sea el tuyo o el mío.
'Moana: un mar de aventuras' es un dinámico y a la vez práctico entretenimiento para toda la familia visualmente fantástico que se digiere con enorme facilidad, tan efectivo como distracción como a la vez esquivo dentro de una falsa rutina que, más allá del gusto que pueda dejar en el paladar, no tiene hechuras de película sino de espectáculo de animación (en 3D). Un acuerdo tácito, y plenamente lícito, que en el fondo nos libera a unos y a otros de ese yo al que no siempre hay que escuchar. O decir mucho para no decir nada, simplemente soltarse y dejarse llevar mar adentro. 'Moana: Un mar de aventuras' o no es una gran película... o yo no soy su espectador. Pero si es aquello que están buscando los que tienen la certeza que van a encontrar lo que buscan. O sea, posiblemente tú.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Y bueno, entre otras muchas cosas que no me gustaron. De todas formas, tengo que decir que el gallo es lo mejor, al menos me reí un poco.
Nota: 5
Las canciones se dejan escuchar, sobre todo la principal que al igual que con Frozen, se te "pega" y no deja de sonar en tu cabeza. Técnicamente me ha parecido una bestialidad, de lo mejorcito que he visto últimamente.
En fin, no llega a la categoría de clásico pero sin duda es una buena forma de pasar un domingo de agosto
Nota: 7.5
Pd: Vaiana representa la cara buena de Disney, en la otra cara de la moneda tendríamos bazofias como el remake de La bella y la bestia que vi hace unos días y aun no se me pasa el enfado...quizás algún día opine sobre ella en el foro... Algún día...
Pd2: alguien sabe por qué le cambiaron el título de Vaiana a Moana? Me parece por lo menos curioso.
Según Bloomberg la película ha sido reproducida en Disney+ durante 80 mil millones de minutos, el equivalente a verla completa 748 millones de veces https://bloomberg.com/news/articles/2024-11-08/disney-s-most-streamed-movie-has-a-sequel-coming-to-theaters?sref=W6GJF3MS