Hace un par de meses, cuando llego el pase de prensa de 'El bebé jefazo', no me venía bien e hice muy poco por verla. En el recuerdo, muy reciente, estaba 'Los pitufos: La aldea escondida' y como que no, como que no me apetecía la enésima cinta de animación funcional y ramplona que uno ve sólo porque a los chavales no se les puede dejar solos. Claro que luego, como parte de mis deberes como tío y padrino, acabé no sólo viéndola... sino que para mi sorpresa, se puede decir (abro comillas) que me llegó incluso a entusiasmar (cierro comillas).

La sorpresa, sobre todo, es que no me hubiera sentido como un pedófilo de haberla visto sólo en el cine. Esto es, después de todo era (y es, de hecho) una película que como la mayor parte de las de Pixar, para entendernos, uno puede disfrutar sin la necesidad de resignarse por ser padre. Esto en realidad no una excepción en DreamWorks Animation, aunque si algo demasiado esporádico y circunstancial. Y tiro sólo de memoria, porque al fin y al cabo de sensaciones vive el hombre, y es que me vale con los dedos de una sola mano.

A DreamWorks, veinte años después, le faltan clásicos en su currículum. Y eso es algo que la definen muy bien, toda vez que la mayor parte de su trabajo estaría olvidado de no ser por IMDb. Es por eso que uno tiene que guiarse, o por los datos del teléfono móvil, o por las sensaciones que a uno le sople el viento. Aquí es dónde 'El bebé jefazo' adquiere una enorme dimensión a la hora de hablar de la muy oportuna 'Capitán Calzoncillos: Su primer peliculón', con la que se diría que DreamWorks Animation ha corrido a imitar a los de Warner Bros. Animation.

Esto viene a ser como cuando la pelota cae en el alero, y por unos instantes tenemos la duda sobre si entrará o no. Es cierto que 'Trolls' no estaba nada mal, pero también que lo que recordamos de ella es una canción de Justin Timberlake, no una película. Con 'El bebé jefazo' sí encontramos algo que parecía que no existía en la compañía: Un realizador. Es la labor de Tom McGrath lo que hace que aquella sea una delicia. Esa energía, pasión, ese orgullo, esa voluntad... en suma, de dicha cinta emanan ganas, entusiasmo, diversión, fiesta.

ESE espíritu contagioso, ESE espíritu alegre, ESE espíritu festivo. ESO es lo mismo que encontramos en 'Capitán Calzoncillos: Su primer peliculón', una buena réplica de aquella aunque no sea ni tan redonda ni tan efectiva. En ella encontramos ese mismo estilizado espíritu "cartoon" presente en producciones como 'Cigüeñas' o 'La LEGO película', que al fin y al cabo es de lo que se trata cuando hablamos de dibujos animados, y no necesariamente de la lágrima puñetera de Pixar. De diversión, la que ofrece este trepidante 'Capitán Calzoncillos'...

... este quizá demasiado trepidante 'Capitán Calzoncillos', una diversión saludable aunque resulte atropellada como película. De hecho más que algo, este sainete parece una suma de recortes, de guiones a medio hacer. De ser una producción que "ha sufrido" por el camino; de haber padecido una serie de "volantazos" y que como las películas de 'Futurama', es una especie de monstruo de Frankenstein. No hay mal que por bien no venga: Las partes suman un todo epiléptico y poco compacto pero tan dinámico, alocado y colorido que, bueno, ¿y qué?

La pelota golpea en el alero, y es 'El bebé jefazo' quién la mete dentro para beneficio de 'Capitán Calzoncillos'.

Quiero decir, como soltero y tío, que aquella ha repercutido en cierto sentido sobre esta. No porque esta no lo merezca, mejor en cualquiera caso que una producción de Illumination Entertainment, sino porque nos ha predispuesto a verla como un sainete muy simpaticote. Agotador y un pelín cansino en última estancia, quizá demasiado hueco e inestable, pero con esa energía y determinación propia de la animación (no lo olvidemos) que "animan" a dejarnos llevar como si no hubiera un mañana. O como si el crío de la butaca contigua fuéramos nosotros.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex