'Baby: El aprendiz del crimen' - Was he slow?
Remakes, reboots, secuelas, precuelas, spin-offs, adaptaciones... Estas son las palabras más sonadas en la industria del cine desde hace unos años. El cine no americano suele tirar hacia otro lado, pero incluso películas como 'Trainspotting' han tenido una secuela. Está a la orden del día rescatar algo ya explotado anteriormente para tener una base de fans detrás. Casos recientes como 'Jumanji', 'Los vigilantes de la playa' o 'Power Rangers' lo demuestran. Cada mes tenemos al menos una de estas producciones en cartelera. No se discute la calidad o lo innecesarias que pueden llegar a ser algunas, simplemente es algo que está ocurriendo. Se ven pocas películas cien por cien originales hoy en día. Pocas que logren sorprenderte.
Pero hay un director inglés que siempre lo consigue, y en (casi) todas las ocasiones con ideas propias. Se llama Edgar Wright, y es el creador (que no únicamente director, no nos confundamos) de la famosa trilogía del Cornetto, responsable de la muy ingeniosa adaptación del cómic 'Scott Pilgrim contra el mundo' (aun siendo adaptación, es única) y, como no podía ser de otra manera, de la película que nos ocupa, 'Baby Driver'. Recordad este nombre, pues lo veréis en muchas de las típicas listas de "Mejores películas de 2017". Es una película necesaria a día de hoy. No a todos los niveles, pero dentro del cine comercial, es absolutamente necesaria. Y ahora os voy a explicar el porqué.
'Baby Driver' no es revolucionaria, empecemos por aquí. Al menos no del todo. Es una película de atracos, una película de ladrones como 'The Town', pero con mucho más sentido del humor. Hemos visto unas cuantas de estas, y es cierto que puede provocar algo de pereza su visionado al escuchar una premisa tan simple y longeva como esa. La diferencia y lo que desmarca esta película de ser otro sucedáneo de 'A todo gas' es que tiene detrás a un auténtico autor. No es alguien contratado por SONY para dirigir una película, es quien se ha pasado años gestionando el proyecto, buscando ideas y escribiendo el guion. Lo cual, se nota, haciendo que su visionado sea mucho más refrescante que cualquier gran producción reciente. En un panorama cinematográfico en el que grandes productoras como Disney o Warner Bros. tienen idas y venidas con directores, imponiendo su visión de lo que debería ser la película en lugar de dejar que el director haga su propia película, sorprende y es de agradecer que SONY le haya dado tanta libertad.
El toque de Edgar Wright va mucho más allá de dejarnos planos y escenas fantásticas. Es algo que impregna toda la película, y que es transmitido al espectador. Al ver la película uno tiene una sensación extraña, pero muy confortable. Estamos viendo el blockbuster más guay de todo el año a la misma vez que asistimos a otra muestra del estilo de Edgar Wright. Todo esto sin necesidad de recurrir a los delirios de Lynch o la lentitud de Nicholas Windign Refn (sin menospreciarlos, que me encantan). 'Baby Driver' es una gran evasión del mundo exterior, unos 120 minutos absolutamente trepidantes que te dejan pegado a la butaca, vibrando y moviendo los pies por culpa de su banda sonora y gozando con las mejores escenas de conducción que se han visto jamás. Gustar al populacho a la par que gustas a la crítica profesional y no omites tu sello, no es sencillo, y eso solo lo pueden hacer los grandes.
La grandeza de esta película reside en varias cosas, pero lo mejor es su apartado técnico. Audiovisualmente a la película muy poco se le puede achacar. Es impresionante en todos los aspectos. Todo está en perfecta sincronía, al igual que los momentos musicales del film. No es un musical, pero casi como si lo fuese. La importancia y el uso de la música en esta cinta es enorme, algo que nos dejan claro desde la primera escena. Es imposible ver el inicio de esta película y no quedarse ojiplático ante el tema que suena, las imágenes que nos muestran, el desgarbo de Elgort y el tremendo y laborioso montaje. Todo este despliegue te coge, te zarandea y no te suelta. Las persecuciones son espectaculares, una fuerza y originalidad propias del señor que hay detrás de las cámaras.
El tracklist no podía estar mejor escogido, cada canción tiene un porqué y separar la música de las imágenes es algo imposible de hacer en este caso, pues ambos elementos quedarían cojos. No son canciones escogidas porque molan y punto, sino que se ha planificado cada escena teniendo en cuenta la canción, algo muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta que los movimientos van acompañados y sincronizados con las notas musicales. No hay un segundo de descanso ante un ritmo muy bien medido y totalmente frenético. Así con toda la película. En su recta final es un poco caótica/alocada y tiene un par de deus ex machina que empañan ligeramente el resultado final pero eso no va a hacer que deje de ser un clásico instantáneo del cine de acción que con los años se revalorizará. Algo así de inspirado no se ve todos los días.
El segundo gran punto a favor del film británico-estadounidense es un reparto coral entregado a la causa. Desde Ansel Elgort (brillante futuro le vaticino), un novato que desborda carisma y simpatía por los cuatro costados, hasta el veterano Kevin Spacey en un papel con poca presencia pero muy divertido y memorable, echan el resto. Se les ve pasarlo bien mientras actúan y eso contribuye a que todos hagan personajes memorables. Baby, Loco, Darling, Buddy, Doc... Todos ellos te sacan una carcajada (como mínimo) y te sorprenden. Resumiendo un poco, Jamie Foxx hace de lo mejor que sabe hacer y lo hace muy bien, Eiza Gonzalez (otra completa desconocida) es la más floja pero cumple su función con su belleza, picardía y desgarbo. Y después está Jon Hamm en el mejor papel dentro de una película que ha hecho en toda su carrera, junto con Ansel Elgort, el mejor de todos. Hay varios personajes secundarios más, todos ellos al nivel de los principales, pero no voy a hablar más de ellos, porque no quiero hablar de más y quiero que os sorprendáis tanto como lo hice yo.
Como último apartado de este escrito, hablaré del guion escrito por Edgar Wright. Antes comenté que no era del todo revolucionaria, y es cierto. El cómo sí que sorprende en demasía, el qué no tanto. Wright coge ideas de otras películas, ahí tenemos por ejemplo a Baby que es una mezcla entre el personaje de Ryan Gosling en 'Drive' y el Star-Lord de James Gunn o lo estereotipados que son algunos personajes (la pareja de ladrones, el que roba por gusto, el jefazo...). Cada uno tiene su punto que lo diferencia de otros personajes ya vistos, eso sí. Pero la historia en si no nos cuenta nada nuevo, realmente no estamos hablando de una historia original. La historia de Baby es interesante, te mantiene enganchado durante todo el metraje, por lo que cumple su cometido. La historia de amor entre él y Debra (encantadora Lilly James) es tierna y cautivadora, pero tan acelerada como la película, razón por la cual tiene excusa.
Hay elementos con ingenio y espacio para las sorpresas, pero esta parte del film no se siente tan fresca como otras. Aunque Wright ya se encarga de que no sintamos ningún atisbo de déjà vu mientras estamos sentados en la butaca. Con su particular sentido del humor y el planteamiento de este guion consiguen que se pase por alto. Es una película tan disfrutable que a nadie le debería importar estas minucias, totalmente compensadas por una puesta en escena que pocas veces se ve en una producción de este tipo. Cualquier tipo de opinión es válida, por supuesto, pero ir al cine y no salir contento tras los créditos finales creo que es algo altamente improbable.
'Baby Driver' es un soplo de aire fresco para el cine de acción, pero sobre todo lo es para el cine comercial. Una película muy artesanal, lejos de lo que debería ser una gran producción, con apenas CGI pero con mucho especialista. Grandes escenas, esplendida música y un gran reparto. Hollywood necesitaba esto, ojalá sirva de algo. Deseo que sea un bombazo y los estudios dejen hacer a los directores. No hay duda de que es la película del verano, hay que ir al cine y apoyarla. Hay que conservar al británico como paño en oro, pues no hay otro como él. Larga vida a Edgar Wright y a su brillante mente. Viva el gran Baby. Y viva 'Monstruos S.A.', porque no.
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan
Un 8.
Edgar Wright parece haber nacido con un sentido del ritmo a la hora de narrar sus películas, ya lo hizo con 'Scott Pilgrim contra el mundo', una película donde dentro de su mundillo friki hay un gran trabajo, y parece hacerlo aquí. No es una canción tan afinada, ya que de música va principalmente 'Baby Driver', como lo fue aquella cinta con Michael Cera, mas no cabe duda de que es un director especial.
Quien haya visto 'Drive' no dudo de que le recordará algo aquí, si bien hay elementos suficientes para que una y otra puedan mantenerse independientes. Aquí tenemos un reparto con mucha química entre ellos y talento por los cuatro costados, una inteligente selección de la música y entretenimiento a espuertas.
No tengo tomada tanta la medida a Ansel Elgort (ni a Eiza González) como al resto del reparto que ya son caras conocidas, Jon Bernthal podría haber tenido más peso ya que le pegaba el papel, pero cuando le ponen un director notable como en este caso, se curra un gran papel y muy trabajado. Tiene pinta de ser un rostro de futuro.
Lástima que sea una cinta que sea previsible en su final, pecando así de falta de originalidad cuando es un filme con una identidad propia; sin embargo, no es un defecto grave. Lo peor es que llega un momento en el que pasan demasiadas cosas a la vez, afortunadamente no tarda mucho en pasar.
Por otro lado, todo el tema de Kevin Spacey no tiene porque afectar el trabajo de Wright y compañía. Kevin Spacey ya tiene bastante que pagar por las atrocidades que ha hecho, los demás no tienen que pagar por ello y todos sus trabajos no deben caber en el olvido porque hay obras que son ya míticas. 'Baby Driver' no es mítica, para mí, pero merece la oportunidad.
7.5
Le doy un 6.