Brillante apertura veneciana
Vía Festival de Venecia
por reporter 01 de septiembre de 2010
Imagínense la clásica y almibarada escena del enamorado bobalicón deshojando una margarita, preguntándole a la florecilla si su media naranja le corresponde o no. Algo similar debe sentir el neoyorquino Darren Aronofsky cada vez que presenta una película en "su" festival, que no es otro que el de Venecia, el más antiguo del mundo. Un año no le quieren (tanto que con 'La fuente de la vida' casi salió de la sala de proyección a pedradas) y otro sí (tanto que hace dos ediciones salió vitoreado del pase y con el León de Oro bajo el brazo gracias a 'El luchador'). ¿Y en esta ocasión?
Para el año 2010 el destino de Aronofsky le tenía preparado uno de esos regalos envenenados al que, por otra parte, tan difícil es resistirse. Así es, Marco Müller, director del certamen, designó su último filme ('Black Swan') como el encargado de inaugurar la 67ª edición de la Mostra. Una ocasión dorada para los ojos de todo buen director de marketing, pero casi una sentencia de muerte para los cineastas deseosos de alzarse con premios/prestigio, pues es sabido que este tipo de citas buscan para su pistoletazo de salida un cartel lleno de estrellas... y poco más (véase Cannes y la aventurilla medieval de Ridley Scott en Sherwood). Pues al final la fortuna le ha sonreído a la pareja de Rachel Weisz, ya que su "cisne negro" se ha erigido ya como el primer éxito del festival.
Con trazo fino a veces y otras mucho más grueso, Aronofsky se sumerge de lleno en la psique de una bailarina de balet (brillantemente interpretada por Natalie Portman), que hará todo lo que haga falta para hacerse con el papel protagonista de la mítica "El lago de los cisnes", de Tchaikovsky. Un viaje sin ticket de vuelta a la trastienda del mundo del espectáculo, donde la obsesión es la única guía y donde el terror se esconde en cualquier esquina. El aplauso de la Sala Grande ha sido más que elocuente.
El lenguaje metafórico y las sutilezas dejaron paso a un plato completamente distinto. A estas alturas presentar 'Machete' sería casi un gesto de mal gusto que sólo tendría justificación si habláramos con marcianos que llevan enterrados bajo una roca durante los últimos meses. Baste con decir que con la elección de esta película ha empezado a dejarse patente que el programa de esta edición del Festival de Venecia directamente puede haberse configurado para el agrado de Quentin Tarantino que, recordemos, ejerce como presidente del jurado (esta tendencia ya la iremos confirmando/constatando a lo largo de esta semana).
Al amiguete Quentin le gustó la experiencia. Esta es realmente la mejor carta de presentación para la nueva trastada de Robert Rodríguez. Espíritu 100% exploitation para una cinta con un reparto impresionante, y que si bien no ha acabado de cuajar entre la crítica, parece que, gracias a un par de chispazos pasadísimos de rosca, no defraudará al público deseoso de emociones fuertes. Como dirían los "Jacri": para todos los gustos. Este año el Festival de Venecia ha empezado muy fuerte.
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Me alegro mucho por Álex y sobre todo por el cine español. Habrá que prestar atención a los payasos en la Guerra Civil, a la de Sofia Coppola (esto me recuerda que tengo que ver su drama de época), 'Black Swan' (¿Mila Kunis eclipsando a la Portman?) y 'Essential Killing' que se ha llevado aplausos y palos a pares.
Grande reporter, nadie como tú lo hubiese hecho mejor