Sitges 50 - Parte IV
El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges cumple 50 años. De diez en diez. Brevemente, y de diez en diez.
'A Day' - Curiosa revisión coreana de 'Atrapado en el tiempo' o 'Al filo del mañana', las dos grandes representantes del subgénero. Solo el abuso que hace Cho Sun-Ho del melodrama y las habituales licencias del cine comercial echan el freno de mano a esta versión "entretenidilla" que aporta su granito de arena: Que el mismo día se le repita a más de una persona. La cinta se sabe tan poca cosa que ni se molesta en explicarse y/o disimular, de ahí que todo acabe siendo tan... superficial e irrelevante. A falta de que el subgénero muera por sobrexplotación, de momento aún nos vale. ******
'Blade of the Immortal' - Takashi Miike tiene tres tipos de películas: Las buenas, las malas y las de samuráis. El artesano que hay en Miike cumple dentro de un género que domina a la perfección, en lo bueno y en lo malo. A pesar de sus bondades, a pesar de su comienzo y su final (que ya os lo podéis imaginar...), no deja de caer sobre ella un halo a déjà vu. Pero si eres de los que vas a ver una de Miike y/o una de samuráis, pues todos contentos. ******
'A Prayer Before Dawn' - Es una película que ya has visto y/o parece que ya has visto, y que sin embargo ahí te quedas aguantando delante de ella durante casi dos horas como si nada. De la estirpe de películas como 'Convicto' o 'Warrior' (siempre con el 'El expreso de medianoche' de fondo), capaces de mostrar un nervio narrativo que las levanta por encima de lo que parecían eran sus posibilidades. *******
'Stephanie' - Otro "vende humo" de Blumhouse Productions, compañía que salvo cuando respalda a autores como M. Night Shyamalan da mucho miedo... pero en el sentido inverso. No, Akiva Goldsman es cualquier cosa menos algo bueno. Colección sin sentido ni personalidad de efectismos varios y bajo presupuesto que acaba siendo ridículo. Lo dicho, un "vende humo" sin nada que vender salvo humo. De esas películas que el guión parece improvisado sobre la marcha en busca de un continuo golpe de efecto que no logra. ¿Por qué? Porque tonto es el que hace tonterías. **
'My Friend Dahmer' - La película de Marc Meyers tiene un problema: Su monotonía. Su narrativa es como un encefalograma que transcurre en línea recta. Eso repercute en una falta "de gancho" evidente de su por otro lado, notable caligrafía. Si a eso le añadimos que la frialdad de su figura central, Jeffrey Dahmer, que poco tiempo después se convertirá en el "Caníbal de Milwaukee", se contagia al propio filme nos queda una obra interesante y apreciable, pero de una respuesta emocional un tanto apagada. ******
'Laissez bronzer les cadavres' - Todo el rato pensando en una de las grandes ausentes del festival, 'Free Fire'. Se trata de una especie de revisión mediterránea de la notable película de Ben Wheatley perpetrada por Hélène Cattet y Bruno Forzani, los responsables de 'Amer' y 'L'étrange couleur des larmes de ton corps'. Y quién las conozca, ya sabe más o menos qué esperar de ella: un thriller inquieto y muy personal cercano al experimento que pondrá los nervios de más de uno a prueba. El tipo de película que debería de definir un festival de como el de Sitges. Arriesgada, diferente, única; loca, muy loca. Un espíritu totalmente libre que juega con las convenciones de la narrativa y la imagen, por más que sea la película más accesible de la pareja belga. Es cierto que al final cansa un poco, lo que no quita para que sea una más que probable joya para aquellos que les gustan los desafíos. *******
'Hostile' - Se supone que es un filme post-apocalíptico, y digo que "se supone" porque los teóricos flashbacks le comen tanto la tostada a la que "se supone" es la narración principal, que esta parece más bien una suma de flashforwards. Un final arriesgadísimo -y que se enfrenta de cara al sentido común- hacia el que confluye todo pone la guinda a un pastel amargo: Uno no ve en ella más que un capítulo más de una serie de antología de no más de una hora por capítulo diluido en 90 minutos. Pero de una del montón, eh. ****
'The Wall' - Que Doug Liman es un buen narrador ya lo sabíamos, y esta su penúltima película lo vuelve a certificar. Un thriller de suspense con la guerra de Irak de fondo y muy pero que muy pocos elementos. De hecho dominan las palabras a las balas, lo que no le impide a Liman a impregnar a la mayor parte de sus minutos de una tensión muy bien traída. Una pequeña película que funciona, con un Aaron Taylor-Johnson en plan estrella y tan sólo un pero reseñable: Al final le falta la debida contundencia para dotar de fuerza a todo lo anterior. Sin esa puntilla, nos queda un filme entretenido y muy ameno, pero quizá demasiado superficial como para calar de alguna manera. ******
'Rabbit' - El toque "aussie" la salvan de la quema... o más bien, de caer en la hoguera. Sirva de ejemplo que su grandilocuencia musical es idónea para cerrar los ojos y dejarse llevar por la imaginación propia a la mínima ocasión, a menudo más interesante como es el caso. Película pesada y pretenciosa, de las que retuercen una idea estimulante de manera que resulte un tanto anodina y enrevesada. Y sobre todo, que aparente no ser más que relleno festivalero para los más temerarios (O ingenuos). ****
'Mutafukaz' - Arrolladora cinta de animación independiente para adultos. No importa que sea algo irregular, se muestre algo contenida o se mueva a espasmos de raíces epilépticas, lo que evidencia en gran medida su imperfección como bola de demolición. Sus constantes arranques de genio no sólo compensan, también deja un muy buen sabor sociofestivo aliñado por su encantadora animación. A esto venimos a Sitges, madafuckers. *******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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