Capítulo VII - Don't stop me
"Esto no es como la tele pero un poco mejor. Esto es vida, un pedazo de la vida de alguien", argumentaba Lenny Nero en la magnífica 'Días extraños' a mediados de los años 90 para vender su mercancía. Han pasado veinte años hasta que alguien ha adoptado esa misma idea como fundamento de un filme de principio a fin. Hablamos de 'Hardcore Henry', una de las grandes sensaciones de esta edición del Festival de Sitges. La respuesta del millón, ¿da como para 90 minutos? Oiga, pues sí, aguanta muy bien durante sus muy ajustados 90 minutos de duración.
Básicamente, Ilya Naishuller se lo plantea de la manera que parece, la misma como hay que tomárselo: como un puto y simple juego. O dentro de lo que sería el cine, como un artificio. El argumento no es más que una excusa para ir probando las posibilidades que ofrece el formato, dando así a luz un título único nacido para ser de culto... y para generar una fuerte discrepancia, probablemente. Porque dentro de lo que sería cine, más bien no sería cine, sino una atracción de feria... con la capacidad de disfrute de esta, no obstante.
Y es que esa es la palabra, disfrutar. 'Hardcore Henry' es entretenimiento en vena, puro nervio que se pasa en un suspiro y difumina la línea que separa a los videojuegos de la gran pantalla. No sólo otorgándole al found footage una mínima dignidad y configurándose como uno de esos filmes imprescindibles de ver en pantalla enooorme, también desempeñándose como un filme muy inteligente a la hora de resultar lo más básico, estilizado y fluido posible. Y así su aparente estupidez luce como un órdago incondicional al espectador. Bravo.
La otra gran cinta del día fue 'Swiss Army Man', verdaderamente singular ópera prima de unos Daniels (Dan Kwan, Daniel Scheinert) a los que habrá que seguir muy de cerca. Y es que no es fácil convertir lo que podría ser una suma de gags a lo Adam Sandler en una buena comedia existencial con tanto corazón como tantas son las flatulencias que se tira Harry Potter, todo ello sin que resulte grosero ni deshonesto. Una mezcla imposible entre lo absurdo y lo extravagante que funciona extrañamente bien desde un primer instante... lástima que sus últimos diez minutos afean mucho con una resolución bastante poco atinada, lo que rebajan el impacto de una cinta con el indudable encanto de lo que es tan peculiar como para ser virtualmente distinto a todo lo demás.
Al lado de estas dos obras títulos con tan buenas intenciones como 'I Am Not a Serial Killer', 'Mine' o 'Fear, Inc.' quedan un tanto arrinconados en nuestro presente, no digamos ya en nuestros recuerdos. La primera carece de mala leche o autoridad detrás de las cámaras que puedan exprimir su historia más allá de un final inolvidable (no necesariamente en el buen sentido, ojo...); la segunda, el 'Buried' de Armie Hammer, no pasa de ser un filme fácil y agradable de ver, si bien su exceso de melodrama al final casi acaban con él (antes que la mina...); y la última porque, a pesar de su buen rollo e intento continuo por empatizar con el espectador medio, se queda en poco más que una agradable y simpática revisión de 'The Game'.
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Comentarios