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Capítulo VI - Fácil, no tan fácil

Vía Festival de Sitges por 13 de octubre de 2016
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En una edición en la que por ahora hay muy pocos títulos que nos hayan cogido por los huevos, tan pocos como para que prácticamente no haya ninguno (al menos en lo que respecta a un servidor), fácil lo tenía Park Chan-Wook para triunfar con 'La doncella'.

Y así ha sido aunque, para variar, vuelva a dejarnos una vez más cierta sensación agridulce. Como la que nos dejó en su aventura norteamericana, sin ir más lejos. Y es que la película "mola" hasta que hacia la mitad se le ve el plumero. A partir de ahí sigue molando... pero ya no tiene la misma gracia por culpa de una estructura que deja al descubierto la "trampa" (y el cartón) muy pronto, perdiendo así el interés en una historia salpicada por un par de deslices y que cuenta con un clímax muy poco inspirado. Siempre nos quedará la estupenda dirección de Chan-Wook (no puede faltar) o su no menos estupenda banda sonora.

También lo tenía fácil un Adam Wingard que con 'Blair Witch' evidencia lo sobrevalorado que está. La continuación/remake/reboot o como quieran llamarlo de aquella película que en 1999 dio a luz a una nueva manera de hacer cine (muy, muy barata), 17 años después, evidencia lo agotado que está el formato. Por pura insistencia, y por la mediocridad de la mayoría de producciones a su vera, como es el caso. Hasta los más acérrimos de Wingard han mostrado su desencanto con esta nueva "maniobra comercial" que no aporta nada de nada, en otro nuevo flaco favor a ese "footage" que una vez más no merecía ser encontrado. Y van...

No menos fácil lo tenía Rob Zombie con su '31', si bien al igual que el realizador anteriormente mencionado el crédito ganado con 'Los renegados del diablo' o el remake de 'Halloween' se empieza a agotar. También la paciencia. Este remedo de 'Perseguido' es pura carne de cañón festivalera, allí en dónde la condescendencia puede salvar lo que, en la distancia corta, parece la típica película de director agotado (sic) que ya empieza a vivir de las rentas. No hay profundidad, no hay provocación, no hay malicia. Un filme muy ramplón incapaz de ir más allá de los arquetipos estéticos de Zombie tan olvidable como para ser olvidado en 3, 2, 1...

Fácil en teoría también lo tenía 'The Greasy Strangler', la clásica tontería que apela a lo desagradable y estrafalario, y que prometía hacer estragos en un entorno como el del Festival de Sitges (previa cerveza de acondicionamiento). Pero no, tan imbécil que parece que le han hecho una lobotomía. Una película que va tan de guay que parece tratar al público como unos idiotas que se lo tragan todo. Cansina en su reincidencia, sin más argumento que una idea a la que viola sin sacarle partido, y tan (in)consciente de su mediocridad pero a la vez tan (in)consciente de su irrelevancia que su vocación de graciosa provocación resulta nula.

Continuará...


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Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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